Es habitual que, a determinados alimentos o productos alimenticios, les rodeen siempre mitos y creencias erróneas varias que, de alguna u otra forma, influye negativamente en el concepto que de ellos tienen muchas personas.
Uno de los más comunes son los mitos sobre el chocolate, al igual que los mitos sobre la leche. Pero lo cierto es que si existe un alimento sobre el que siempre han existido bastantes creencias, ese es el huevo.
La realidad es son muchas las propiedades del huevo, que de manera completa nos aporta este alimento tan nutritivo. Mientras que, en forma separada, también son bastantes las propiedades de la clara de huevo. Por un lado, es un alimento altamente rico en proteínas de mayor valor biológico, vitaminas y minerales.
No en vano, a diferencia de lo que puede llegar a pensarse, se trata de un alimento útil para reducir el riesgo de aparición de enfermedades cardiovasculares y la progresión de enfermedades degenerativas, como la diabetes, las cataratas o el cáncer. Además, gracias a su contenido en colina, es un buen alimento para el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Mitos sobre el huevo
Los huevos aportan muchísimo colesterol
Esta cuestión ya la analizamos detenidamente en una nota anterior a la que te respondíamos a la siguiente cuestión: ¿el huevo aumenta el colesterol?.
Posiblemente esta creencia viene de la mano del contenido en colesterol que tiene un huevo de tamaño medio: su cantidad oscila entre los 215 a 220 miligramos de colesterol.
Sin embargo, no debemos olvidarnos de su contenido en lecitina, que en definitiva interviene en su absorción, de forma que este colesterol finalmente tiene poco efecto sobre los niveles finales de colesterol en sangre.
Los huevos engordan mucho
Aunque 100 gramos de huevos aportan en torno a las 150 calorías, lo cierto es que un huevo mediano que pesa unos 60 gramos aporta solo unas 85 calorías.
La mayor parte de estas calorías provienen de su yema. De ahí que en personas con sobrepeso y obesidad, lo recomendable es que consuman solo la clara, que aporta apenas 16 calorías.
No obstante, no debemos menospreciar nunca el importantísimo valor nutricional de la yema, por lo que en una dieta equilibrada, lo mejor es consumirlo entero.
No nos olvidemos de algo también fundamental: la forma de cocinar el huevo influye a su vez en su contenido calórico final. ¿La mejor? Comerlo cocido o hervido.
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