Los aminoácidos son fundamentales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, ya que cumplen determinadas funciones indispensables para nuestra salud. Son compuestos orgánicos que contienen un grupo amino y un grupo carboxilo, que nuestro cuerpo puede sintetizar para construir así nuevas proteínas.
Se dividen, como sabes, en aminoácidos esenciales y en aminoácidos no esenciales. Los primeros son aquellos que nuestro organismo no es capaz de sintetizar, de manera que la única forma de poder aportarlos es a partir de la dieta. Sin embargo, los segundos (los aminoácidos no esenciales) sí pueden ser sintetizados por nuestro cuerpo.
El ácido aspártico es un aminoácido no esencial que participa en determinadas funciones básicas en nuestro organismo.
¿Qué es el ácido aspártico?
El ácido aspártico es un aminoácido no esencial que, entre otros aspectos, ejerce funciones desintoxicantes del sistema sanguíneo, favoreciendo una correcta circulación.
Funciones del ácido aspártico
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Acción desintoxicante del sistema sanguíneo.
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Favorece la correcta circulación sanguínea.
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Ayuda en la eliminación de las toxinas, a través del hígado y los riñones.
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Aumenta la resistencia, ayudando en caso de depresión, cansancio o fatiga crónica.
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Rejuvenece la actividad celular.
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Ayuda en la formación de células, y en el funcionamiento del metabolismo.
Beneficios del ácido aspártico para la salud
El ácido aspártico, tal y como indicábamos brevemente en el apartado dedicado a las diferentes funciones del ácido aspártico, es un aminoácido no esencial imprescindible para la correcta circulación sanguínea, al ayudar a mejorarla.
Además, a través tanto del hígado como de los riñones ayudan a eliminar las toxinas que se acumulan en nuestro organismo. Además, es un aminoácido no esencial que protege al hígado.
También es imprescindible en la formación celular, ayudando de manera positiva a rejuvenecer la actividad celular.
¿Dónde encontrar el ácido aspártico?
A continuación te indicamos cuáles son los alimentos más ricos en ácido aspártico:
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Alimentos de origen vegetal: cereales (maíz y avena), legumbres (judías, habas, garbanzos y lentejas), semillas, verduras y hortalizas y frutos secos.
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Alimentos de origen animal: leche y derivados lácteos, carne, pescado y huevos.
Imagen | Dricker94
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