Generalmente, se cree que hacer una buena tortilla francesa no tiene ningún tipo de secreto. Pero nada más lejos de la realidad.
A pesar de que es considerada como una de las recetas más sencillas del mundo, lo cierto es que hay una serie de secretos y trucos para que quede esponjosa y con un sabor realmente exquisito.
Claves para una tortilla francesa esponjosa y jugosa
Estos son algunos de los secretos y trucos para darle la máxima esponjosidad y jugosidad a una tortilla francesa.
Leche: uno de los mejores trucos a tener en cuenta para conseguir una deliciosa tortilla francesa es añadir un pequeño chorro de leche a los huevos batidos.
Claras y yemas: otro consejo para conseguir la máxima esponjosidad a la hora de preparar este tipo de tortillas es separar las claras de las yemas. Así, se baten las claras hasta prácticamente alcanzar el punto de nieve, y se incorpora un pellizco de sal y de levadura en polvo. Luego, ya se puede mezclar con las yemas, y se prepara de la manera habitual.
Huevos: por supuesto, para elaborar una buena tortilla francesa es esencial que los huevos sean lo más frescos posibles. Lo mejor para evitar que no caiga ningún trozo de la cáscara en la tortilla es cascarlos por separado, uno a uno, y mezclarlos después. De esta manera, si uno de ellos está en mal estado, no afecta al resto. En cuanto a la forma correcta de batir los huevos, hay que hacerlo justo para mezclar las claras y las yemas, pero sin llegar al punto de que se forme espuma.
Fuego: también hay que prestar especial interés al fuego para que la tortilla francesa quede esponjosa. Lo mejor es el fuego medio, de forma que los huevos se vayan cuajando poco a poco. El tamaño de la sartén debe ser adecuado para que los huevos puedan extenderse bien.
Sartén: elegir la sartén adecuada es un punto clave a la hora de hacer una tortilla francesa esponjosa. Hay que evitar aquellas que se peguen, ya que a medida que los huevos se van cuajando tienen que deslizarse por el fondo de la sartén. Las mejores son las antiadherentes y, en cuanto al tamaño, para una tortilla de un par de huevos, lo ideal es que la sartén tenga 16 centímetros de diámetro.
Elaboración: una de las grandes dudas que surgen a la hora de preparar este tipo de tortillas es cuándo es el momento exacto para darles la vuelta en la sartén. Pues bien, cuando se añaden los huevos batidos a la sartén, hay que prestar atención al momento en el que empiezan a cuajarse; se mueven un poco y se va poniendo uno de los extremos sobre el resto de la tortilla. Así, cuando ya esté hecha, se puede subir el fuego los últimos segundos para que quede bien dorada.
Hay una técnica que utilizan algunos cocineros para elaborar la tortilla francesa, aunque requiere de cierta práctica. Se trata de inclinar ligeramente la sartén, de forma que los huevos caigan hacia la pared de la sartén que está más alejada del mango. Ello se consigue dando unos movimientos secos de muñeca, y así la tortilla se va enrollando sobre sí misma.
Elaborar una tortilla francesa puede parecer lo más sencillo del mundo, pero lo cierto es que tiene una serie de trucos y consejos para que quede esponjosa. Son tips muy sencillos pero que merece la pena recordar para convertirse en un verdadero experto en la elaboración de este plato tan popular.
Historia de la tortilla francesa
Aunque parezca increíble, la tortilla francesa es un plato de origen español. Entonces, ¿por qué ese nombre? Durante la Guerra de la Independencia, que tuvo lugar entre 1808 y 1814, España se enfrentó a las tropas napoleónicas francesas.
Poco tiempo después de comenzar la Guerra, los alimentos empezaron a escasear en España, especialmente las patatas. Así, los ciudadanos comenzaron a elaborar tortillas únicamente con huevo, sin las tradicionales patatas. Sí, debido a que la escasez de patatas era responsabilidad de los franceses, se le otorgó esta denominación.
Y, para terminar, te dejamos con este curioso e interesante vídeo de El Comidista:
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