Existen determinados alimentos que, a pesar de ser sumamente sanos, saludables y adecuados dentro de una dieta variada y equilibrada, es fundamental aumentar las precauciones en el momento de cocinarlos y de consumirlos.
Un buen ejemplo es la patata verde, o más concretamente y para ser precisos, aquellas patatas que presentan algunas zonas de color verdoso, ya que es un indicativo de contenido en solanina, una sustancia tóxica que la papa produce para defenderse de insectos y hongos.
En el caso particular de la batata o el boniato, se trata –es cierto- de un alimento sumamente rico en betacarotenos y otras vitaminas, como la vitamina C. Es útil a la hora de aumentar las defensas, a la vez que es útil para prevenir enfermedades cardiovasculares por su alto contenido en antioxidantes. Como ocurre con la patata, es un alimento con alto contenido en hidratos de carbono complejos, lo que ayuda a aportar energía a nuestro organismo de forma paulatina, recomendado pues para mantener los niveles de azúcar en sangre.
No obstante, no es recomendable comer el boniato o la batata cruda, ya que contiene dioscorina, una toxina vegetal tipo alcaloide con acción sobre el sistema nervioso central, que puede causar convulsiones, depresión, y delirios, siendo en realidad muy tóxica.
Por tanto, antes de consumirla en la cocina y sobretodo para poder destruir la dioscorina es necesario –y fundamental- hervirla bien antes. De hecho su contenido en dioscorina es tan alto que la toxicidad se manifiesta aún en consumo normal del alimento.
¿Qué es la dioscorina y cómo podemos eliminarla del boniato y la batata?
La dioscorina es una toxina de origen vegetal realmente tóxica. Básicamente consiste en un compuesto alcaloide, la cual encontramos presente sobre todo en alimentos como las batatas y los boniatos en concentraciones elevadas.
Se encuentra presente especialmente cuando estos alimentos se consumen crudos, de ahí que su cocción sea fundamental para poder eliminarla por completo, ya que esta toxina se destruye por acción del calor.
Por ello, encontramos esta toxina fundamentalmente en la batata y el boniato crudos, no siendo aconsejable su consumo de esta forma aún cuando sea en raciones o dosis pequeñas. Y es que sus efectos -y toxicidad- puede manifestarse incluso cuando su consumo sea mínimo o moderado.
Para poder destruir la dioscorina, por tanto, basta con cocinar la batata o el boniato a una temperatura elevada en agua bien caliente durante al menos 30 minutos. Y sabremos que están listas cuando al pincharlas con un tenedor estén completamente tiernas. De esta manera estaremos seguros de que la toxina ha desaparecido por completo.
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