En el vasto universo de productos de cuidado de la piel, entender las diferencias entre los numerosos productos disponibles puede parecer una tarea desalentadora. A menudo, las líneas entre los diferentes tipos de productos pueden parecer borrosas, especialmente cuando se trata de serums y cremas.
Aunque ambos tienen un lugar valioso en una rutina de cuidado facial efectiva, cada uno tiene una función y beneficios distintos.
En este artículo, vamos a explorar las diferencias entre los serums y las cremas, para que puedas tomar decisiones informadas sobre qué productos son los mejores para tus necesidades y objetivos de cuidado de la piel. ¡Empecemos!
¿Qué es un serum?
Un serum es un producto de cuidado de la piel que tiene una consistencia ligera y fluida, y que está repleto de ingredientes activos altamente concentrados.
Estos activos pueden variar dependiendo del tipo de serum, pero a menudo incluyen antioxidantes como la vitamina C, retinoides, ácido hialurónico, péptidos y niacinamida, entre otros. Descubre esta versión casera con ingredientes naturales.
Están diseñados para penetrar profundamente en la piel, proporcionando un nivel de tratamiento más intensivo que otros cosméticos.
Debido a su alta concentración de ingredientes activos, los serums pueden abordar problemas específicos, como arrugas, líneas finas, manchas, sequedad o acné, de manera más efectiva.
Es importante recordar que los serums no sustituyen a los hidratantes, sino que los complementan. Aunque éstos pueden contener ingredientes hidratantes, por lo general no contienen los mismos ingredientes oclusivos que las cremas y los hidratantes, que ayudan a sellar la humedad en la tez.
Si te has quedado con alguna duda, en este artículo te la aclaramos y te explicamos detalladamente para qué sirve.
¿Qué es una crema?
Una crema es un tipo de emulsión de aceite en agua que tiene una consistencia más densa y rica en comparación con los serums.
Están formuladas para hidratar al proporcionar una capa oclusiva que sella la humedad en la piel. Debido a su textura más pesada, las cremas suelen aplicarse después de los productos más ligeros como los serums.
Pueden contener una variedad de ingredientes activos como los antioxidantes, los retinoides, los péptidos, entre otros, pero generalmente en concentraciones más bajas que los serums.
Suelen ser más hidratantes y nutritivas, lo que las hace ideales para personas con tez seca o para usar durante los meses más fríos cuando la piel puede volverse más seca.
Las cremas también pueden tener funciones específicas. Por ejemplo, las de día a menudo contienen protector solar para proteger la piel de los dañinos rayos UV, mientras que las de noche pueden contener ingredientes como retinol que pueden aumentar la sensibilidad al sol, por lo que es mejor usarlos durante la noche.
Además, hay cremas específicas para determinadas áreas del rostro, como el contorno de ojos, que está diseñada específicamente para la delicada piel alrededor de los ojos. O para el código de barras, que mejora la apariencia del labio superior.
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Comparación de textura y formulación
Al comparar un suero y una crema, la primera diferencia notoria es su textura y formulación.
Un serum tiene una textura más ligera y líquida, parecida a un gel o a un líquido ligero. Está formulado para absorberse rápidamente en la piel y penetrar profundamente en las capas subyacentes.
Por eso suelen contener ingredientes activos en altas concentraciones, ya que estos ingredientes pueden llegar más profundamente a la dermis y proporcionar resultados más notables y rápidos.
Por otro lado, las cremas tienen una textura más espesa y rica, similar a una loción o una pomada. Esto se debe a que están diseñadas para proporcionar una barrera oclusiva en la superficie de la piel, ayudando a retener la humedad y proteger la tez de los elementos externos.
Debido a esta barrera oclusiva, las cremas pueden contener ingredientes activos, pero estos ingredientes no se absorben tan profundamente como los de los sueros.
Para ponértelo fácil, si piensas en el cuidado de la piel como una cena, los serums serían tu plato principal, lleno de nutrientes y beneficios, mientras que las cremas serían tu postre, que proporciona una capa final de humedad y sella todos los ingredientes activos y beneficios en tu cutis.
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Diferencias en la aplicación
Es importante tener en cuenta que la secuencia y el método de aplicación de los serums y las cremas también difieren.
Un serum se aplica después de la limpieza y tonificación, pero antes de cualquier crema o hidratante.
Dada su textura ligera y su rápida absorción, se suele aplicar con los dedos, usando golpecitos suaves para facilitar la penetración en la piel. Solo se necesitan unas pocas gotas para cubrir todo el rostro y el cuello, lo que lo convierte en un producto altamente eficiente.
Las cremas, por otro lado, se aplican después del serum y cualquier otro tratamiento que se utilice. Debido a su textura más espesa, se suelen masajear en la cara utilizando movimientos circulares para garantizar una distribución uniforme y una absorción adecuada.
También se pueden utilizar para sellar los serums y otros tratamientos, ayudando a mantener la humedad y los ingredientes activos en la dermis por más tiempo.
En conclusión, ambos productos se complementan y pueden trabajar juntos para mantener la piel saludable y vibrante.
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Diferencias en los resultados
Ambos, serums y cremas, tienen un impacto positivo en la salud del cutis, pero su eficacia se manifiesta de diferentes maneras debido a las particularidades de su composición y propósito.
Los primeros están diseñados para abordar problemas de la piel a nivel celular y proporcionar resultados a largo plazo. Por su alta concentración de ingredientes activos y su pequeño tamaño molecular, penetran profundamente y pueden hacer cambios notables en áreas problemáticas.
Podrías notar la disminución de las líneas finas, una tez más firme, o una reducción en la hiperpigmentación después de un uso constante de serums.
Las cremas, por su parte, tienen como principal objetivo la hidratación y la protección de la superficie de la piel.
Aunque algunos también pueden contener ingredientes activos, no tienen la misma capacidad de penetración que los serums. Sin embargo, proporcionan un beneficio inmediato en términos de suavidad y confort en la piel, y su efecto de sellado ayuda a mantener todos los beneficios de los productos aplicados anteriormente.
En definitiva, aunque ambos productos pueden aportar beneficios visibles, los sueros suelen proporcionar cambios más profundos y duraderos, mientras que las cremas aportan beneficios más superficiales e inmediatos.
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¿Puedes usar ambos?
¡Por supuesto! De hecho, utilizar tanto un serum como una crema en tu rutina de cuidado de la piel puede ser muy beneficioso, ya que cada uno cumple una función diferente y complementaria.
El elixir, gracias a su alta concentración de ingredientes activos y su capacidad para penetrar profundamente en la dermis, puede trabajar a un nivel más profundo y proporcionar resultados más duraderos y notables en el tiempo.
Por su parte, la crema hidratante, con su textura más densa y su enfoque en la hidratación y protección de la tez, puede proporcionar beneficios más superficiales e inmediatos, además de sellar los beneficios del suero aplicado previamente.
Para aplicar ambos correctamente, deberías comenzar con la limpieza de tu rostro, luego aplicar el suero y permitir que se absorba por completo antes de proceder con la aplicación de la crema hidratante.
Esta secuencia asegura que el líquido, con sus pequeñas moléculas, pueda penetrar eficazmente en la piel, mientras que la crema hidratante sella todos los beneficios y proporciona una capa protectora adicional en la superficie cutánea.
Recuerda que no todos los cosméticos son iguales. Cada uno está formulado para tratar diferentes problemas de la piel, por lo que debes elegir los productos que mejor se adapten a tus necesidades específicas. Si tienes dudas, no dudes en consultar a un dermatólogo.
En conclusión, tanto los serums como las cremas desempeñan papeles únicos y complementarios en una rutina de cuidado facial efectiva. Los primeros son concentrados potentes que se adentran en la piel para proporcionar resultados de larga duración, mientras que los segundos aportan hidratación y protección a nivel superficial.
Aunque ambos pueden ser utilizados de forma independiente, trabajan mejor en conjunto, proporcionando un régimen de cuidado de la piel completo y multidimensional.
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