El flan de huevo es uno de esos postres tradicionales que en absoluto pasan nunca de moda. De textura cremosa y sabor suave, se trata de un dulce exquisito muy fácil de preparar, gracias sobre todo a los pocos ingredientes con los que se prepara el flan de huevo tradicional: leche, huevos, azúcar y vainilla (con la que saborizamos y aromatizamos la preparación).
Además, es uno de esos postres clásicos que seguramente nos recuerden a nuestra infancia, cuando nuestras mamás o nuestras abuelas lo preparaban en la cocina, y toda la casa se inundaba de su particular y maravilloso aroma a vainilla y caramelo.
Ingredientes (para 6 flanes individuales)
- 4 huevos grandes
- 500 ml de leche entera
- 100 g de azúcar
- 1 vaina de vainilla
- 1 pizca de canela
Ingredientes para el caramelo
- 150 g de azúcar
- 1 cucharadita de agua
Elaboración del flan de huevo al horno
- Lo primero que vamos a hacer es elaborar el maravilloso caramelo que acompañará a nuestro flan de huevo tradicional. Para ello, debes colocar a fuego medio una cazuela con la cucharadita de agua y el azúcar. Remueve hasta que el azúcar se haya derretido completamente y el caramelo vaya adquiriendo su característico color dorado.
- Mientras el caramelo se elabora al fuego es el momento de preparar los moldes individuales (o flaneras).
- Justo cuando el caramelo esté listo (debemos estar muy pendientes para evitar que el caramelo se pegue), apaga el fuego y coloca en cada flanera unas cuantas cucharadas del caramelo. Para conseguir que éste se distribuya bien por el fondo mueve bien los moldes. Resérvalos.
- Precalienta el horno a 180 ºC.
- Con la ayuda de un cuchillo abre la vaina de vainilla a lo largo, saca las semillas y reserva.
- En otro cazo añade la leche, la vaina y las semillas de vainilla y calienta al fuego hasta que alcance el punto de ebullición. Luego, cuando llegue a este punto, retira del fuego y deja que la leche se temple un poco.
- Pon los huevos y el azúcar en un cuenco grande y bate ligeramente, hasta conseguir que los ingredientes se mezclen bien. Una vez mezclados e integrados todos los ingredientes, cuela la leche y añádela al cuenco. Vuelve a batir hasta que los ingredientes se mezclen bien de nuevo.
- Vierte esta maravillosa mezcla en las flaneras o moldes. Llena una fuente apta para horno con dos dedos de agua, y en su interior pon las flaneras. Cubre cada flanera con papel de plata (de esta manera evitarás que entre agua en su interior), y durante 45-50 minutos aproximadamente cocina los flanes en el horno.
- Pasado este tiempo retira del horno con cuidado de no quemarte. Saca las flaneras o moldes del agua y deja que se enfríen bien. Una vez fríos, reserva en el frigorífico durante al menos 4 horas antes de consumirlos.
- El truco para saber si el flan de huevo está listo: introduce un palillo en el flan. Si notas que está cuajado pero el palillo sale algo húmero o manchado significará que estará casi listo. Terminará de cuajar en el frigorífico.
Si lo deseas, al momento de servir puedes acompañar espolvoreando un poco de canela en polvo por encima. Se trata de un ingrediente que se combinará a la perfección con el sabor aromatizante de la vainilla.
¿Cómo desmoldar los flanes? Muy sencillo, con sumo cuidado y con la ayuda de un cuchillo, pásalo por todo el borde y desmolda sobre un plato.
¿Qué cualidades nutritivas nos ofrece el flan de huevo?
Aunque se trata de un postre elaborado con azúcar, y por ello no es tan saludable como nos gustaría, lo cierto es que se trata de un dulce tradicional nutritivo que también se elabora con otros ingredientes igual de interesantes desde un punto de vista nutricional, como es el caso de la leche o el huevo.
En lo que se refiere a los valores nutricionales del flan de huevo, 100 gramos aportan 144 kcal, 5 gramos de proteínas, 20.5 gramos de hidratos de carbono y alrededor de 4.5 gramos de grasas.
Aporta proteínas de alto valor biológico (también consideradas de buena calidad), lo que significa que aporta todos los aminoácidos esenciales, además de hidratos de carbono y grasas. También es rico en vitaminas (A, D, C y B9 o ácido fólico) y minerales (como el calcio, magnesio y fósforo).
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