Cuando se acerca la Navidad tiende a ser bastante habitual que el consumo de las patas de jamón, tanto en nuestro país como incluso exportadas a otros países europeos y no europeos, se dispare. ¿Por qué? Fundamentalmente porque junto al marisco, las patas de jamón son los productos característicos de esta época, aunque es cierto que podemos disfrutarlas todo el año.
Es común durante estas fiestas tan tradicionales disfrutar en una mesa amplia con comida y postres típicos un plato con lonchas de delicioso jamón. Y, precisamente, dependiendo del tipo de jamón ante el que nos encontremos no solo su precio variará, sino también sus beneficios y su contenido nutricional, así como su contenido calórico.
Por un lado, el jamón, ya sea jamón ibérico o jamón serrano, destaca por su alto contenido en ácidos grasos esenciales, entre los que podemos destacar el ácido oleico o ácidos monoinsaturados. Por otro, son especialmente ricos en vitaminas (principalmente vitaminas del grupo B y D) y minerales (calcio, hierro, fósforo y magnesio).
No obstante, cuando se sigue una dieta de adelgazamiento o cuando se desea controlar el peso, pero nos encanta el jamón en todas sus variedades y no podemos dejar de disfrutar de su sabor, una buena opción es descubrir algo más sobre las calorías que aporta la pata de jamón.
Contenido calórico de la pata de jamón
Antes de hablar de la pata de jamón en sí misma, debemos diferenciar las variedades de patas de jamón que existen, dependiendo de la raza del propio animal y de su alimentación:
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Jamón ibérico: nos encontramos sobretodo con los mejores tipos de jamón, ya que en esta clasificación podemos distinguir el jamón ibérico de bellota (proviene de cerdo ibérico alimentario de bellotas y pastos naturales), el jamón ibérico de recebo (proviene de cerdo ibérico alimentado con bellotas, pastos y piensos), el jamón ibérico de cebo (proviene de cerdo ibérico alimentado de pastos naturales y piensos) y el jamón ibérico de cebo de campo (proviene de cerdo ibérico alimentado de pastos naturales y piensos en terrenos al aire libre).
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Jamón blanco: es el más común y económico, encontrándonos con el jamón serrano (proviene de cerdos de capa blanca, criados de manera intensiva y alimentados con piensos, y un tiempo mínimo de curación de 7 meses) y el jamón curado (proviene de cerdos de capa blanca, criados en régimen intensivo, alimentados con piensos).
Llegados a este punto sí es posible descubrir las diferentes calorías de la pata de jamón en función del tipo de jamón que se vaya a consumir:
Calorías del jamón ibérico de bellota
100 gramos de jamón ibérico de bellota aportan 242 kilocalorías. Además, aporta:
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Proteínas: 28,5 gr.
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Grasa: 14,5 gr.
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Agua: 57,5 gr.
Calorías del jamón ibérico de recebo
100 gramos de jamón ibérico de recebo aportan 282 kilocalorías. Además, aporta:
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Proteínas: 29,5 gr.
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Grasa: 16,8 gr.
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Agua: 58,5 gr.
Calorías del jamón ibérico de cebo
100 gramos de jamón ibérico de cebo aportan 302 kilocalorías. Además, aporta:
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Proteínas: 30,2 gr.
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Grasa: 20,5 gr.
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Agua: 57,5 gr.
Calorías del jamón serrano
100 gramos de jamón serrano aportan 136 kilocalorías. Además, aporta:
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Proteínas: 30 gr.
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Hidratos de carbono: 1 gr.
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Grasas: 10 gr.
Calorías del jamón curado
100 gramos de jamón curado aportan 235 kilocalorías. Además, aporta:
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Proteínas: 30,5 gr.
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Grasas: 7,5 gr.
Si quieres saber más sobre el jamón serrano te aconsejamos leer nuestra nota dedicada a los beneficios del jamón serrano, y cómo cortar jamón serrano para triunfar cada vez que lo sirvas.
Imagen | gleam_df
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