¿A quién no le gusta el pan? Casi no hay nadie que pueda resistirse a tener entre sus manos una deliciosa barra de pan recién hecho, caliente, humeante, crujiente por fuera y esponjoso por dentro. Y, sobre todo, si la masa con la que se elabora el pan es de buena calidad, y no la que por desgracia encontramos hoy día en la mayoría de «panaderías» donde se vende pan de bajísima calidad a precios realmente bajos.
Y es que como manifiesta Marco Gobbetti, experto en masas madre y reconocido por ser una auténtica autoridad mundial en biotecnología de masas fermentadas, además de ser un grandísimo defensor del que se conoce como pan de masa lenta el cual lleva más de 25 años trabajando en el desarrollo y en la investigación de masas madre, no es lo mismo optar por un pan que se elabora con una masa fermentada en apenas media hora que optar por un pan cuyo proceso de fermentación ha sido de un mínimo de 16 horas.
Y es que no hay duda, como veremos a lo largo de la presente nota, que encontrarnos ante un pan de buena calidad con uno de fermentación rápida y elaborado con harinas de mala calidad se nota, y mucho. Por ejemplo, no tenemos más que fijarnos en cómo está ese pan de mala calidad un día después de comprado, cómo se conserva, y compararlo con el de buena calidad.
No posee ni las mismas propiedades nutricionales ni el sabor, dado que «con este pan podemos conseguir un abanico de aromas y sabores muy similar al que se consigue con un buen vino. Se pueden detectar hasta 200 notas aromáticas, tanto en la corteza como en la miga».
Los beneficios de optar por un pan tradicional en lugar de un pan de rápida fermentación
Se conserva más y mejor
Si ya has comprado y probado muchos de los panes que venden hoy día en los supermercados y en tiendas de panes (que no panaderías) donde puedes encontrar ofertas de 6 u 8 panes a 1 euro, probablemente te hayas percatado de lo mal que se conserva apenas unas horas después de comprarlo. Y ya no te decimos si nos esperamos al día siguiente.
La diferencia es evidente: mientras que el pan barato se elabora con una masa de fermentación rápida, el pan tradicional se elabora a partir de masa madre, que es lo que le confiere más sabor, más aroma y sobre todo una mejor conservación.
Es más, mantiene la misma calidad incluso hasta 2 días después de comprarlo, lo que conlleva un evidente ahorro porque el pan de buena calidad tiende a durar más tiempo.
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Se digiere mucho mejor
Desde un punto de vista científico se ha comprobado en varias ocasiones que el pan elaborado con masa madre se digiere muchísimo mejor y con más facilidad en comparación con aquel que se elabora con levadura común. Básicamente con el uso de la masa madre la presencia de estas bacterias buenas se ve potenciada.
¿Por qué? Muy simple: en la fermentación que se produce durante la elaboración de la masa madre, todas las bacterias son nutridas por almidones. Esto hace que se convierta en maltosa, y que por tanto la digestión sea enormemente más fácil y sencilla.
Estas mismas bacterias, que solo encontramos en el pan que se elabora con masa madre, brindan la posibilidad de que se produzca la fitasa, una enzima importantísima para el buen funcionamiento de nuestros intestinos.
No contiene las mismas propiedades nutricionales
Es evidente que un pan común elaborado sin masa madre, únicamente con levadura normal, no tendrá las mismas características nutricionales y el mismo aporte nutritivo que, por ejemplo, un pan de buena calidad que sí se elabora con masa madre.
Simplemente por el hecho de las cualidades que aporta la propia fermentación de la masa madre es únicamente una ventaja que nos debería llevar a menospreciar el pan de mala calidad, y pagar en definitiva los pocos céntimos que separan un pan de buena calidad por uno low cost.
Con información de ABC
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