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Efectos perjudiciales del consumo de soja y derivados

¿Cuáles son los efectos perjudiciales reales y las consecuencias negativas del consumo de soja, y sus productos derivados como la leche de soja?. Esto es lo que dicen los estudios científicos.

Desde hace años nos vienen vendiendo a través de diferentes campañas publicitarias que tanto la soja como productos derivados populares como la leche de soja, son productos saludables y adecuados desde un punto de vista nutricional por los diferentes beneficios y propiedades que aportan. Pero la realidad a tenor de los estudios científicos existentes es bien diferente.

Si bien es cierto, como ya te comentábamos en un artículo anterior, que la leche de soja aporta ácidos grasos omega-3, isoflavonas ricas en estrógenos vegetales, lecitina, vitaminas del complejo B, aminoácidos esenciales y minerales como el calcio y el fósforo, diferentes estudios científicos no hacen sino constatar que, a pesar de su riqueza nutricional, se trata de una bebida cuyo consumo estaría poco o nada aconsejado en realidad.

Efectos de la soja en la salud

Por ello, antes de consumir la popular bebida de soja queremos analizar cuáles son sus efectos perjudiciales, ya que tanto a corto como a largo plazo serían realmente peligrosos tanto para nuestro organismo como para nuestra propia salud.

Los principales efectos negativos del consumo de soja y sus derivados

Alteraciones endocrinas

La soja es rica en genisteína, una proteína que causa alteraciones del páncreas y de la tiroides. Diferentes estudios científicos han descrito un aumento de la hormona tirotropina (TSH hipofisiaria) en respuesta a su acción antitiroidea, causando hipotiroidismo, bocio difuso y tiroiditis autoinmune subaguda (1).

Dado que la genisteína inhibe la peroxidasa tiroidea, causa daños irreversibles a las enzimas que sintetizan las hormonas de la tiroides. Por poner solo un ejemplo, en el año 1988 el doctor Theodore Kay (de la Facultad de Medicina de la Universidad de Kyoto) constató que las personas alimentadas con soja –sobretodo niños y mujeres- sufren un agrandamiento de la tiroides.

Además, se tiene constancia de que un consumo a largo plazo puede aumentar el riesgo de cáncer de tiroides, a la vez que aquellos niños alimentados con fórmulas de soja presentan el doble de diabetes.

Alteraciones en la fertilidad

Aunque este apartado se encuentra dentro de las diferentes alteraciones endocrinas que produce el consumo de soja, queremos hacer una sección aparte para poder analizarlo en profundidad.

No debemos olvidarnos que la soja contiene fitoestrógenos, cuya acción se combina con otros disruptores endocrinos y xenoestrógenos, responsables de alteraciones del comportamiento sexual, de las hormonas sexuales, disminución de la fertilidad y de los andrógenos.

En el caso de los hombres, no solo se disminuye tanto los andrógenos como la propia fertilidad, sino que la genisteína y la daidzeína que encontramos en la soja son compuestos genotóxicos para el esperma. A su vez, los fitoestrógenos causan hinchazón, retención de líquidos y desarrollo de las mamas (ginecomastia).

Si el consumo de soja se produce desde la infancia puede aparecer pubertad precoz y anomalías congénitas del tracto genital masculino. De hecho, la mayor incidencia de este tipo de defectos se han encontrado en bebés varones nacidos de madres vegetarianas grandes consumidoras de soja (2).

Efectos de la soja

Alteraciones del sistema inmunitario

La soja es rica en genisteína, una proteína que ejerce un efecto inmunosupresor, produciendo alteraciones atróficas del timo. De hecho, un consumo incluso normal de productos de soja durante el embarazo y la lactancia materna ha sido relacionado con la aparición de enfermedades autoinmunes en los niños.

Alteraciones alérgicas

Se tiene constancia que la proteína de soja produce diferentes alteraciones alérgicas, generando casi un 30% de las reacciones graves, además de ser una causa de alopecia.

Alteraciones en el ADN, y malformaciones en el nacimiento

Diferentes estudios científicos han descrito alteraciones de los mecanismos reparadores naturales de alteraciones cromosómicas, así como alteraciones negativas del ADN (3).

En caso de embarazo, diferentes investigaciones llevadas a cabo por la Universidad John Hopkins han concluido que existe una conexión potencial entre el consumo de isoflavonas durante el embarazo, defectos de nacimiento (como hipospadias, criptorquideas, espina bífida, ausencia de algún órgano, abortos y piernas deformes) y alteraciones tiroideas.

Alteraciones del sistema nervioso

Un estudio científico llevado a cabo por el Hawaiian Epidemiology Center durante más de 3 décadas sobre 7.000 hombres constató que cuanta más soja consumían peores eran sus habilidades mentales.

Los expertos además indican que tomar cantidades de soja aproximadas a 25 gr. de leche de soja al día puede conducir a problemas cognitivos. En este sentido, el Instituto Nacional del Envejecimiento reportó hallazgos que revelaron que el consumo de soja en dos o más porciones a la semana resultaba en un pobre desempeño cognitivo, y en un bajo peso del cerebro.

Habas de soja

Alteraciones del comportamiento

Se tiene constancia de que un consumo a largo plazo de productos derivados de la soja causan un aumento del estrés y de la ansiedad, del comportamiento agresivo y a su vez una disminución de los comportamientos sociables.

No solo no previene el cáncer, sino que aumenta el riesgo de padecerlo

Desde hace años la industria productora de soja y de productos derivados de soja ha publicitado que se trata de un alimento que previene el cáncer. Sin embargo, en la literatura científica podemos encontrarnos casos que demuestran que, en realidad, no solo no lo previene, sino que puede fomentar los cánceres ginecológicos y tiroideos, el cáncer de páncreas, de mama y leucemia infantil.

En el procesamiento industrial de la soja se produce una sustancia cancerígena conocida con el nombre de lisinealina, mientras que los solventes utilizados dejan otros residuos como el hexano, igualmente cancerígeno (4).

Favorece la aparición de cáncer de mama

Aunque ya tratamos esta cuestión en el apartado anterior, hemos querido abrir un espacio especial dedicado a este tema, principalmente porque una de las supuestas ventajas o beneficios del consumo de soja para las mujeres es la presunta prevención del cáncer de mama.

No obstante, debemos tener en cuenta que la soja es rica en fitoestrógenos, de manera que podría estar ligada a un incremento del riesgo de cáncer de mama. Así lo constató la Universidad de Cornell, que demostró que altos niveles de estrógeno a largo plazo están ligados al incremento del riesgo de cáncer de mama. Parece ser que estos efectos cancerígenos son aún mayores en mujeres premenopáusicas (5).

Aparición de fibromas uterinos y menarquia

Un estudio llevado a cabo en el Enviromental Health Perspective, que duró 4 años y participaron 50.000 mujeres, constató que aquellas mujeres que fueron alimentadas con leche de soja en su infancia presentaban una incidencia del 25% más alto de padecer fibromas uterinos a los 35 años.

En el año los resultados de un estudio científico constataron que las niñas alimentadas en la infancia con soja presentan un 25% mayor de riesgo de menarquia temprana (es decir, adolescencia temprana) (6).

No previene la osteoporosis

Parece que también la afirmación de que la soja previene la osteoporosis es completamente falsa, ya que en realidad es un producto vegetal que no solo bloquea la absorción de calcio, sino que causa un déficit de vitamina D.

¿Por qué Asia es uno de los continentes con niveles más bajos de osteoporosis? No precisamente por el consumo de soja, sino porque su dieta es más rica en vitamina D, procedente de otros alimentos como los mariscos, tocino, y caldos hechos con huesos (muy ricos en calcio).

Aparición de cálculos renales

La soja es rica en oxalatos, que no pueden ser metabolizados por nuestro organismo y son eliminados por la orina. Un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad del Estado de Washington (en Spokane), ha demostrado que los oxalatos se unen al calcio en los riñones, lo que puede llevar a la formación de cálculos renales. Por tanto, el consumo de soja no está aconsejado en personas en riesgo de cálculos.

Entonces, ¿no es seguro consumir soja?

Debemos tener en cuenta que no existen alimentos que sean cien por cien beneficiosos o perjudiciales. Además, en la mayoría de las ocasiones, el problema de la soja viene de consumir granos de soja y derivados obtenidos a partir de cultivos transgénicos

Por suerte, de acuerdo a la normativa europea recogida en Genetically Modified Organisms, como cualquier otro alimento, si la soja es transgénica debe ser indicado en el envase del producto, por lo que cada vez que vayamos a adquirir un producto de soja o derivado, lo más adecuado es fijarnos en su etiquetado. Es probable que te encuentres un aviso del tipo «producido de soja no transgénica», o tal vez «contiene soja transgénica».

No obstante, la mejor forma de asegurarte que consumes soja cien por cien segura es optar por productos provenientes de la agricultura ecológica.

Por otro lado, también debemos prestar especial atención a las cantidades diarias que consumimos de soja, dado que por mucho que ésta no sea transgénica e incluso provenga de agricultura ecológica, si nos pasamos en su consumo notaremos sus efectos negativos, y no será tan beneficiosa para la salud. Los estudios indican que no se deben superar las 3 raciones diarias de soja o derivados al día, mientras que para notar los efectos de las isoflavonas (sobre todo en hombres), debemos superar las 12 raciones diarias.

Referencias
(1) Alteraciones endocrinas:

(2) Alteraciones en la fertilidad:

(3) Alteraciones en el ADN y malformaciones en el nacimiento:

(4) Aumenta el riesgo de algunos tipos de cáncer:

(5) Favorece la aparición del cáncer de mama:

(6) Favorece la aparición de fibromas uterinos y menarquia:

Este artículo se publica solo con fines informativos. No puede ni debe sustituir la consulta a un Nutricionista. Le aconsejamos consultar a su Nutricionista de confianza.

C.Pérez

Escribo sobre ciencia, salud y nutrición desde hace 11 años. ¡Ah! Y también papá a tiempo completo con 4 años de experiencia.

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Escribo sobre ciencia, salud y nutrición desde hace 11 años. ¡Ah! Y también papá a tiempo completo con 4 años de experiencia.

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