Es muy habitual que, siempre que sudamos, aparezca ese desagradable y molesto mal olor. Aunque las causas por las que sudamos son en realidad muy variadas, no lo es tanto el mal olor.
¿Y por qué tendemos a oler mal cada vez que sudamos? La causa la encontramos en la presencia de bacterias que se encuentran alojadas en la superficie tanto de nuestra piel como de nuestro vello corporal. Éstas son las principales culpables del mal olor, dado que por sí solo el sudor no presenta ningún tipo de olor.
Por ello es un completo error pensar que una persona que huele a sudor, y que este sudor además huele tremendamente mal, es porque no se ha duchado o bañado (algo muy común de hecho). Fundamentalmente porque sudar es algo absolutamente normal, forma parte de la naturaleza de nuestro propio organismo, ya sea porque hace calor o porque realizamos algún tipo de ejercicio físico, y además nos ayuda a controlar la temperatura del cuerpo.
Es decir, la sudoración -o transpiración- es un mecanismo natural que nuestro cuerpo utiliza para regular la temperatura corporal, de manera que si ésta aumenta por tener fiebre, fatiga o estar simplemente en un ambiente caluroso, se produce la secreción del sudor en forma de pequeñas gotitas, las cuales enfrían la piel al evaporarse.
Y, además, porque precisamente el mal olor de ese sudor viene derivado de la presencia de más o menos bacterias en aquellas partes de nuestra piel donde más tendemos a sudar.
Eso sí, debemos hacer una diferenciación entre los dos tipos de glándulas sudoríparas presentes en nuestra piel, dado que las glándulas apocrinas (que encontramos en las axilas, bajo los pliegues del pecho, en el perineo, en el ombligo y en el pubis) son las que más mal olor desprenden, no ocurriendo lo mismo con las glándulas ecrinas, que encontramos en las palmas de las manos y de los pies.
Además de mantener una adecuada y correcta higiene, ¿sabías que es posible elaborar en casa desodorantes naturales, preparados con ingredientes cien por cien naturales? En esta ocasión te proponemos 2 maravillosas recetas en las que usaremos ingredientes naturales que limpian, hidratan, refrescan y sobre todo eliminan y reducen el mal olor del sudor.
Son ideales precisamente para quienes desean elaborar fácilmente en casa sus propios desodorantes, utilizando para ello únicamente ingredientes cien por cien naturales. Y, además, se convierten en una excelente alternativa para los que no quieren seguir utilizando desodorantes con aluminio.
Si bien es cierto que los estudios científicos llevados a cabo hasta el momento en lo que se refiere a la utilización de desodorantes y antitranspirantes con aluminio tienden a aumentar el riesgo de cáncer de seno, sí se sospecha que el uso del clorhidrato de aluminio está cada vez más relacionado con el cáncer de mama y con la alteración del ADN. No obstante, son precisas la realización de más investigaciones al respecto.
Cómo hacer desodorantes naturales en casa
Desodorante de tomillo y salvia
Ingredientes necesarios:
Para hacer este desodorante necesitamos 2 cucharadas de salvia seca, 2 cucharadas de tomillo seco, la cáscara de 1 limón y 1 vaso de hamamelis destilado.
Pasos para hacer el desodorante de tomillo y salvia:
Pon en un frasco de cristal el hamamelis destilado, la salvia y el tomillo en las cantidades indicadas.
Ahora quita la cáscara de un limón fresco con cuidado de no llevarte la carne de la fruta. Añádela al frasco de cristal, tapa y deja en reposo durante 2 semanas.
Pasado este tiempo cuela el líquido y sirve en un pulverizador limpio. Agítalo bien. ¡Listo!.
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Desodorante de cítricos
Ingredientes necesarios:
Para elaborar este desodorante natural necesitamos 1 cáscara de limón, 1 cáscara de naranja, 15 gotas de extracto de semillas de pomelo, 10 gotas de aceite esencial de pomelo y 70 ml. de hamamelis destilado.
Pasos para hacer el desodorante de cítricos:
Pon el hamamelis destilado, la cáscara de limón y de naranja en un frasco limpio de cristal, tapa y reserva durante 1 semana en un lugar fresco y seco.
Pasado este tiempo cuela, pon en un pulverizador limpio y añade las gotas de aceite esencial de pomelo y el extracto de semillas de pomelo. Agita bien. ¡Listo!.
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