¿Sabías que los síntomas relacionados con la piel atópica tienden a empeorar por la noche? Aunque no se sabe exactamente por qué algunos de los síntomas más molestos asociados directamente con la dermatitis atópica tienden a hacerse más evidentes durante la noche, la realidad es que, cuando esto ocurre, pueden llegar a interrumpir o retrasar el sueño, por lo que acaba afectando a la calidad no solo del sueño, sino de vida de la persona que lo sufre.
Por suerte, tal y como veremos a lo largo de la presente nota, determinados medicamentos, los baños medicinales, las envolturas húmedas, algunas pautas y trucos sencillos, así como otros métodos pueden ser de enorme utilidad a la hora de ayudar a que las personas con dermatitis atópica descansen mejor por la noche. Y, en definitiva, son especialmente útiles para calmar el picor tan común en las pieles atópicas.
¿Por qué el picor en la piel atópica aumenta por la noche?
Si sufres de dermatitis atópica es bastante posible que ya te hayas percatado de algo común, y que suele afectar por igual a la mayoría de personas que padecen esta afección cutánea: el picor y otros síntomas asociados suelen aumentar por la noche, hasta el punto de llegar a interrumpir o retrasar el sueño, al volverse muy intensos. La picazón, al final, termina por volverse una incomodísima y molesta pesadilla (y nunca mejor dicho).
Al menos por el momento, los investigadores no están del todo seguros de cuáles son las causas exactas de la dermatitis atópica, aunque muchos coinciden en señalar que, posiblemente, puedan estar involucrados distintos factores tanto genéticos como ambientales. Ello explicaría, por ejemplo, por qué los hijos de padres con dermatitis atópica también desarrollan la afección (de hecho, es un factor de riesgo habitual, ya que se considera que presentan mayores probabilidades de sufrirla por igual).
Por otro lado, tampoco conocen a ciencia cierta por qué motivo los síntomas de la dermatitis atópica suelen empeorar por la noche. Aunque han establecido algunas posibles razones:
- Es común que nuestra temperatura tienda a disminuir por la noche, como consecuencia de los ciclos tanto de sueño como de vigilia del organismo. Esto puede hacer que la picazón se sienta de forma muchísimo más acusada y evidente.
- Incluso entre sueños, se cree que es más probable que la persona con picazón, aún no siendo del todo consciente, tienda a rascarse más mientras se encuentra dormida. Y esto, al final, termina empeorando el picor.
También se sabe que, algunas personas suelen despertarse durante la noche sin darse cuenta, siendo perfectamente posible que se rasquen porque tienen demasiado sueño, y no son capaces de acordarse de contenerse (es decir, de que no deben hacerlo). En cualquier caso, rascarse solo puede acabar por empeorar la picazón, lo que, a su vez, puede tener como resultado que el sueño vuelva a interrumpirse de nuevo.
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¿Es posible prevenir la picazón y el picor de la piel atópica?
Si sueles sufrir brotes nocturnos de dermatitis atópica, y en las últimas semanas la incómoda picazón o el picor no te deja descansar como es debido, lo cierto es que existen algunas pautas útiles que pueden ayudar a la hora de prevenir la picazón. En su gran mayoría, es de vital importancia evitar los elementos que pueden desencadenar un brote, y además hacerlo antes de irte a la cama. Por ejemplo, puedes intentar:
- Bañarte siempre de noche. Bañarse con regularidad ayuda a mantener la piel hidratada, y es fundamental a la hora de prevenir la aparición de peligrosas infecciones. Además, para mantener la hidratación, se recomienda humectarse la piel inmediatamente (o, al menos, dentro de los 3 minutos posteriores al baño o ducha).
- Hidrátate bien la piel antes de acostarte. Tanto si te acabas de bañar, como si lo hiciste por la noche pero hace ya algunas horas, utilizar una crema medicinal (como por ejemplo podría ser el caso de una crema con esteroides) o una crema hidratante a base de aceite es fundamental, sobre todo si lo haces antes de acostarte. Y no solo es imprescindible hidratarte las zonas afectadas, o donde habitualmente surgen los brotes, sino prácticamente todo el cuerpo.
- Utiliza algún envoltorio húmedo. Puede ser posible que tu piel tienda a secarse con facilidad durante la noche. Si has notado que esto te ocurre, y además habitualmente, puedes probar a envolverte la zona afectada con la ayuda de un paño húmedo inmediatamente después de haberla humectado. Para mantener la piel hidratada el máximo tiempo posible, se recomienda dejar la envoltura puesta durante toda la noche.
- Evita el uso de telas ásperas. Quizá estás utilizando un pijama o unas sábanas fabricadas con telas que pueden acabar irritando tu piel. Es lo que ocurre habitualmente con algunos materiales, como por ejemplo es el caso del poliéster o la lana. Al contrario, se aconseja utilizar prendas o ropa de cama fabricadas cien por cien con algodón; y, a ser posible, con algodón orgánico. Destacan por ser tremendamente suaves -y respetuosas- con la piel.
- Antes de acostarte evita los alérgenos. Si has notado que la dermatitis atópica aumenta durante la noche, si tienes alergia y estas reacciones tienden a empeorar los síntomas de la dermatitis, puedes intentar evitar o alejarte de los alérgenos antes de irte a la cama. Por ejemplo, puedes intentar mantenerte alejado/a de los alérgenos más comunes, como el polen o la caspa de las mascotas.
- Trata de mantener la habitación fresca. Sudar, o el exceso de temperatura del cuerpo, puede hacer que la picazón aumente irremediablemente. Por tanto, es recomendable intentar que la habitación, o la estancia donde descansemos, se encuentre lo más fresca posible.
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¿Los baños con lejía diluida ayudan contra el picor?
Aunque pueda resultar sorprendente, como opinan muchos expertos la realidad es que los baños de lejía diluidos pueden ser de muchísima utilidad a la hora de aliviar el picor y los síntomas relacionados con la piel atópica, especialmente a la hora de reducir la presencia de bacterias en la piel, evitando al máximo el riesgo de infección e inflamación.
Por un lado, algunos expertos sugieren que los baños con lejía diluida pueden mejorar los síntomas de la piel atópica en algunas personas, aunque es necesario tener siempre presente tanto los posibles riesgos como los diferentes procedimientos de seguridad a seguir antes de utilizarlo.
No obstante, los médicos tienen ciertas dudas, especialmente después de que una revisión sistemática, publicada en el año, encontrara que, en realidad, los baños con lejía diluida, o con una solución suave de cloro y agua, no eran más efectivos que bañarse solo en agua tras más de 3 semanas de tratamiento. Por este motivo, los expertos se encuentran divididos acerca de si los baños con lejía pueden reducir -o no- la gravedad de la piel y la dermatitis atópica, por lo que se hacen necesarios más estudios al respecto.
Cómo usar los baños de lejía diluidos
Los expertos recomiendan tomar un baño de lejía diluido entre 2 a 3 veces por semana, pero nunca superar esta cantidad. Es aconsejable utilizar lejía doméstica no concentrada, que por lo general suelen contener hipoclorito de sodio al 5,25 por ciento. ¿Y cómo hacerlo? A continuación te proponemos los pasos a seguir:
- Llena la bañera con agua tibia (recuerda evitar siempre el agua caliente, dado que con la piel atópica no es en absoluto recomendable, ya que la piel podría resecarse y escamarse todavía más).
- Para un baño de 150 litros de agua, lo aconsejable es utilizar media taza de lejía doméstica o cloro. O, buen, para un baño medio lleno, usar un cuarto de taza.
- Luego introdúcete en la bañera, con cuidado de no remojarte la cara ni los ojos, y deja actuar durante un máximo de 10 minutos (más tiempo también tiende a ser contraproducente).
- Finalmente enjuágate completamente con la ayuda de agua tibia.
- Para terminar, aplícate rápidamente crema hidratante o cualquier otro humectante natural. Y, luego, continúa con tu rutina de cuidado regular de la piel.
También es imprescindible seguir otros consejos o pautas básicas a tener muy en cuenta. Por ejemplo, no se debe utilizar ningún otro producto en el agua, incluso si quiera jabón neutro. Tampoco es recomendable, como te hemos comentado en el apartado anterior, utilizar el agua muy fría o muy caliente, y no pasar más de 10 minutos.
Es fundamental evitar introducir la cara en el agua, o la cabeza. Por otro lado, no es en absoluto aconsejable aplicar el producto en sí directamente sobre la piel, ya que el riesgo de irritación es muy elevado.
Cuáles son los principales efectos secundarios y posibles riesgos
Cuando la piel está extremadamente seca, utilizar un baño con lejía diluida puede ser muy doloroso. Si este es tu caso, lo ideal es evitarlo siempre.
Tampoco es recomendable para aquellas personas que tengan asma alérgica, dado que pueden ser muy sensibles a los gases de la lejía, y pueden terminar irritando la piel o el sistema respiratorio.
¿Y en el caso de los bebés? ¿Cómo podemos calmar el picor fácilmente?
Si tu bebé ha sido diagnosticado con dermatitis atópica es habitual que también pueda sentir picazón e incomodidad durante la noche. Por suerte, en la mayoría de las ocasiones, tanto los tratamientos como los consejos para bebés y niños (pequeños o mayores) son los mismos que para los jóvenes y para los adultos.
Eso sí, lo más habitual es que la papá o el mamá tenga que tomar ciertas precauciones adicionales con la idea de mantener a los bebés muchísimo más cómodos y tranquilos, sobre todo de noche. A continuación te ofrecemos algunas pautas o trucos que te serán de gran ayuda (además de tener en consideración los consejos que también te hemos indicado en el apartado anterior):
- Evita lavar al bebé en exceso. La mayoría de pediatras recomiendan lavar o bañar al bebé con dermatitis atópica un máximo de tres o cuatro veces por semana. Eso sí, esto no significa que no debamos mantenerlo perfectamente limpio, especialmente en el área del pañal. Y es que, salvo por esta zona o área, es bastante probable que ya te hayas percatado de que, en realidad, los bebés realmente no se ensucian tanto.
- Evita los baños calientes. En lugar de utilizar baños con agua caliente, se recomienda sustituirla por baños tibios y cortos. De esta forma, evitaremos al máximo que su piel tan sensible pueda resecarse con facilidad. Por otro lado, tampoco se recomienda que el baño sea muy largo. ¿Lo mejor? Que no dure más de 10 minutos.
- Cuidado con el jabón que uses para el baño. Además de recortar los minutos del baño, también debes prestar especial atención al jabón que utilices en el momento del aseo. Solo se recomienda usar una pequeña cantidad de jabón, y es preferible que sea ideal para pieles sensibles, sin fragancia y ultra suave.
- Después del baño. Una vez hemos bañado al bebé, se aconseja retener la humedad inmediatamente, con la piel aún húmeda, con la ayuda de una loción suave e hipoalergénica especialmente fabricada para su uso en los más pequeños. Y si en ese momento no toca bañar al bebé, lo más aconsejable es aplicar igualmente esta crema o loción (se recomienda de hecho hacerlo un par de veces al día).
- Cuidado con los detergentes de la ropa. La piel del bebé, sobre todo si es atópica, es aún más sensible si cabe. Por tanto, debes tener especial cuidado con el detergente que utilices para lavar tanto sus prendas como la ropa de la cama, siendo recomendable sustituirlo por detergentes para pieles sensibles.
- Limpia sus babas al máximo. Es normal, sobre todo los primeros meses, que el bebé tienda a tener un exceso de saliva, sobre todo en la zona de los labios, la barbilla y el cuello. La humedad excesiva puede acabar provocando un brote de dermatitis, por lo que es fundamental limpiar suavemente la saliva cada vez que la veamos.
Además, dado que rascarse puede ocasionar una mayor picazón (y, además, hacer que el problema se vuelva más grave), es imprescindible mantener las uñas del bebé siempre cortas, y tratar de cubrir sus manos con manoplas de algodón o con calcetines mientras duerme. Así, controlaremos en todo momento que el pequeño no se rasca, sobre todo cuando es algo más grande.
Por otro lado, la ropa con la que vistas al bebé puede ser también un elemento desencadenante importantísimo, ya que está en constante contacto con su delicada y sensible piel. ¿Lo mejor? Vestir al bebé con algodón, orgánico si es posible, el cual se convierte en definitiva en una opción excelente para las pieles más sensibles. Y, en caso de no ser posible, se aconseja evitar las telas ásperas o con rayas (como ocurre, por ejemplo, con la lana).
Como hemos visto, la realidad es que los consejos y pautas que te hemos mencionado anteriormente pueden ser útiles no solo cuando los síntomas de la dermatitis atópica aumentan o se recrudecen por la noche, sino que son ideales para tenerlos en cuenta y llevarlos a cabo en cualquier momento del día.
Remedios naturales útiles para calmar el picor de la piel atópica
Baño de bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio se convierte en un remedio natural tremendamente popular para el tratamiento y alivio de una buena cantidad de afecciones, entre las que, además, se encuentra el alivio de la picazón asociada a la dermatitis y a la piel atópica.
Para disfrutar de sus cualidades calmantes solo tienes que poner agua tibia en la bañera, con la intención de remojarte, y agregar un cuarto de una taza de polvo de bicarbonato de sodio, mezclando bien con la ayuda de las manos.
Luego simplemente ponte en el agua del baño, en remojo, durante un máximo de 10 minutos.
Si lo deseas, también puedes preparar una pasta de bicarbonato de sodio, y agregarlo directamente sobre la piel. Únicamente tienes que mezclar 3 cucharadas de bicarbonato de sodio con 1 cucharada de aceite de oliva o miel. Combina hasta que se forme una pasta. Para terminar, simplemente debes aplicarla en aquellas zonas de la piel que te piquen, dejando actuar entre 15 a 20 minutos. Luego retíratelo con agua tibia.
Envolturas húmedas
Las conocidas como envolturas húmedas pueden ser excelentes a la hora de rehidratar y calmar la piel durante un brote, cuando no solo surge la incómoda y molesta picazón, sino cuando además se encuentra particularmente seca.
¿Y cómo hacerlo? En realidad es más sencillo de lo que piensas. Después de bañarte e hidratarte la piel (ya sea con una crema hidratante adecuada para la piel seca o atópica, o con cualquier humectante natural, como el aceite de coco, el aceite de almendra o el aceite de oliva), envuélvete la piel afectada con paños tibios y perfectamente limpios, seguido luego de una capa de ropa seca, como podría ser un pantalón de chándal o una camisa de manga larga.
Deja que las envolturas húmedas actúen durante varias horas. O en caso de que el picor sea demasiado molesto, durante toda la noche. De esta manera, conseguirás que la piel pueda absorber la mayor cantidad de humedad posible. A la mañana siguiente, probablemente el picor haya disminuido muchísimo (o incluso desaparecido).
Baño calmante de avena coloidal
Quizá sea la primera vez que escuches hablar de la avena coloidal. Lejos de pensar que se trate de una avena difícilmente de encontrar, lo cierto es que básicamente se trata de avena molida muy finamente.
Aunque es posible encontrarla así en herbolarios y tiendas de dietética especializadas, es perfectamente posible hacerla por ti mismo cuando tienes copos de avena en casa. Únicamente debes añadir un poco a la licuadora, al molinillo de café o al procesador de alimentos, y moler bien hasta que la avena se haya convertido en un polvo bien fino.
Es fundamental que la consistencia sea muy fina, ya que en caso contrario, al añadirla al agua del baño terminará por hundirse y quedarse en el fondo, no mezclándose como debería con el agua, por lo que no podremos disfrutar de sus cualidades calmantes.
Una forma de probar si ha adquirido la textura y consistencia ideal, es mezclar una o dos cucharadas en un vaso de agua. Si al mezclar con una cuchara, observas que el agua ha adquirido una consistencia lechosa, entonces estará perfecta. En caso contrario, simplemente debes añadir la avena molida al procesador, molinillo o licuadora, y continuar trabajando un poco más.
Luego, a la hora de usarla, solo tienes que hacerlo de la misma manera que preparaste el baño con bicarbonato de sodio. ¿Cómo? Muy sencillo: llena la bañera con agua tibia, añade media taza de avena coloidal, y mezcla bien. El agua adquirirá una consistencia y apariencia lechosa. Sumérgete en el agua durante un máximo de 10 minutos.
Por otro lado, también puedes preparar una pasta de avena. Para ello en un cuenco o tazón pon 2 cucharadas de avena coloidal con 1 cucharada de aceite de oliva, y mezcla bien hasta que se forme una pasta. Luego aplícatela sobre la zona que desees tratar de la piel, dejando actuar durante 15 minutos. Para terminar, retira enjuagándote la piel con agua tibia.
Baño de sal
Aunque pueda resultar extraño utilizar la sal marina con el fin de calmar la picazón habitualmente asociada a la piel atópica (especialmente por lo que tiende a escocer cada vez que la aplicamos sobre una herida), lo cierto es que aunque durante un brote grave puede hacer que la piel pique, la realidad es que el agua salada puede ayudar muchísimo a la hora de reducir el dolor.
De hecho, hace algunas décadas algunos médicos se sorprendieron cuando descubrieron que sus pacientes, durante los meses de verano, mejoraban mucho después de pasar largas jornadas en el agua salada del mar. Desde entonces, muchos expertos recomiendan, especialmente a los pacientes más jóvenes, bañarse en el agua del mar o bien darse baños diarios de sal marina. El resultado es más que evidente: no solo se reduce la picazón y la sequedad, sino también el enrojecimiento. Y todo ello en apenas unos días.
¿Cómo hacerlo? Es sumamente sencillo y simple. Solo tienes que llenar la bañera con agua tibia. Una vez llena, agrega 1 taza de sal al agua, y luego introdúcete en el agua, dejando actuar durante 10 minutos.
Luego simplemente sécate la piel un poco, pero es muy recomendado que al aplicarte la crema hidratante o cualquier otro humectante, la piel esté ligeramente húmeda. Puedes darte tantos baños de sal marina como desees, incluso uno al día hasta que observes una mejora en los síntomas.
Baño de vinagre de manzana
El vinagre se obtiene a partir de la sidra de manzana, la cual ha fermentado. Muchos lo utilizan con el fin de reequilibrar los niveles de acidez de la piel, reduciendo por tanto el riesgo de infección. Aún cuando ningún tipo de estudio científico ha sugerido que el vinagre de manzana puede mejorar los síntomas relacionados con la piel atópica, lo cierto es que proporciona excelentes beneficios que sí podrían recomendar su uso.
Por ejemplo, equilibra los niveles de acidez de la piel, gracias precisamente a que se trata de una sustancia ácida, de manera que puede ser de utilidad para mejorar síntomas causados por muchos trastornos de la piel, incluyendo la piel atópica y la propia dermatitis atópica en sí, protegiendo la piel contra una infección bacteriana.
También ayudaría a reducir tanto la inflamación como la infección, en especial cuando se aplica directamente sobre la piel. Por lo que sería de utilidad para disminuir la hinchazón, y reducir el riesgo de que la piel irritada termine infectándose.
Eso sí, dado que es un producto natural tremendamente ácido, cuando se utiliza de forma excesiva puede acabar causando quemaduras químicas. ¿Lo mejor? Antes de usarlo, preguntar siempre al médico. Aunque en la mayoría de las ocasiones es imprescindible usar siempre cantidades pequeñas -y diluidas- de vinagre de manzana, y permanecer atentos a cualquier reacción que se pueda producir en la piel.
¿Y cuáles son las reacciones que pueden surgir? Básicamente cualquier sensación de ardor o en definitiva cualquier otro efecto secundario anormal.
A la hora de preparar el baño con vinagre de manzana, solo tienes que preparar la bañera como habitualmente lo haces (llenándola siempre con agua tibia, en lugar de caliente). Y añadir 1 taza de vinagre de manzana. Mezcla bien, y sumérgete en el agua, dejando actuar durante un máximo de 10-15 minutos. Habitualmente esta cantidad es suficiente para matar las bacterias, lo que podría ser de muchísima ayuda a la hora de prevenir la infección.
Finalmente, enjuágate con agua tibia, sécate la piel suavemente y aplícate una crema hidratante o un humectante natural.
Crema casera de manteca de karité y aceite de coco
La manteca de karité es un producto vegetal, de origen cien por cien natural, que está compuesta de grasa que se extrae de las nueces del árbol de karité nativo de África. Se convierte, es cierto, en un maravilloso humectante natural, capaz de ser absorbido rápidamente por la piel y que ayuda a proporcionar una barrera protectora útil en caso de piel atópica.
Por otro lado, el aceite de coco también se convierte en una opción excelente, ya que es un humectante natural que proporciona un alivio rápido en caso no solo de picazón, sino también de sequedad de la piel. Esto es debido a que contiene ácido láurico, un ácido graso saludable que ayuda a calmar la piel, reducir la picazón, aliviar la irritación y disminuir el riesgo de infección.
- Ingredientes: 1/2 taza de manteca de karité, 1/2 taza de aceite de coco, 1 cucharada de miel, 20 gotas de aceite esencial de lavanda y 10 gotas de aceite esencial de árbol de té.
- Elaboración: Al baño maría, o caldera doble, derrite a fuego medio la manteca de karité y el aceite de coco, removiendo de vez en cuando hasta que ambos ingredientes se combinen. Una vez hecho esto, añade la miel y deja que se derrita por completo. Cuando todo se encuentre en estado líquido, añade el aceite esencial de lavanda y el aceite esencial de árbol del té (en las cantidades indicadas). Remueve bien para combinar todos los ingredientes. Retira del fuego y deja que la mezcla se enfríe, para conseguir que empiece a solidificarse. Cuando la solución se haya espesado, pero aún permanezca líquida, con la ayuda de una batidora de mano mezcla durante algunos minutos, hasta que el color de la crema se aclare. A medida que la solución se solidifica, es aconsejable mezclar cada diez minutos, hasta que adquiera una consistencia similar a una crema o loción. Finalmente, transfiere a un recipiente que puedas cerrar, y reserva en la nevera o a temperatura ambiente.
Crema casera con avena coloidal
Como ya te hemos explicado en algún que otro apartado anterior, la avena coloidal no es más que avena finamente molida. La puedes encontrar así en herbolarios y en tiendas especializadas, aunque si no dispones de ella, pero sí tienes en casa copos de avena (por ejemplo, porque habitualmente los utilizas para el desayuno), la realidad es que puedes aprender a prepararla por ti mismo.
¿Cómo? Es bien simple: simplemente pon una taza de avena en una licuadora, procesador de alimentos o incluso en tu molinillo de café (eléctrico o manual). Luego simplemente trabaja continuamente hasta que observes que la avena esté finamente molida. En caso contrario, es fundamental continuar trabajando durante algunos minutos más, ya que la clave de la avena coloidal está, precisamente, en su consistencia fina. Una vez conseguido, es el momento de preparar nuestra crema con avena coloidal. Presta atención tanto a los ingredientes necesarios como a los pasos a seguir para ello:
- Ingredientes: 60 g de agua destilada, 1 g de avena coloidal, 15 g de aceite de girasol, 10 g de manteca de karité, 7 g de cera emulsionante vegetal, unas gotas de aceite esencial de lavanda.
- Elaboración: Pon el agua destilada en un recipiente pequeño que sea resistente al calor, añade la avena coloidal en la cantidad indicada, y en otro recipiente pon el aceite de girasol, la manteca de karité y la cera emulsionante vegetal (tendremos, por tanto, dos recipientes individuales). Luego coloca ambos frascos en una cacerola al fuego con agua, actuando como si cocinaras al baño maría. Calienta a fuego medio hasta que la cera y la manteca de karité se hayan derretido (tomará aproximadamente entre 10 a 15 minutos aproximadamente). Vierte ahora el agua con la avena, y la cera derretida junto con la manteca de karité y el aceite de girasol en un recipiente limpio, y remueve constantemente con la ayuda de un tenedor. Finalmente, añade las gotitas de aceite esencial de lavanda, y remueve con frecuencia hasta que la crema empiece a espesarse a medida que se enfría. Después de varias horas, adquirirá textura de crema. Cuando tenga esta consistencia, simplemente vierte en recipientes o en frascos pequeños, y almacena a temperatura ambiente en un lugar protegido de la luz directa y del calor.
A la hora de usarla únicamente debes aplicártela sobre la piel como utilizas cualquier otra crema hidratante más, dentro de tu rutina diaria de cuidado de la piel, después de haberte bañado o duchado, y cuando la piel aún está ligeramente húmeda.
Ungüento casero de manteca de karité y caléndula
Aunque este ungüento casero no es una cura para la piel atópica, sí es excelente cuando la aplicamos sobre las áreas afectadas, especialmente en aquellas partes de la piel donde tenemos picazón, puesto que proporciona un alivio rápido, ayudando a calmar los síntomas de manera bastante veloz.
Esto es debido a que se elabora a partir de aceite con infusión de caléndula, que se elabora a partir de aceite de ricino, aceite de girasol y flores secas de esta maravillosa y bonita planta, que ayudan a eliminar las células muertas de la piel y a aliviar la irritación. El aceite de coco, como ya te hemos comentado, es un remedio natural muy popular en el tratamiento de la dermatitis atópica y los picores asociados. El aceite de neem brinda cualidades hidratantes, además de ser un excelente antiinflamatorio, antibacteriano y analgésico.
- Ingredientes: 2 cucharadas de aceite de coco, 2 cucharadas de manteca de karité, 2 cucharadas de infusión de caléndula con aceite de ricino y aceite de girasol, 1 cucharadita de aceite de neem, 1 cucharada de cera de abejas y 10 gotas de aceite esencial de manzanilla.
- Elaboración: Pon agua en una cacerola. Añade en el interior un recipiente de vidrio, resistente al calor (de la misma manera que si cocinaras al baño maría), y en el interior de este recipiente agrega los aceites y la manteca de karité junto con la cera. Una vez se hayan derretido retira del fuego y añade el aceite esencial. Remueve bien hasta que los ingredientes se combinen, y deja reposar a temperatura ambiente, hasta que los aceites se hayan solidificado y adquieran consistencia de ungüento. Para terminar, reserva en el frasco, que deberás cerrar debidamente con la ayuda de una tapa.
Cuando lo vayas a utilizar simplemente lo puedes usar sobre la piel, aplicándolo con suavidad sobre las zonas de la piel que más te piquen. Por otro lado, ¿sabías que también lo puedes usar como si se tratara de un bálsamo labial, o un exquisito humectante facial? Sus cualidades te ayudarán a nutrir y cuidar la piel en profundidad, reduciendo el picor.
Crema casera con aceite de vitamina E y avena
La receta de crema casera que te proponemos en esta ocasión se convierte en un excelente remedio natural para calmar la piel, al reducir la picazón y la inflamación. Además, está elaborada con ingredientes cien por cien naturales, por lo que puedes utilizarla siempre que lo necesites. Su elaboración, además, es muy sencillo y fácil, de forma que mientras tengas todos los ingredientes necesarios, podrás hacerla en cualquier momento.
- Ingredientes: 1/2 taza de aceite de coco, 1/4 taza de manteca de karité, 1/4 taza de copos de avena, 2 cucharaditas de aceite de vitamina E (en cápsulas) y 20 gotas de aceite esencial de lavanda.
- Elaboración: Como es bastante probable que la avena que tengas sea avena gruesa, lo ideal primero es molerla finamente con la ayuda de un molinillo de especias o de café, un procesador de alimentos o simplemente una licuadora. Es necesario molerla muy bien, hasta que los copos gruesos de avena se conviertan en polvo. Pon un poco de agua en una cacerola, pero no lo suficiente como para llenarla (bastará con unos pocos centímetros), y calienta al fuego. Una vez hecho esto, pon el aceite de coco y la manteca de karité en un recipiente de vidrio que sea perfectamente resistente al calor. Introduce este recipiente en la cacerola con agua justo en el momento en el que comience a hervir. Baja el fuego un poco, para que siga hirviendo pero suavemente, y espera hasta que el aceite de coco y la manteca de karité se hayan derretido por completo. Retira ahora del fuego y añade la avena en polvo (en la cantidad indicada). Remueve bien para que los ingredientes se combinen e integren entre sí. Si tienes el aceite de vitamina E en cápsulas, únicamente hazles un finísimo agujero con la ayuda de una aguja de cocer, y vierte su contenido en el recipiente. Luego añade el aceite esencial de lavanda. Mezcla y remueve de nuevo. Una vez que todos los ingredientes estén bien incorporados, y debidamente combinados, vierte la mezcla en un recipiente pequeño, o en una lata. Deja en la nevera o a temperatura ambiente, hasta que la crema se haya solidificado.
¡Listo! Únicamente cada vez que la vayas a utilizar aplícate esta crema sobre la piel limpia, en aquellas zonas donde sientas esa incómoda y molesta picazón.
Crema casera con aceite de coco, avena y romero
A lo largo de las diferentes recetas de cremas caseras sobre las que te hemos hablado en los apartados anteriores, ya hemos usado distintos ingredientes, cien por cien naturales, cuyas cualidades son simplemente excelentes a la hora de calmar el picor asociado a la piel atópica, así como el resto de síntomas relacionados (enrojecimiento, inflamación, piel seca y agrietada…).
En esta ocasión en concreto, además de volver a usar avena y aceite de coco por sus interesantes cualidades calmantes y nutritivas, también añadimos otros dos ingredientes únicos: el aceite de oliva y el aceite de romero.
- Ingredientes: 1/4 taza de avena molida, 3/4 taza de aceite de coco virgen, 1 cucharada de aceite de oliva y 10 gotas de aceite de romero.
- Elaboración: Si no dispones en casa de avena coloidal únicamente debes moler los copos de avena muy finamente con la ayuda de una licuadora, un procesador de alimentos o un molinillo de especias o de café. Eso sí, es importantísimo que la avena se encuentre muy bien molida, ya que entonces la crema no adquirirá la textura y consistencia adecuada. Luego, pon en una cacerola pequeña al fuego el aceite de coco, a fuego lento, hasta que se derrita (tomará como mucho 20 segundos). Añade ahora el aceite de romero, la avena molida y mezcla bien hasta que los ingredientes se integren. Luego retira del fuego y añade el aceite de oliva. Vuelve a mezclar para combinar. Transfiere a un recipiente pequeño de vidrio, y reserva en la nevera hasta que se solidifique y se endurezca ligeramente.
Para usarlo únicamente debes aplicarte esta crema sobre la piel cada vez que te pique, y esperar a que se absorba lentamente.
Crema casera de lavanda
Esta crema casera de lavanda es una opción delicada y además tremendamente suave, que incluso puede ser ideal para utilizarla en bebés con la piel atópica, gracias a que se elabora únicamente con tres maravillosos ingredientes naturales: aceite de coco, aceite de vitamina E y aceite esencial de lavanda, lo que le proporcionará una excelente fragancia relajante.
En este caso sí es útil utilizar una fragancia como por ejemplo es el caso del aceite esencial de lavanda, dado que no es una fragancia química que puede acabar empeorando los síntomas de la piel atópica, y causar aún más irritación y picazón.
- Ingredientes: 2 tazas de aceite de coco virgen, 2 cucharadas de aceite de vitamina E y 5 gotas de aceite esencial de lavanda.
- Elaboración: Comenzaremos derritiendo el aceite de coco. Para ello colócalo en el microondas y calienta durante al menos 20 segundos, removiendo de vez en cuando hasta que se derrita. Si utilizas el aceite de vitamina E en cápsulas, haz un agujero con la ayuda de una aguja, y añade el aceite de vitamina E al tazón de aceite de coco derretido. Ponlo en el vaso de la batidora, y bate bien durante al menos 2 minutos, asegurándote de atrapar la mayor cantidad de aire posible. Luego añade las gotitas de aceite esencial de lavanda en la cantidad indicada, y continúa mezclando con la batidora de mano durante un minuto o dos más.
Si lo deseas, puedes utilizar esta crema de inmediato, o añadirla a un recipiente e introducirla en la nevera durante al menos media hora, para que al aplicarla sobre la piel esté fría, lo que ayudará además a que la inflamación y la picazón relacionada disminuyan.
Barra de loción calmante con aceite de rosa mosqueta y onagra
Si además de picazón de la piel sufres de inflamación, descamación y enrojecimiento, esta barra de loción casera te será de muchísima ayuda, puesto que es ideal para reducir ese incómodo picor, y además de forma totalmente natural.
Para su elaboración utilizaremos únicamente ingredientes calmantes, antiinfalamtorios, antibacterianos, nutritivos, protectores e hidratantes. ¿Te animas a elaborarla con nosotros? Toma nota de los ingredientes que necesitas y los pasos a seguir.
- Ingredientes: 50 g de cera de abejas rallada o picada, 50 g de manteca de kokum, 30 g de aceite de semilla de rosa mosqueta, 30 g de aceite de onagra, 1/2 cucharadita de aceite de vitamina E, 20 gotas de aceite esencial de ylang ylang, 10 gotas de aceite esencial de mirra, 10 gotas de aceite esencial de milenrama y 5 gotas de aceite esencial de manzanilla.
- Elaboración: En una cacerola a fuego muy bajo pon un poco de agua, y en el centro coloca un recipiente de vidrio. En el interior de este recipiente pon la cera de abejas rallada, el aceite de semilla de rosa mosqueta y la manteca de kokum, calentando al baño maría. Luego, pasados unos minutos, aleja del calor y añade el aceite de onagra y el aceite de vitamina E. Remueve bien hasta que los ingredientes se combinen. Luego, añade ahora los aceite esenciales, en las cantidades indicadas, y vuelve a mezclar nuevamente. Vierte en moldes (si deseas que la barra adquiera forma de jabón), y deja que se enfríe por completo. Luego almacena en un lugar fresco y oscuro.
Como observarás justo en el momento en el que la vayas a utilizar, este maravilloso producto natural no tendrá la consistencia de una crema o una loción convencional, por lo que no será pegajoso.
A la hora de usarla, solo tienes que frotar la barra contra las áreas afectadas de la piel, y disfrutar del alivio rápido que proporcionará en apenas unos segundos. Si bien es cierto que la puedes utilizar en el momento que desees y necesites, cuando tengas picazón es recomendable hacerlo al menos entre 4 a 6 veces por día.
Ungüento casero con aceite de aguacate
Aunque el aguacate, es cierto, se convierte en uno de los alimentos cuyo consumo cuando tenemos piel atópica debemos evitar al máximo (a pesar de ser tremendamente nutritivo y saludable, es una de las fuentes más ricas en aminas y salicilatos, que inducen en un aumento de la picazón), sí podemos disfrutar de sus cualidades calmantes cuando lo utilizamos en forma de aceite de aguacate sobre la piel.
Para ello, por ejemplo, vamos a proponerte en este ocasión un maravilloso ungüento casero en cuya elaboración usaremos no solo aceite de aguacate, también manteca de karité y aceite de vitamina E.
- Ingredientes: 60 g de manteca de karité, 12 g de aceite de aguacate y 2 cápsulas de aceite de vitamina E.
- Elaboración: Pon agua en una cacerola ponla al fuego. Cuando el agua empiece a hervir suavemente pon un recipiente de vidrio en el interior, de la misma manera que si cocinaras al baño maría. En este recipiente añade la manteca de karité y el aceite de aguacate, y calienta a fuego medio hasta que la manteca se derrita por completo. Una vez hecho esto, retira del fuego (con cuidado, eso sí, para no quemarte con el agua), mezcla bien y añade el aceite de vitamina E. Vuelve a mezclar de nuevo. Con la ayuda de una batidora de mano bate la mezcla hasta que adquiera una consistencia similar a la que posee el merengue. Para conseguirlo puedes hacerlo dejando el recipiente en el interior de agua helada, a la vez que bates. Una vez tenga esta consistencia, simplemente almacénalo en un tarro o recipiente para lociones, y reserva en la nevera hasta el momento en el que lo vayas a usar.
A la hora de utilizarlo, lo recomendable es hacerlo entre 2 a 3 veces por día, en ocasiones alternando con cualquier otra loción, o simplemente alternándolo con aceite de coco puro, que como bien sabes, actúa como un maravilloso humectante natural.
Barritas de loción para calmar el picor
Además de las cremas caseras que te hemos propuesto en los apartados anteriores, también puedes aprender a hacer una barrita de loción, que destaca precisamente no solo por su facilidad a la hora de hacerla fácilmente en casa, sino por su sencillez a la hora de aplicarla.
Los ingredientes que se utilizan para hacerlas ya te los hemos mencionado con anterioridad, puesto que proporcionan cualidades excelentes contra la piel atópica, así como para aliviar el picor de la dermatitis atópica, pero combinados entre sí simplemente brindan beneficios aún más interesantes todavía.
Utilizaremos manteca de karité, manteca de cacao y manteca de mango, que ayudan a nutrir y cuidar la piel de forma totalmente natural. Mientras que la cera de abejas, por otro lado, es ideal para cubrir la piel y protegerla contra la sequedad. ¿Y qué ocurre con el aceite de hígado de bacalao? Básicamente es sumamente rico en ácidos grasos saludables y en vitaminas liposolubles, que nutren y sanan la piel de forma óptima.
- Ingredientes: 1/3 taza de manteca de karité, 1/3 taza de manteca de cacao, 3 cucharadas de pastillas de cera de abejas, 1/4 taza de aceite de hígado de bacalao y aceite esencial de lavanda.
- Elaboración: Utilizando una caldera doble combina la manteca de karité y la manteca de cacao con las pastillas de cera de abeja en la parte superior. Añade un poco de agua en el fondo de la caldera doble. Si no dispones de caldera doble, puedes hacerlo directamente al baño maría, poniendo las dos mantecas y la cera de abeja en un recipiente resistente al calor, sobre una cacerola con agua. Calienta a fuego medio hasta que hierva. Luego, cuando alcance este punto, reduce a fuego lento y remueve la mezcla con cuidado hasta que todos los ingredientes sólidos se hayan derretido. Retira del fuego. Añade ahora el aceite de hígado de bacalao y algunas gotitas de aceite esencial de lavanda. Para terminar, remueve bien y vierte rápidamente en los moldes de desodorante de plástico. Reserva en la nevera hasta que se endurezca, o bien deja reposar a temperatura ambiente durante 4 a 6 horas.
A la hora de usarlas únicamente tienes que utilizar la barrita de loción directamente sobre la piel seca. No es recomendable utilizarlo en el baño o en la ducha. Por otro lado, puedes frotarte una capa delgada sobre la piel tantas veces como necesites.
Loción casera ideal para piel seca
El aceite de almendras es un aceite natural con excelentes cualidades hidratantes. Además, brinda beneficios antiinflamatorios, por lo que es una opción maravillosa en caso de que la molesta e incómoda picazón relacionada con los brotes de la piel atópica aparezca. El aceite de oliva, por otro lado, es interesante a la hora de calmar y reparar la piel, al ayudar a neutralizar los radicales libres y estimular a su vez el crecimiento celular.
La manteca de cacao es excelente a la hora de neutralizar los radicales libres, que habitualmente se asocian con el envejecimiento prematuro, en especial cuando se acumulan sobre la piel. A su vez, proporciona vitaminas y minerales ideales para ayudar a reducir los síntomas de la picazón.
- Ingredientes: 1/2 taza de aceite de almendra, 1/2 taza de aceite de coco, 1/2 taza de aceite de oliva virgen extra, 1/4 taza de cera de abejas, 1 cucharada de manteca de karité, 1 cucharada de manteca de cacao, 20 gotas de aceite esencial de lavanda y 1 cucharadita de vitamina E.
- Elaboración: Llena un frasco o recipiente de conservas de boca ancha con el aceite de almendras, el aceite de coco y el aceite de oliva, la cera de abejas sólida, la manteca de karité y la manteca de coco. Introduce este recipiente en una cacerola, llena con agua hasta llegar a la mitad, y calienta a fuego medio (de la misma manera que cuando cocinas al baño maría). Una vez que los ingredientes se hayan derretido, retira el frasco con cuidado de no quemarte, y deja que se enfríe un poco, removiendo ocasionalmente. Cuando se haya enfriado pero no lo demasiado como para que no se pueda remover fácilmente, añade el aceite esencial de lavanda y la vitamina E. Remueve un poco, y deja enfriar, colocando la tapa en el frasco y reservando en la nevera o a temperatura ambiente.
Dado que esta loción, al contener una mayor cantidad de aceite, tiende a ser más aceitosa que la crema sobre cuya receta te hablábamos en el apartado anterior, te recomendamos asegurarte que se haya absorbido bien antes de ponerte la ropa, ya que en caso contrario correrás el riesgo de que termine transfiriéndose a las prendas o telas, y se manchen.
Conoce además: La alimentación más adecuada para la piel atópica
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