La dermatitis atópica es una afección inflamatoria de la piel, que se caracteriza por ser crónica, y aunque no tiene cura, la realidad es que con un tratamiento adecuado puede llegar a controlarse. Es más, cuando aparece en bebés o en niños pequeños, lo más habitual es que a partir de los 5 años de edad tienda a mejorar, de manera que cuando el niño llega a los 15 años lo más común es que ésta se haya recuperado casi por completo, o incluso haya desaparecido.
Puede causar irritación, erupciones cutáneas (con una incómoda y molesta picazón), el enrojecimiento de la piel, y ampollas supurantes. Por este motivo, aún cuando no es una afección mortal, sí preocupa porque es una afección cutánea grave que puede aumentar el riesgo de infección.
Como ya hemos visto, y te hemos explicado en algún que otro momento, la dermatitis atópica tiende a ser más común en niños menores de 2 años de edad, apareciendo sobre todo en bebés durante el primer año de vida. Aunque, es cierto, también puede acabar afectando a niños más mayores, jóvenes y adultos.
Sobre las causas, aunque no se conoce la causa exacta y precisa que ocasiona la aparición de la dermatitis atópica, los investigadores creen que en realidad se trata de una combinación de distintos factores, tanto genéticos como ambientales. Es más, se sabe que los desencadenantes tanto hereditarios como ambientales pueden desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de la afección, aunque por el momento su causa no se entiende con claridad.
Los estudiosos sospechan que del factor hereditario como uno de las causas más evidentes, ya que esto explicaría por qué los hijos de padres con dermatitis atópica tienden a tener un riesgo mayor de sufrir la afección cutánea. En cualquier caso, la investigación (1) sugiere que si durante el embarazo la mamá evita la leche de vaca y toma probióticos, suele tener un riesgo menor de sufrirla (en definitiva, puede ser menos propenso a desarrollar este tipo de dermatitis).
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En este sentido, también se sabe que los bebés que se alimentan exclusivamente de leche materna durante los tres primeros meses de vida también tienden a presentar menos probabilidades de desarrollar dermatitis atópica.
En cualquier caso, muchas de los niños, jóvenes y adultos que son diagnosticados con dermatitis atópica o eccema también lo son de alergias alimentarias. Pero como ocurre con muchas enfermedades y afecciones, cada persona es diferente, de manera que descubrir cuáles son sus necesidades personales de alimentos es fundamental, a la par que imprescindible, en especial a la hora de minimizar los problemas relacionados tanto con la dermatitis como con las alergias.
Por este motivo, lo habitual es que no todos tengan problemas con algunos de los alimentos que, en mayor o menor medida, se caracterizan por ser algunos de los principales causantes de alergias alimentarias comunes asociadas con la dermatitis atópica. Es el caso de: leche de vaca, huevos, gluten, nueces, productos de soja, pez y mariscos.
Desde un punto de vista médico se sabe que consumir ciertos alimentos no parece ser la causa de la dermatitis atópica. Sin embargo, cuando ya se tiene la afección, sí puede desencadenar un brote. Por tanto, mantener una dieta adecuada es clave a la hora de manejar la alergia debidamente, y además es fundamental que la dieta sea individual, puesto que no todas las personas afectadas con dermatitis y alergias alimentarias tienden a tener las mismas reacciones -o brotes- a los mismos alimentos.
¿Qué alimentos son aconsejables comer con piel atópica?
Consumir alimentos con efectos antiinflamatorios puede ser de enorme utilidad a la hora de mantener a raya algunos de los principales síntomas de la dermatitis atópica, en especial la inflamación. Y, por lo general, destacan los alimentos que pasamos a comentarte a continuación.
Pescados grasos
Están los primeros de la lista, y por un motivo concreto: contienen altos niveles de ácidos grasos omega-3, el cual se ha demostrado, actúa no solo como un buen protector cardiovascular, sino por sus cualidades antiinflamatorias.
Destacan en especial el salmón y el arenque, y se aconseja consumir, preferiblemente de los alimentos, al menos 250 mg de ácidos grasos omega-3 cada día.
No obstante, a veces esto no es del todo posible, por lo que puedes consultarle a tu médico la posibilidad de tomar un suplemento de omega-3 (en la mayoría de las ocasiones, se trata de aceite de pescado, el cual es más rico en ácidos grasos).
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Alimentos probióticos
Los alimentos probióticos son ideales a la hora de mantener un sistema inmunológico fuerte, a la par que unas defensas reforzadas. Esto puede ser muy interesante a la hora de reducir tanto las reacciones alérgicas como los brotes de la dermatitis atópica.
Entre los alimentos probióticos más interesantes, que podemos añadir a nuestra dieta diaria, destacan: yogur (que contiene cultivos vivos), el kéfir, tempeh, chucrut (sin pasteurizar), la sopa de miso o los encurtidos fermentados de forma natural. También son interesantes la kombucha y el kimchi. ¿Y cuáles son las principales características de estos alimentos, y en qué consisten?:
- Yogur. Consiste en un producto lácteo que se elabora a partir de la fermentación de la leche con un cultivo de yogur. El proceso comienza con leche fresca, que a menudo primero es pasteurizada, y luego se fermenta con varios cultivos de bacterias vivas, incubándose a una determinada temperatura para estimular el crecimiento de bacterias beneficiosas. Este maravilloso cultivo hace que se fermente la lactosa, el azúcar que encontramos de manera natural en la leche. Luego, esto produce ácido láctico, que le proporciona al yogur su característico sabor.
- Kéfir. Se trata de una bebida fermentada y cultivada, cuyo sabor recuerda mucho al sabor que posee el yogur, aunque es ligeramente más ácido. Se elabora a partir de una serie de granos de kéfir, conocidos habitualmente como «iniciadores», que consisten en una combinación de proteínas de la leche, bacterias y levaduras. Habitualmente se elabora con leche, aunque también se puede hacer con leche de cabra, de arroz, de coco o co agua (incluso con agua de coco).
- Tempeh. Consiste en un alimento que se obtiene a partir de la soja, y que destaca por su elevado contenido en proteínas. Es una especie de pastel elaborada a partir de soja cocida, y ligeramente fermentada, durante cuyo proceso se descompone el ácido fítico, ayudando a que los almidones sean más sencillos de digerir.
- Chucrut. Se trata de un maravilloso alimento, que consiste en un tipo de col fermentada cuyo origen se remonta a hace más de 2.000 años (cuando se originó en China). Es decir, esencialmente se trata de col fermentada.
- Miso. Es una pasta fermentada que aporta un sabor salado a «umami» en una amplia diversidad de platos japoneses. Suele tener una textura similar a la mantequilla de cacahuetes, y suele ser una combinación cultivada de soja, algún grano como la cebada o el arroz, sal y un hongo (koji). Su sabor depende del tiempo de fermentación, que pueden ser desde unas pocas semanas hasta varios años.
- Kimchi. Se trata de un plato de verduras fermentadas. Las variedades, como podemos imaginar, son verdaderamente variadas, aunque la versión básica consiste en una combinación de rábano, cebolla y ajo. Además, a menudo posee un toque ligeramente picante.
- Kombucha. Consiste en un exquisito té fermentado que viene elaborándose y consumiéndose desde hace miles de años. Se elabora añadiendo cepas específicas de bacterias, azúcar y levadura al té verde o té negro, el cual es fermentado durante una semana o más tiempo. Durante el proceso de fermentación, las bacterias y levaduras forman una película similar a un hongo, el cual aparece en la superficie del líquido (y que le proporciona esa apariencia tan característica y popular). Esta película consiste en una colonia simbiótica viva de levaduras y bacterias, que puede usarse para fermentar una nueva kombucha.
Por ejemplo, ¿sabías que un estudio publicado en mayo encontró que aquellos bebés que consumieron probióticos durante su primer año de vida presentaban posteriormente un riesgo muchísimo más reducido de desarrollar piel atópica?
Alimentos ricos en quercetina
La quercetina es un flavonoide de origen vegetal, que proporciona a muchos de los vegetales, frutas y verduras su característico y llamativo color, y también actúa como un maravilloso antihistamínico y antioxidante natural.
Por tanto, se convierte en una opción excelente a la hora de reducir los niveles elevados de histamina en el cuerpo, y la inflamación. Entre los alimentos con mayor contenido en quercetina, que podemos incluir en la dieta, podemos mencionar: col rizada, espinacas, brócoli, guindas, manzanas y arándanos.
Col roja
La col roja es un alimento muy interesante cuando tenemos piel atópica. De hecho, posee ese característico color, tan vibrante y llamativo, gracias a la presencia de la antocianina, un pigmento protector de la piel que también encontramos en otros alimentos similares, como por ejemplo podría ser el caso de la coliflor morada.
Sus cualidades, por tanto, son antiinflamatorias. Y, además, proporciona beneficios altamente alcalinizantes.
Algunos consejos dietéticos básicos
No existe una dieta específica para las personas con dermatitis atópica, salvo seguir algunos consejos dietéticos útiles y optar por consumir aquellos alimentos que pueden ayudar a reducir o aliviar los síntomas.
No obstante, sí se sabe que comer una dieta rica en antioxidantes puede ser especialmente útil a la hora de reducir los síntomas. Es el caso, por ejemplo, de la conocida como dieta mediterránea, que se caracteriza por la inclusión de alimentos naturales como las frutas y verduras, y grasas saludables (como el aceite de oliva). También incluye otros alimentos como el pez y los frutos secos.
También es posible optar por seguir una dieta antiinflamatoria, que se basa en definitiva en comer alimentos ricos en fibra, con cualidades antiinflamatorias, y evitar al máximo aquellos alimentos que aumentan la inflamación. En este aspecto es útil comer pescado (rico en ácidos grasos omega-3), granos enteros, verduras, frutas y grasas saludables (como es el caso del aceite de oliva).
Determinados suplementos dietéticos que podrían ser útiles
Ante te hablaremos sobre las cualidades de la vitamina D en un futuro apartado, lo cierto es que se ha demostrado que determinados suplementos dietéticos pueden ser de bastante ayuda para quienes sufren de piel atópica, al proporcionar cualidades o efectos interesantes para tratar los síntomas, reducir las molestias o incluso prevenir los brotes. A continuación te explicamos cuáles son los más importantes:
- Vitamina D. Es una vitamina liposoluble que habitualmente es también conocida bajo el nombre de la «vitamina del sol», puesto que una de las principales fuentes son los rayos ultravioleta, además de determinados alimentos. Su principal función es la de ayudar en la absorción tanto del calcio como del fósforo, y algunos estudios han descubierto que la suplementación con esta vitamina puede ser de utilidad en el tratamiento de la piel atópica, en particular para los niños que suelen sufrir un empeoramiento de los síntomas durante los meses de invierno. Por otro lado, otro estudio encontró que una deficiencia de vitamina D podría provocar una piel atópica muchísimo más grave.
- Vitamina E. Al igual que la D, la vitamina E es una vitamina liposoluble, la cual destaca por ser un potente antioxidante, que ejerce un efecto protector para una amplia diversidad de afecciones y problemas de salud, como los derrames cerebrales, las cataratas, las enfermedades del corazón o el cáncer. Además, un estudio encontró que ayudaría a reducir el nivel de anticuerpos IgE, reduciendo los brotes de dermatitis atópica, y proporcionando por tanto cierto alivio a los síntomas.
- Ácidos grasos omega-3. Sobre estos ácidos grasos ya te hemos hablado en un apartado anterior. Y es que son unos ácidos grasos esenciales para la función normal de la piel, de ahí que en algún que otro momento se haya especulado acerca de la posibilidad de que la deficiencia de ácidos grasos esenciales en la piel pueda acabar desempeñando algún papel en la piel atópica.
- Ácidos grasos omega-6. Ciertos tipos de ácidos grasos omega-6 se han relacionado con la inflamación. No obstante, en el caso particular del ácido gamma-linolénico parece que actuaría de la forma contraria, ayudando a reducir la inflamación. Algún estudio indagó acerca de la suplementación de aceite de borraja y aceite de onagra (ambos aceites vegetales especialmente ricos en ácido gamma-linolénico), aunque no lograron mejorar de forma significativa los síntomas asociados a la piel atópica.
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¿Y qué alimentos se deberían evitar?
Como te hemos comentado anteriormente, la realidad es que los alimentos no causan la aparición de la dermatitis atópica o eczema de forma directa, pero si sufrimos además de algún tipo de alergia alimentaria, sí pueden llegar a desencadenar un aumento de los síntomas, de la misma manera que si optamos por algunos alimentos con cualidades antiinflamatorias (como hemos podido ver en el apartado anterior), conseguiremos disminuirlos o reducirlos.
Como hemos visto, las principales alergias alimentarias -al menos, las más comunes- incluyen sobre todo los huevos, productos lácteos, las nueces y la soja.
También debemos tener en cuenta algunos productos alimenticios que pueden contener determinados conservantes o ingredientes artificiales que pueden acabar ocasionando un aumento de la sintomatología, o en definitiva hacerlos más fuertes. Es el caso, sobre todo, de los alimentos ricos en grasas trans (como los alimentos procesados, la comida rápida en general y la margarina) o los alimentos con alto contenido en azúcar (como los pasteles, los refrescos azucarados, algunas bebidas de café o las galletas).
En este último caso, se ha descubierto que el azúcar presente en los alimentos de forma artificial -especialmente cuando su contenido en azúcar es elevado- pueden desencadenar ataques de dermatitis atópica, ya que hace que los niveles de insulina aumenten, lo que a su vez puede terminar provocando inflamación.
Como vemos, a la hora de intentar controlar al máximo la dermatitis atópica no solo es fundamental evitar aquellos factores que pueden desencadenar los brotes, o que los síntomas al final terminen aumentando. También es imprescindible cuidar la piel al máximo, humectándola debidamente, y mantener una alimentación lo más adecuada posible. Y es que, en caso de duda, lo más recomendable siempre es consultar con tu nutricionista, quién podrá ayudarte siempre en todo momento.
Tampoco son aconsejables determinados alimentos que contienen aminas, salicilatos, nitratos, MSG y cualquier otro compuesto o factor desencadenante. Es el caso de los tomates, aguacates, uvas, naranjas, kiwis, salsa de soja, brócoli, frutas secas, aguacates, huevos, azúcar, embutidos, y como te hemos comentado, los productos lácteos en general.
Aguacates
Los aguacates, como ya te hemos comentado en bastantes ocasiones, son un alimento nutritivo lleno de beneficios y de cualidades para la salud, gracias sobre todo a su riqueza en grasas saludables, por lo que son tremendamente ideales a la hora de cuidar nuestra salud cardiovascular. Por ejemplo, ayudan a reducir el colesterol LDL a la vez que mejoran los niveles del colesterol HDL (también conocido popularmente como «colesterol bueno»).
Sin embargo, como también te hemos comentado en algún apartado de esta nota, no es una opción adecuada cuando tenemos piel atópica, a pesar de que siga siendo considerado un alimento tan nutritivo como saludable.
¿Por qué? Muy sencillo: es una de las fuentes con mayor contenido tanto en aminas como en salicilatos. ¿Y qué son las aminas y los salicilatos? Las aminas provienen de la descomposición o fermentación de proteínas, mientras que los salicilatos son una familia de sustancias o productos químicos vegetales. Ambos inducen a la picazón, de ahí que muchas personas con piel atópica y dermatitis indiquen que el aguacate acaba empeorando tanto la picazón como los síntomas asociados.
Por tanto, lo más recomendable es evitar el aguacate al menos hasta que los síntomas mejoren o desaparezcan.
Tomates
Como ocurre con los aguacates, los tomates también son ricos en salicilatos, por lo que pueden acabar desencadenando todos esos síntomas tan molesto que habitualmente se relacionan con la dermatitis y con la piel atópica.
Por este motivo, si sufres de piel atópica es muy común que, después de comer tomates, tanto la picazón como el enrojecimiento empeoren.
Leche y otros productos lácteos
Tanto la leche como el resto de lácteos son considerados como algunos de los desencadenantes más comunes de la dermatitis atópica o eccema. De hecho, están relacionados con un exceso de inflamación, así como con daños en el revestimiento del tracto gastrointestinal, por lo que podrían tener un efecto directo sobre nuestro propio sistema inmunitario.
Por otro lado, también se sabe que aquellas personas que tienen la piel atópica, o que sufren de dermatitis atópica, suelen tener deficiencia de calcio. De ahí que sea aconsejable optar por otras maneras de obtener calcio, como los frutos secos, determinadas legumbres, bebidas vegetales enriquecidas o, en caso de ser necesario, optar por algún suplemento (eso sí, siempre bajo la recomendación del médico).
Uvas
Las uvas son tremendamente deliciosas, y se convierten en el postre estrella de cada Navidad, especialmente porque se consumen tradicionalmente la noche del 31 de diciembre. Sin embargo, si te apasionan las uvas o las pasas, no es recomendable consumirlas cuando tenemos piel atópica.
De hecho, contienen no solo uno sino tres químicos en total que promueven y fomentan la picazón: aminas, salicilatos y GMS natural (glutamato monosódico). Además, es considerada como una fruta con una elevada acidez, lo que puede acabar siendo muy irritante para nuestros intestinos.
Naranjas y otros cítricos
Las naranjas, al igual que otros cítricos como por ejemplo podría ser el caso del limón, son frutas fuertemente acidificantes, que además contienen dos sustancias o productos químicos que promueven la picazón: aminas y salicilatos.
Además, el ácido presente naturalmente tanto en las naranjas como en otros cítricos pueden irritar nuestro sistema digestivo, y causar inflamación en algunas personas, lo que ocasiona que los síntomas de la dermatitis aumenten.
Brócoli y otras verduras de hoja verde
Determinadas verduras de hoja verde, como el brócoli, la col rizada o las espinacas pueden empeorar los síntomas relacionados con la piel atópica, fundamentalmente porque contienen glutamato monosódico de forma natural, además de aminas y salicilatos. Todo ello, como ya hemos visto, pueden terminar empeorando tanto la picazón como los brotes asociados a la dermatitis atópica.
¿Lo más adecuado? Optar por otras verduras verdes que contengan menos cantidad de salicilatos, como podría ser el caso del apio, la lechuga iceberg o las judías verdes.
Huevos
Las diferentes proteínas que encontramos en las claras de huevo pueden actuar como moléculas transportadoras con el fin de que las proteínas bacterianas crucen la barrera intestinal, lo que puede ayudar a estimular el sistema inmunitario.
En este sentido, las claras de huevo pueden acabar transfiriendo proteínas del gluten y de otros irritantes, que acabarán ingresando al torrente sanguíneo. Una vez que estas proteínas no digeridas cruzan la barrera intestinal, pueden terminar desencadenando una respuesta de tipo autoinmune, por lo que podría aumentar la inflamación y empeorando los síntomas relacionados con la piel atópica.
Embutidos
Determinados embutidos, como las salchichas, el bacon, el salami o el jabón contienen nitratos y otros conservantes químicos, que pueden actuar como irritantes en caso de dermatitis o piel atópica, por lo que pueden empeorar la inflamación sistémica.
Una opción útil, si te apasionan los embutidos, es optar por versiones de embutidos sin nitratos, pero como manifiestan -y recomiendan- muchos expertos en este sentido, para un menor manejo de los síntomas lo más recomendable simplemente es eliminar todos los embutidos. Además, recuerda que no son muy saludables que digamos.
¿Una dieta de eliminación puede ayudar a tratar la piel atópica?
Hoy en día se calcula que entre un 2 y un 20 por ciento de las personas pueden sufrir algún tipo de intolerancia alimentaria, lo que significa que tanto las intolerancias como las sensibilidades alimentarias son tremendamente comunes en la actualidad.
En este punto nos encontramos con las conocidas como dietas de eliminación, que se han convertido en uno de los principales estándares médicos a la hora de identificar determinadas intolerancias, sensibilidades y alergias alimentarias, a través de la dieta.
Esto significa que, una dieta de alimentación, consiste en eliminar determinados alimentos de la dieta que puedan ser sospechosos de que el cuerpo puede no estarlos tolerando bien. Posteriormente, una vez eliminados, los alimentos son reintroducidos más tardes, de manera individual (uno a la vez), mientras se buscan algunos síntomas que podrían mostrar una reacción alérgica o intolerante.
Si los síntomas mejoran, el alimento es reintroducido lentamente en la dieta durante algunos días. Así, si los síntomas vuelven a aparecer, es probable que finalmente se haya encontrado el desencadenante. Eso sí es un tipo de dieta especial y puntual, que no suele durar más allá de 6 semanas.
Por tanto, una dieta de eliminación puede ser de utilidad en caso de piel atópica, ya que la investigación sugiere que aquellas personas que sufren de alergias alimentarias específicas pueden encontrar algo de alivio cuando también tienen piel atópica si evitan estos alimentos.
Pero sus cualidades no quedarían aquí, ya que además podría ser enormemente útil a la hora de identificar determinados alimentos que podrían desencadenar otras afecciones, entre las que se encuentran la intolerancia a la lactosa, el síndrome del intestino irritable, la enfermedad celíaca o la intolerancia al gluten.
Dieta o alimentación más recomendada en caso de piel atópica
Si bien es cierto que no existe un tipo de alimentación o una dieta específicamente diseñada para aquellas personas que tienen piel atópica, sí se sabe que seguir una dieta fundamentalmente rica en antioxidantes naturales puede ser de enorme utilidad a la hora de reducir los síntomas.
Y tal y como aconsejan los expertos, en lugar de seguir una determinada dieta, es necesario concentrarse en llenar nuestro plato con alimentos naturales y enteros, sin procesar, que en definitiva son especialmente ricos en antioxidantes, vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales igual de importantes. Es el caso, por ejemplo, de frutas y verduras frescas.
También son muy recomendados los alimentos con alto contenido en ácidos grasos omega-3, dado que, tal y como te hemos comentado en algún que otro momento, proporciona beneficios antiinflamatorios muy útiles en caso de tener la piel atópica. Además de los pescados grasos, como ya te hemos hablado, destacan igualmente otros alimentos ricos en grasas saludables, como las semillas de lino o frutos secos como las nueces.
Los alimentos ricos en vitamina D, como el pescado, o los suplementos nutricionales (siempre que hayan sido recomendados por un médico), son también muy interesantes, puesto que esta vitamina actuaría de manera similar a como lo hacen los ácidos grasos omega-3 en este sentido, al ayudar a reducir la inflamación. De esta forma, no solo puede aumentar la inmunidad natural de nuestro organismo, sino mejorar la respuesta inflamatoria de la piel.
Por otro lado, en caso de que se tenga cierta sensibilidad o incluso alergia a algún determinado alimento, debemos tener siempre presente que lo que consumamos no es la causa directa de la piel atópica, sí pueden terminar desencadenando un aumento de los síntomas asociados, dado que el cuerpo (concretamente nuestras defensas) tenderán a responder de forma exagerada.
Por ejemplo, aún cuando no existe ningún tipo de evidencia científica que responda que ésta se pueda convertir en una recomendación dietética universal (esto es, adecuada para la mayoría de las personas), la realidad es que algunos individuos pueden observar ciertas mejoras cuando siguen una dieta libre de gluten.
Algunos de los alimentos, como hemos visto, más comunes que pueden terminar desencadenando un brote en la piel atópica, y que se convierten en algunos de los principales candidatos para ser eliminados de la dieta, son: leche y otros lácteos, huevos, trigo o gluten, soja, frutas cítricas, tomates, nueces, cacahuetes y algunas especias, como la canela, el clavo y la vainilla.
También suele ser común que a la dieta de eliminación le acompañe la realización de pruebas de alergia, incluso aunque la persona con piel atópica no sea verdaderamente alérgica a un determinado alimento, dado que puede volverse sensible, y acabar experimentando síntomas en la piel, luego de una exposición prolongada y repetida a los mismos.
¿La dieta antiinflamatoria puede ser útil?
Dado que la piel atópica, y en especial la dermatitis atópica, consiste en una afección inflamatoria de la piel, muchos expertos aconsejan seguir una dieta antiinflamatoria con el fin de ayudar a que los síntomas disminuyan, y la condición, por tanto, acabe mejorando.
Como su propio nombre indica, es un tipo de dieta igual de especial, en la que se eliminan o simplemente se consumen un menor número de alimentos que podrían provocar inflamación en el cuerpo, optando además por añadir una mayor cantidad de alimentos útiles para combatir la inflamación.
A la hora de seguirla, es de vital importancia prestar especial atención a las grasas que se consumen en la dieta, dado que pueden terminar influyendo en la inflamación del organismo.
Como ya hemos visto, las grasas trans, que sobre todo incluyen aceites hidrogenados y sumamente insaludables, pueden promover la inflamación. Al igual que las grasas saturadas (que encontramos en los lácteos enteros, carnes rojas y en la piel de aves de corral principalmente), algunas margarinas o las patatas fritas.
Aunque hayamos visto que los ácidos grasos omega-6 pueden ser útiles a la hora de reducir la inflamación, gracias a sus cualidades antiinflamatorias, todo depende del compuesto en concreto que se consuma. Así, mientras que algunos aceites vegetales promoverían la inflamación, el ácido gamma-linoléico haría todo lo contrario: ayudaría a reducirla, gracias a sus propiedades antiinflamatorias.
Es lo que ocurre también con los ácidos grasos omega-3, ácido eicosapentaeonoico (EPA), ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido alfa-linolénico. Los ácidos DHA y EPA los podemos encontrar principalmente en pescados grasos, como las sardinas, salmón, arenque, atún y caballa. Mientras que el ácido ALA lo podemos encontrar en alimentos de origen vegetal, como el aceite de soja, el aceite de canola y las semillas de lino. ¿Y qué alimentos son fuente interesante de ácidos grasos omega-3? Es el caso de determinados vegetales de hoja verde y frutos secos como las nueces.
Por otro lado, las grasas monoinsaturadas también parecen ser muy interesantes en este sentido, ya que podrían actuar como antiinflamatorios. En este sentido, destacan principalmente algunos aceites vegetales como el aceite de oliva y el aceite de canola.
Los mejores alimentos de acción antiinflamatoria
Si tienes piel atópica y prefieres optar durante algún tiempo por la conocida como dieta antiinflamatoria, debes prestar especial atención a los siguientes alimentos con efectos antiinflamatorios:
- Frutas: fresas, arándanos, moras y cerezas.
- Verduras: cebolla, brócoli, espinacas y col rizada.
- Granos integrales: harina integral, pan integral, arroz integral y quínoa.
- Determinadas especias: cúrcuma y jengibre.
- Café y té: en especial el té verde, gracias a su contenido en polifenoles.
Algunos de estos alimentos, por ejemplo, son especialmente ricos en flavonoides, que ayudan naturalmente a la hora de combatir la inflamación. Es el caso de la col rizada, brócoli, espinacas, cerezas y manzanas.
Por otro lado, es necesario evitar aquellos alimentos que pueden acabar estimulando la inflamación en el cuerpo, en particular los especialmente ricos en azúcar y en carbohidratos refinados, entre los que se encuentran el pan blanco, la pasta blanca y el arroz blanco. Además, es imprescindible prestar especial atención al azúcar oculto en otros productos alimenticios, como el yogurt, los típicos cereales de desayuno, la salsa de tomate y otros condimentos.
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