Se conoce por productos ecológicos a aquellos alimentos que, de manera concreta, proceden tanto de la agricultura como de la ganadería ecológica, los cuales se obtienen respetando el bienestar de los animales y del entorno en que se produce, y no se utilizan productos químicos en su producción u obtención.
Estas son las principales ventajas que nos aportan los alimentos ecológicos a diferencia de otros productos alimentarias que, aunque igual de sanos o naturales, poseen ventajas tales como su sabor (más intenso y natural), o que tienden a ser más respetuosos con el medio ambiente.
Entre los diferentes alimentos ecológicos que actualmente podemos encontrar en el mercado, pueden ser: frutas, verduras y hortalizas, carnes, pan y hasta bebidas alcohólicas saludables como el vino (siempre y cuando su consumo sea moderado).
Aunque la producción ecológica se encuentra regulada en nuestro país desde el año 1989, y cada producto ecológico debe tener un etiquetado determinado, en ocasiones distinguir un alimento ecológico de uno no ecológico puede no ser tan sencillo como en realidad cabría pensarse.
¿Cómo distinguir los productos ecológicos?
Los productos o alimentos ecológicos deben sobretodo distinguirse fácilmente por su etiquetado, debiendo cumplir las normas establecidas en el Reglamento (CEE) nº 2092/91, regulado en la Unión Europea en el año 1991.
Eso sí, es preciso tener en cuenta que en nuestro país cada comunidad autónoma presenta su propio logotipo distintivo. Aunque actualmente todos estos productos cuentan con la mención de la producción “ecológica”, las iniciales ES (de España) y las iniciales de la comunidad autónoma de la que proceda el producto en cuestión.
Con esta etiqueta los consumidores podrán identificar si un determinado producto o alimento procede o no de agricultura o ganadería ecológica, con sus evidentes beneficios y ventajas añadidas.
Imagen | smith
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