El denominado como efecto rebote se convierte en uno de las mayores preocupaciones y uno de los principales enemigos de todas aquellas personas que siguen una dieta para perder peso.
¿Por qué? Fundamentalmente porque con el efecto rebote finalmente se termina por recuperar el peso que originalmente se ha perdido durante el seguimiento de la dieta de reducción de peso.
No obstante, analizar no solo qué es el efecto rebote, sino cuáles son las causas del efecto rebote y cómo evitar el efecto rebote se convierte siempre en unas opciones o elementos fundamentales a conocer antes de seguir una dieta, precisamente para que su seguimiento sea óptimo y se consiga el resultado buscado.
¿Qué es el efecto rebote?
El efecto rebote es considerado como la recuperación de los kilos que se han perdido con una dieta de adelgazamiento una vez el régimen de pérdida de peso se ha finalizado.
¿Cuáles son las causas del efecto rebote?
Aunque son varias las causas del efecto rebote, una de las principales es que la persona tiende a eliminar los hábitos seguidos durante la dieta y vuelve a recuperar aquellos que le llevaron a ese exceso de peso: por ejemplo, no come sano y sí mucha bollería industrial o no vigila las cantidades, no practica ejercicio físico y no sigue una dieta equilibrada.
También podemos encontrarnos con personas que han seguido una dieta de adelgazamiento pero poco equilibrada. Generalmente son dietas que eliminan determinados nutrientes o grupos de alimentos, que al final no solo terminan por producir peligrosos déficits nutricionales, sino que influyen negativamente en que la persona termine por pegarse auténticos atracones de aquellos alimentos prohibidos durante el régimen alimenticio.
La eliminación de la práctica de ejercicio físico también es otro hábito común que causa la aparición del temido efecto rebote, sobretodo porque se pasa de un estilo de vida algo más activo (durante el seguimiento de la dieta), a una vida más sedentaria.
Cómo evitar el efecto rebote
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Seguir una dieta de adelgazamiento prescrita y elaborada por un dietista o por un nutricionista diplomado. Esta dieta debe aportarnos menos calorías pero absolutamente todos los nutrientes necesarios, siempre en su justa medida.
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La pérdida de peso debe ser progresiva: esto significa que no es en absoluto saludable que una persona pierda peso rápidamente, puesto que además de ser muy perjudicial para la salud, también se tiende a aumentar peso más rápidamente. Por tanto, la clave está en perder peso poco a poco. La paciencia y la constancia en una dieta son siempre fundamentales.
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Continúa practicando ejercicio físico: es vital no solo para mantener el peso perdido dentro de lo que se consideraría como un peso ideal. También es fundamental para disfrutar de una buena salud y un estilo de vida saludable. Es común que, una vez perdido el peso objetivo, muchas personas creen que ya han cumplido, y no solo terminan por no seguir la dieta, sino que pasan a una vida más sedentaria. Esto es un error que en el tiempo influirá en la recuperación del peso perdido.
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Después de terminar la dieta sigue con una dieta de mantenimiento: como su propio nombre indica, es vital seguir una dieta de mantenimiento que ayude a no recuperar el peso perdido. Puede no ser concebida como una dieta en sí misma, ya que basta con elegir siempre productos naturales y bajos en grasas y consumir sólo las calorías que quemamos.
En Naturdietas | Cómo evitar el efecto rebote
Imagen | Rachel Zack
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