Tanto los aceites esenciales como los aceites vegetales nos aportan todo un conjunto de beneficios y propiedades sumamente positivos e importantes para nuestra salud. Nos aportan bienestar y son de utilidad cuando, por ejemplo, deseamos relajarnos.
Los aceites esenciales pueden ser ideales para disfrutar de unos buenos momentos de relajación, no solo si son quemados con ayuda de un quemador de esencias, sino si son aplicados sobre la piel en forma de masajes.
En este sentido, los aceites vegetales son ideales para cuidar nuestra piel, dado que la protegen al formar una capa aislante que, a su vez, retiene su humedad natural, nutriéndola y regenerándola desde el exterior.
Uno de estos principales aceites, o al menos el más conocido, es el aceite de rosa mosqueta.
Beneficios del aceite de rosa mosqueta
El aceite de rosa mosqueta es un aceite vegetal que se obtiene de las semillas de los escaramujos, los frutos que podemos encontrar en el rosal silvestre.
Estos frutos son tremendamente ricos en nutrientes, los cuales aportan las siguientes propiedades beneficiosas para la piel:
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Aporta efectos antiinflamatorios.
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Ayuda a regenerar la piel en caso de dermatitis o quemaduras.
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Previene el fotoenvejecimiento.
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Útil contra el proceso de envejecimiento al ser capaz de suavizar las arrugas.
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Revitaliza el fibroplasto (responsable de la producción de elastina y colágeno).
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Mejora la luminosidad de la piel.
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Ideal a la hora de mejorar la elasticidad natural de nuestra piel.
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Útil contra las marcas de quemaduras, manchas y cicatrices.
Además de todos los beneficios del aceite de rosa mosqueta indicados en las líneas anteriores, ¿sabías que puede ser utilizado durante el embarazo ante la prevención de las estrías típicas durante esta importante etapa en la vida de la mujer (conoce más sobre las estrías durante el embarazo)?.
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