Muchos médicos y especialistas en salud recomiendan realizarse cada año un análisis sanguíneo cuando no existe ningún trastorno ni problema de salud. Mientras que, en caso de existir, pueden recomendar la realización de un análisis cada 6 o cada 3 meses.
Es la mejor forma para descubrir qué tal se encuentra nuestra salud, por lo que un valor alto o bajo puede ser un indicativo de la existencia de alguna enfermedad o trastorno (como puede ser por ejemplos niveles de colesterol alto, azúcar alto, creatinina alta o ácido úrico alto).
En el caso de las proteínas en sangre, se realiza su medición normalmente de forma conjunta con el resto del análisis sanguíneo. Aunque en determinadas circunstancias (como en caso de trastornos del sistema inmune, enfermedades del hígado, riñones o intestinos y cáncer) se utiliza para diagnosticar y evaluar a estos pacientes.
Valores normales de proteínas en sangre
Aunque suele ser habitual que los valores normales de proteínas en sangre varíen de un laboratorio a otro, comúnmente los valores habituales son los siguientes:
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Valores normales en recién nacidos: entre 4,6 y 7,3 (g/dl).
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Valores normales en lactantes: entre 6 y 6,7 (g/dl).
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Valores normales en niños: entre 6,2 y 8 (g/dl).
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Valores normales en adultos: entre 6 y 8,3 (g/dl).
Causas de las proteínas bajas en sangre
Las principales causas de las proteínas bajas en sangre son las siguientes:
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Enfermedad hepática: cuando las células del hígado están dañadas son incapaces de sintetizar la albúmina. De ahí que los niveles de proteínas totales y de albúmina sean utilizados para el diagnóstico de las enfermedades del hígado.
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Inmunodeficiencia: la principal proteína del sistema inmunológico es la globulina. Cuando existe deficiencia inmune, el número de inmunoglobulinas se reduce, lo que causa una disminución de los niveles de proteínas en sangre.
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Desnutrición: si se sigue una dieta baja en proteínas suele ser habitual que el cuerpo no pueda producir globulina y albúmina. De ahí que sea vital el seguimiento de una dieta lo más equilibrada y saludable posible.
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Pérdida de proteínas y malabsorción: determinadas condiciones que afectan el intestino pueden llegar a reducir la capacidad de nuestro cuerpo para absorber las diferentes proteínas de aquellos alimentos que consumimos. Es muy habitual en trastornos como la enfermedad celíaca o la enfermedad de Crohn.
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Consumo de medicamentos: determinados medicamentos, como los anticonceptivos orales o los estrógenos pueden causar una reducción de los niveles de proteínas en sangre.
Imagen | Thirteen Of Clubs
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