Los aditivos alimentarios (también conocidos con el nombre de aditivos alimenticios), consisten en sustancias o compuestos, tanto vegetales o naturales como industriales, que se incluyen en la composición de distintos alimentos envasados y bebidas con diferentes objetivos.
De manera que, dependiendo de los tipos de aditivos alimentarios que se utilicen, el alimento en cuestión puede tener una durabilidad mayor (es decir, aumenta su periodo de caducidad y/o se impide la podredumbre natural del mismo), o bien se mejoran sus propiedades organolépticas (es decir, tanto su sabor, como su textura, aroma, color…).
¿Qué son los aditivos emulsionantes y para qué sirven?
Los aditivos emulsionantes son sustancias que pueden unirse a sustancias tanto acuosas como no acuosas con el objetivo de evitar que los fluidos con contenido graso formen una capa de nata en su superficie.
De manera que tienden a mantener las gotitas de grasa finalmente distribuidas en la sustancia o producto en cuestión.
Debemos distinguir, por tanto, entre las emulsiones de grasa en agua (como la mayonesa, la leche o los aliños), y las emulsiones de agua en grasa (como la margarina, la mantequilla o las grasas para hornear).
¿Cómo se declaran los aditivos emulsionantes?
La ley, como ocurre con todos y cada uno de los distintos tipos de aditivos permitidos legalmente en la industria alimentaria, establece que los aditivos emulsionantes deben ser incluidos en la lista de ingredientes del producto alimenticio en el que han sido incluidos.
No obstante, sólo es necesario consignar en esta lista de ingredientes el término “emulsionante”.
Efectos de los aditivos emulsionantes en la salud
Como regla general no existe ninguna consideración ni efecto negativo respecto a los aditivos emulsionantes y la salud, dado que nuestro organismo es capaz de descomponerlos sin dejar residuos.
Imagen | jlastras
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