Existen una gran diversidad de intolerancias alimentarias que se conocen hasta el momento, aunque tanto la celiaquía como la propia intolerancia a la lactosa se convierten en dos de los trastornos más comunes más tiende a afectar a un número de personas bastante amplio.
La celiaquía, consiste en una enfermedad intestinal, la cual afecta a individuos genéticamente predispuestos, cuando ingieren alimentos que contienen gluten, una proteína que forma parte de la harina de los cereales, como pueden ser la cebada, el trigo, la avena y el centeno.
Esto significa que cuando el gluten entra en contacto con la mucosa intestinal tiende a producir una serie de reacciones inflamatorias de base inmunológica, que puede causar daños graves en el intestino delgado.
Esto supone que la persona celiaca debe seguir una alimentación sin gluten, de forma que al no contener cereales con esta proteína, puede ser común que la persona sufra de estreñimiento, además de que puedan existir determinadas deficiencias de nutrientes.
Las deficiencias de nutrientes en celíacos
Teniendo en cuenta que la alimentación celiaca persigue la eliminación de los alimentos con gluten de la dieta, las personas con celiaquía deben evitar y corregir las diferentes deficiencias nutricionales que se pueden producir.
Las más comunes son la falta de fibra, ácido fólico, hierro o vitamina D, como consecuencia de la mala absorción de nutrientes, que recibe el nombre de atrofia vellositaria.
Cómo evitar las deficiencias nutricionales en celíacos
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Vitamina D: lo más adecuado es incluir en la dieta alimentos saludables y libres de gluten como son los pescados azules, huevos y setas (sobretodo los champiñones).
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Hierro: para evitar el déficit de hierro lo mejor es el consumo de carne al menos una vez por semana. Destacan las carnes blancas, aunque también el pescado (boquerones y sardinas) y los mariscos (almejas, gambas y mejillones).
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Ácido Fólico: lo más adecuado es el consumo de legumbres de una a dos veces por semana, además de no olvidamos del consumo de verduras de hoja verde cada día. También puedes optar por los frutos secos (como los pistachos o los piñones).
Imagen | nackeredhack
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