La alimentación es un aspecto esencial a la hora de gozar de una buena calidad de vida en general. De lo contrario, estaremos más expuestos más expuestos a sufrir cuadros de sobrepeso, diabetes, enfermedades cardiovasculares e incluso cáncer.
Sin embargo, con el auge de la comida rápida, la bollería industrial y una escasa concienciación por parte de la sociedad a la hora de llevar una dieta sana y equilibrada en todos los sentidos, ha producido que millones de personas vean como su calidad de vida se ve muy mermada debido a no ingerir los alimentos correctos durante su rutina diaria.
A todo esto hay que unirle, que debido a todos nuestros compromisos personales y profesionales, apenas disponemos de tiempo para programar nuestras dietas y los alimentos que ingerimos en ellas.
Cinco consejos para comer de una manera saludable
¿Es este vuestro caso? ¿Os gustaría a partir de ahora cuidar un poco más vuestra dieta pero no sabéis cómo hacerlo? Pues no hay de qué preocuparse, ya que a través de las siguientes líneas os vamos a dar una serie de premisas con las que estamos muy seguros que vais a ganar en calidad de vida. Y ya veréis además, como la mayoría de ellas son muy sencillas de llevar a cabo.
En el término medio está la virtud
Los medios nos han estado bombardeando con miles de dietas milagros que nos ofrecen resultados rápidos y efectivos en un espacio corto de tiempo.
Sin embargo, desde Natursan os decimos que a la hora de llevar una dieta sana y equilibrada, no hay problema en comer cualquier tipo de alimento o bebida de una forma sosegada y moderada. ¡Incluso podéis daros un pequeño capricho en forma de dulce o bollería de vez en cuando!
No hay nada malo en ello, ya que la vida también consiste en disfrutar de los pequeños placeres que da la vida.
Los hidratos de carbono son importantes
Se ha instalado el mito de que los hidratos de carbono solo una forma de descuidar nuestra línea.
Pero nada más lejos de la realidad. Un consumo moderado de pasta, arroz, patatas y pan (si es integral, mejor) nos va a aportar la cantidad de energía necesaria para afrontar todo el día con completa normalidad.
Es mejor que toméis los hidratos de carbono durante las primeras horas del día y no durante la noche, ya que se metabolizan mucho mejor.
Las frutas y verduras son tus amigas
Las frutas y hortalizas son uno de esos alimentos que podemos tomar durante cualquier hora del día y en cantidades mucho más generosas sin el miedo a descuidar el peso y nuestra línea.
Todo ello sin comentar que suponen una fuente inagotable de vitaminas y minerales de todo tipo que ayudan a fortalecer nuestro sistema inmunitario y todo nuestro organismo en general.
Beber líquido de forma constante y diaria
También es importante mencionar que hay que mantener hidratado nuestro organismo en todo momento para que este funcione con completa normalidad. En este sentido, os recomendamos que bebáis al menos 1,5-2 litros de agua diarios.
También los podéis sustituir en su justa medida por zumos naturales (sin azúcar añadido) tés o infusiones que os ayuden en definitiva a eliminar las toxinas de nuestro cuerpo mientras que al mismo os ayudan a conciliar el sueño.
Hay que realizar cinco comidas al día
Por último, os recomendamos que también hagáis al menos cinco comidas al día (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena). De esta forma, nos aseguramos que ingerimos alimentos de lo más variados mientas que al mismo tiempo saciamos nuestra hambre en las comidas principales del día.
Todo esto en su conjunto conseguirá que cuidemos nuestra línea y no suframos de sobrepeso. Sobre todo si lo acompañamos de ejercicio diario y constante.
Consejos rápidos para una alimentación sana
Además de los consejos que te hemos indicado, a continuación te resumimos cuáles son los más importantes:
- Incrementar el consumo de frutas, verduras y hortalizas frescas, alcanzando al menos las cinco raciones de hortalizas y frutas al día. Consumir también legumbres.
- Reducir el consumo de carnes, embutidos, vísceras, mariscos y huevos. Una buena opción es comer más pescado azul.
- Beber abundante líquido, a ser posible agua como fuente de hidratación, tratando de moderar el consumo de vino y reducir o eliminar el consumo de otros tipos de bebidas alcohólicas.
- Aumentar el consumo de fibra, sustituyendo el consumo de productos refinados por aquellos integrales procedentes de grano entero.
- Tomar aceite de oliva virgen como grasa a la hora de cocinar en la dieta.
Y, finalmente, y aunque esto tenga más bien que ver con un estilo de vida saludable, más que con la propia alimentación sana en sí, se debe de abandonar el sedentarismo, practicando cada día una actividad física que nos ayude a mantenernos activos.
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