La miel se caracteriza por ser un producto de origen natural, con una textura característica viscosa y un sabor muy dulce. Es producida por las abejas a partir del néctar de las flores y secreciones de partes vivas de las plantas, además de a partir de excreciones de insectos chupadores de plantas. Es un producto popular de las abejas, quienes la recogen, la transforman y la combinan en su interior. Para ello interviene una enzima muy importante conocida con el nombre de invertasa, que contiene la saliva de las abejas. En su interior el néctar se condensa por medio de la acción del amasado del producto y de una serie determinada de fermentos. Una vez producida la almacenan en los panales, lugar donde madura.
Dependiendo de la flor o planta de donde las abejas liben, podemos encontrarnos con distintos tipos de miel, todas de origen y procedencia natural: las más populares –o conocidas- son la miel de romero, de azahar, de eucalipto, de mil flores, de palma y de brezo. No obstante, también existen otras menos conocidas, como por ejemplo: miel de lavanda, de diente de león, de acacia, de pino, de encina, de castaño y de tilo. Por todo ello, es habitual que tanto sus características organolépticas (en cuanto a textura, aroma y sabor) varíen, al igual que sus distintas propiedades y beneficios.
A pesar de que se trata de un producto tan natural como popular, por desgracia en la actualidad podemos encontrarnos en el mercado con mieles adulteradas, que aunque en su etiquetado se especifique que son mieles puras, en realidad nos encontramos ante un producto que no lo es. Obviamente, en este caso debemos diferenciar a aquella miel que en realidad no es de calidad porque contiene mucha agua, a aquella que sabiendo su productos que no es pura, la vende como tal. Precisamente por ello te explicamos a continuación algunos consejos útiles para saber si te encuentras ante una miel pura o adulterada.
Cómo saber si es miel pura antes de comprarla
Está claro que, si queremos estar seguros de que nos encontramos ante un tipo de miel de calidad, no es lo mismo hacer algunas pruebas después de haberla comprado, que antes. En este sentido, es evidente que no podemos abrir una miel envasada para su venta antes de haberla comprado para hacer las pruebas pertinentes, por lo que en primer lugar la clave está en leer bien el etiquetado del producto.
Para que una miel sea pura y de calidad debes asegurarte que en su etiquetado no aparezca “glucosa comercial” o “jarabe de alta fructosa”. Estos son dos aditivos muy utilizados a la hora de producir y envasar la miel, que precisamente impiden que la miel se solidifique.
Cómo saber si la miel es pura después de haberla comprado
Una vez nos hayamos asegurado que en el etiquetado, más concretamente en la lista de ingredientes de la miel, no aparece ninguno de los dos aditivos mencionados, podemos pasar –ya en casa- a realizar algunas comprobaciones básicas. En primer lugar debes fijarte en las siguientes características:
- La miel pura tiene un aroma característico.
- Al servirla no tiende a separarse en capas.
- Presenta una textura suave, delgada.
- Su goteo es filamentoso.
- No presenta ni genera espuma.
- Presenta impurezas naturales, tales como própolis, polen y micropartículas de cera.
- Al probarla y consumirla causa una sensación de ardor en la garganta.
Una vez hemos tenido estas características en cuenta, podemos realizar las siguientes pruebas caseras:
- Mantén una cerilla encendida y quema un poco la miel. Si la miel se “enciende” y se derrite o se quema es miel pura.
- Mezcla la miel en agua. Si la miel no se disuelve en el agua es pura.
- Pon miel en una cuchara y agrega 2 o 3 gotas de yodo. Si la solución no se pone azul es pura.
- Añade un poco de miel sobre un trozo de papel. Si no se forma un parche húmedo a su alrededor, es pura.
- Pon miel en una cuchara y agrega 2 o 3 gotas de vinagre. Si la mezcla no se hace espumosa, la miel es pura.
- Añade un trozo de pan viejo a la miel, y deja que transcurran 10 minutos. La miel es pura si el pan continúa endurecido y no se ha ablandado.
Es evidente que averiguar si la miel que has comprado es pura o no es muy importante, principalmente porque la calidad de un producto tan beneficioso como es la miel dependerá de si ha sido o no adulterada, de forma que tanto sus propiedades como su riqueza nutricional en realidad nada tendría que ver.
Imágenes | Dino Giordano / Siona Karen
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