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Cómo proteger correctamente la piel del sol

Proteger la piel para tomar el sol es fundamental en el cuidado de la piel, no solo para evitar los riesgos de tomar el sol sin protección, sino para saber qué protector utilizar.

Más aún si tenemos en cuenta que si protegemos nuestra piel como es debido cuando vamos a tomar el sol, más aún si somos jóvenes, conseguiremos prevenir problemas de piel graves, como es el caso del cáncer de piel.

La piel es nuestro escudo contra el mundo exterior, una barrera que nos protege de numerosos agentes nocivos, incluyendo los perjudiciales rayos ultravioleta del sol. Sin embargo, a pesar de ser tan resiliente, nuestra piel necesita cuidados y protección, especialmente cuando se trata del sol.

El exceso de exposición solar sin la protección adecuada puede llevar a problemas de piel a corto y largo plazo, desde quemaduras solares dolorosas hasta envejecimiento prematuro e incluso cáncer de piel.

La protección solar, por lo tanto, es fundamental para la salud de nuestra dermis y nuestro bienestar en general.

En este artículo, exploraremos las diversas maneras de protegernos del astro rey, y proporcionaremos consejos sobre cómo cuidar la piel a diferentes edades y en diversas condiciones.

¿Estás listo para adoptar una rutina de protección solar que sea efectiva? ¡Sigue leyendo para descubrir cómo!

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Cómo proteger correctamente la piel del sol

Cuando se trata de proteger nuestra dermis del sol, a menudo nos centramos en el uso de protectores solares. Sin embargo, aunque es una estrategia vital y eficaz, no es la única que tenemos a nuestro alcance.

De hecho, protegernos va más allá de simplemente aplicar una crema o un spray. Implica adoptar una serie de medidas y hábitos que, en conjunto, proporcionarán una defensa sólida y efectiva contra los daños solares.

Algunas de estas prácticas pueden parecer obvias, pero a menudo son subestimadas o ignoradas. Sin embargo, son cruciales para mantener nuestra piel saludable y prevenir problemas a largo plazo.

1. Elegir el SPF Correcto

SPF, que significa «Factor de Protección Solar», es una medida de cuánto tiempo un protector protegerá tu piel de los rayos UVB, que son los principales responsables de las quemaduras solares y pueden contribuir al cáncer de piel.

Elegir el SPF correcto es vital para una protección solar adecuada, y aquí te mostramos cómo hacerlo:

  • Entender el SPF: El SPF no se mide en una escala lineal. Por ejemplo, SPF 30 no significa que proporcione el doble de protección que un SPF 15. Un SPF 15 bloquea aproximadamente el 93% de los rayos UVB, un SPF 30 bloquea el 97%, y un SPF 50 bloquea alrededor del 98%. Como puedes ver, las diferencias se vuelven cada vez más pequeñas a medida que aumenta el SPF.

  • Seleccionar el SPF Mínimo Adecuado: Para la mayoría de las personas, un SPF de 30 será suficiente para una protección eficaz. Sin embargo, si tienes una tez muy clara, antecedentes de cáncer de piel, o estarás expuesto al sol durante largos períodos de tiempo, es posible que quieras optar por un número más alto.

  • Factorizar las Condiciones Ambientales: Si vas a estar en altitudes elevadas o cerca del ecuador, donde el sol es más fuerte, es posible que necesites un SPF más alto. Lo mismo se aplica si vas a estar en el agua o en la nieve, que reflejan los rayos del sol y pueden intensificar la exposición.

  • Amplio espectro: Recuerda que el SPF solo mide la protección contra los rayos UVB. Es importante elegir un protector solar de «amplio espectro» que también proteja contra los rayos UVA, que pueden penetrar más profundamente en la dermis y causar envejecimiento prematuro y ciertos tipos de cáncer.

  • Considera tu Tipo de Cutis: Las personas con tez más oscura tienen más melanina, que proporciona cierta protección natural contra los rayos UV. Sin embargo, todavía necesitan protección. Un SPF de al menos 15 es recomendado para pieles más oscuras, y un SPF de 30 o más es recomendado para las más claras.

Tienes que leer: ¿Conoces las diferencias entre filtro y bloqueador solar? Te lo contamos

2. Uso Correcto del Protector Solar

protector solar tiempo aplicacion

El protector solar es la primera línea de defensa contra los rayos dañinos del sol y es esencial para cualquier régimen facial y corporal. Sin embargo, no se trata solo de aplicarlo, sino de hacerlo correctamente.

Aquí te dejo algunos puntos clave que debes tener en cuenta:

  • Aplicación Generosa: Muchas personas no aplican suficiente cantidad. Como regla general, deberías usar al menos dos miligramos de protector solar por centímetro cuadrado de piel. Esto equivale aproximadamente a una cantidad de producto del tamaño de una moneda de 2€ para la cara, y de una bola de golf para todo el cuerpo.

  • Aplicación Temprana: El protector solar necesita tiempo para ser absorbido por la piel y comenzar a trabajar. Por lo tanto, es importante aplicarlo al menos 15-30 minutos antes de exponerse al sol.

  • Reaplicación Regular: No es una solución de una sola vez y necesita ser reaplicado al menos cada dos horas, y después de cada baño o de sudar mucho. Asegúrate de reaplicarlo con la misma generosidad que la primera vez. En este artículo tienes más información así respecto

  • No Olvidar Zonas Sensibles: Algunas áreas como las orejas, el cuello, los pies y la parte posterior de las rodillas son a menudo olvidadas. Asegúrate de aplicarlo en todas las áreas expuestas al sol.

  • Uso Diario: No es solo para los días de playa o piscina. Los rayos UVA pueden atravesar las nubes y los vidrios, por lo que es importante aplicarlo todos los días, incluso si está nublado o vas a estar en el interior la mayor parte del día.

Siguiendo estos consejos, podrás aprovechar al máximo tu protector solar y aumentar tu protección contra los daños solares y el envejecimiento prematuro.

3. Vestimenta adecuada

Más allá del uso de protectores solares, la vestimenta adecuada juega un papel fundamental en la protección de nuestra piel contra los dañinos rayos ultravioleta.

La ropa que cubre la mayor parte de tu cuerpo puede proporcionar una excelente defensa. Los materiales oscuros, densamente tejidos y no sintéticos suelen ofrecer la mejor protección. Sin embargo, en climas calurosos, esta no siempre es una opción práctica.

En estos casos, puedes optar por ropa de protección solar con una clasificación de protección ultravioleta (UPF). Un UPF de 50, por ejemplo, significa que solo 1/50 de los rayos UV del sol pueden penetrar en la tela.

Los sombreros de ala ancha son ideales porque proporcionan sombra a tu cara, cuello y orejas, áreas que son particularmente vulnerables al daño solar. Si no puedes llevar un sombrero de ala ancha, incluso una gorra puede proporcionar cierta protección.

No olvides tus ojos, que también pueden ser dañados. Busca gafas de sol que bloqueen el 99-100% de los rayos UVA y UVB. Muchas gafas de sol también tienen lentes con protección lateral o envolvente para proteger tus ojos desde todos los ángulos.

Los pies también pueden quemarse con el sol, así que considera llevar zapatos cerrados o aplicar protector solar si llevas sandalias o vas descalzo.

4. Buscar sombra en las horas pico de radiación solar

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Una de las formas más efectivas de protegerte es simplemente buscando sombra durante las horas pico de radiación solar, que suelen ser entre las 10 y las 16 h. Durante este periodo, los rayos del sol son los más fuertes y pueden causar el mayor daño a tu piel.

Es importante recordar que la sombra no te protege completamente. Los rayos solares pueden reflejarse en superficies como el agua, la arena y el asfalto, lo que significa que aún puedes recibir radiación solar indirecta.

Sin embargo, buscar sombra puede reducir significativamente tu exposición.

Si te encuentras en un lugar donde la sombra es limitada, puedes crear tu propia sombra utilizando un paraguas o una carpa. Estos objetos pueden proporcionar una protección muy eficaz contra la radiación solar directa.

Además, es importante recordar que, incluso en días nublados, hasta el 80% de los rayos UV del sol pueden atravesar las nubes. Por lo tanto, aunque pueda parecer que no necesitas buscar sombra o usar protector solar, aún estás en riesgo de sufrir daño solar.

Recuerda que buscar sombra es una medida de protección adicional y no reemplaza la necesidad de usar protector solar, vestimenta adecuada y gafas de sol.

Cuidado especial para niños, ancianos y pieles sensibles

Los niños, los ancianos y las personas con tez sensible necesitan un cuidado especial cuando se trata de la protección solar. Su piel es a menudo más fina y más vulnerable al daño, por lo que las medidas de protección deben ser aún más rigurosas.

Niños

La piel de los niños es más delgada y más sensible que la de los adultos. Además, los niños suelen pasar más tiempo al aire libre, lo que aumenta su exposición a los rayos UV.

Es esencial aplicarles un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (SPF) de al menos 30, incluso en días nublados.

Además, la vestimenta, como sombreros de ala ancha y ropa de manga larga, también puede ser de gran ayuda.

Es importante inculcar hábitos de protección solar desde una edad temprana para ayudar a prevenir el daño solar a largo plazo.

Ancianos

La piel de los ancianos puede ser más frágil debido a la edad y a la exposición acumulada al sol a lo largo de la vida.

Aunque el envejecimiento cutáneo no se puede revertir, nunca es demasiado tarde para comenzar a proteger la piel del sol.

Al igual que con los niños, es importante aplicar un protector solar de amplio espectro con un SPF de al menos 30 y usar ropa protectora.

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Pieles Sensibles

Las personas con cutis sensible pueden experimentar reacciones adversas a los protectores solares químicos. En este caso, un protector solar físico (también conocido como mineral) puede ser una buena opción, ya que éstos protegen mediante el reflejo de los rayos UV en lugar de absorberlos.

Busca productos que contengan óxido de zinc o dióxido de titanio y que estén libres de fragancias y parabenos. Aquí tienes algunas ideas.

En todos los casos, es fundamental evitar las horas pico de radiación solar y buscar sombra siempre que sea posible. 

Importancia de las revisiones dermatológicas 

Las revisiones dermatológicas son un componente esencial en la protección integral de la piel. A pesar de todos nuestros esfuerzos por protegernos del sol, siempre existe el riesgo de desarrollar problemas relacionados con la exposición solar, como el cáncer.

Las revisiones dermatológicas regulares son fundamentales para detectar estos problemas en sus primeras etapas, cuando son más tratables.

Durante una revisión dermatológica, un dermatólogo examinará toda la superficie de tu cuerpo, buscando signos de posibles problemas. Estos pueden incluir cambios en el tamaño, forma o color de las pecas y lunares, la aparición de nuevas manchas o bultos, o áreas que están constantemente irritadas o no sanan.

También pueden ofrecer asesoramiento sobre el cuidado de la piel y la protección solar, basándose en tu tipo y estado dérmico específico.

Se recomienda que las personas de todas las edades se realicen chequeos dermatológicos al menos una vez al año. Sin embargo, si tienes factores de riesgo para el cáncer de piel, como antecedentes familiares, tez clara, la presencia de numerosos lunares, o antecedentes de quemaduras solares graves, es posible que necesites chequeos más frecuentes.

¿Y después de tomar el sol?

Tomar el sol de manera responsable es importante, pero el cuidado de la piel no se detiene cuando salimos de la luz directa. Después de una exposición al sol, la tez necesita recuperarse y rehidratarse, y existen varias maneras de apoyar este proceso.

El enfriamiento, la rehidratación, la recuperación y la observación de posibles daños o cambios en la piel son imprescindibles, así como el tratamiento de las quemaduras

Estos remedios también ayudarán a refrescarte tras un día de playa. 

Para terminar, proteger la piel del sol es más que solo aplicar protector solar. Involucra una serie de cuidados, que incluyen la elección del SPF correcto, la vestimenta adecuada, buscar sombra en las horas pico de radiación solar y realizar un cuidado posterior específico después de la exposición solar.

En particular, los niños, los ancianos y las personas con pieles sensibles necesitan atención adicional.

Finalmente, no olvidemos la importancia de las revisiones dermatológicas regulares, ya que nos permiten identificar a tiempo cualquier cambio o problema cutáneo. Recordar y practicar estas medidas puede marcar una gran diferencia en la salud de nuestra tez a largo plazo.

Angela

Técnico Superior en Dietética.

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Técnico Superior en Dietética.

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