Cada día podemos ver en televisión y en Internet una grandísima diversidad de anuncios sobre la margarina, un producto alimenticio creado con el fin de sustituir a la mantequilla, vendiéndose que –en apariencia- se supone que es un alimento más saludable que ésta porque supuestamente su contenido en grasas es menor. Es decir, es común que la margarina sea vendida como una alternativa saludable a la mantequilla. Algo que empezó a extenderse sobre todo hace ya algunas décadas, cuando se creía que la margarina era la opción “ligera”.
Pero ¿sabías que, en realidad, la cantidad de grasa que encontramos en la margarina y en la mantequilla es prácticamente la misma? En torno a un 80% en peso, en mayor o menor medida. No obstante, sí es cierto que debemos diferenciar claramente entre el tipo de grasa que encontramos en ambos productos. Y es que mientras que la mantequilla posee grasas saturadas (que aumentan los niveles de grasas en sangre), la margarina posee grasas trans (que como ya te hemos comentado en muchas ocasiones, es incluso peor que las grasas saturadas).
Estas grasas trans son de difícil metabolización por parte de nuestro organismo, de manera que se tienden a fijar en los distintos tejidos grasos y acumulaciones lípidas. Además, se sabe que la margarina desprende gran cantidad de furanos y de acrilamidas. Ambos son compuestos que se encuentran en constante estudio e investigación, que advierten que son sustancias tóxicas que entre otros aspectos podrían aumentar el riesgo de cáncer, además de afectar tanto a la salud del hígado como del riñón.
Por tanto, llegamos a una pregunta más que evidente: ¿por qué se trata de vender que la margarina es más saludable que la mantequilla, cuando en realidad la primera contiene ácidos grasos trans, los cuales son muchísimo más perjudiciales para nuestra salud que las grasas saturadas que sí encontramos en la segunda?.
Lejos de crear alarma, debemos advertir que, en la actualidad, muchas de las margarinas que se venden hoy día han eliminado las grasas trans, utilizando para ello una especie de mezcla de grasas vegetales totalmente hidrogenadas y aceite. Pero eso no significa que las margarinas corrientes aún las contengan. Y volviendo nuevamente a las margarinas de nueva generación, las ‘margarinas blandas’ destacan precisamente por ser bajas en grasa, y por no contener grasas trans, con un menor contenido en grasas saturadas y una mayor proporción de grasas insaturadas.
Por tanto, la conclusión es evidente: si hay que elegir entre la mantequilla y la margarina común, lo más adecuado es escoger la mantequilla. Pero si puedes elegir entre la mantequilla y las margarinas blandas bajas en grasas y sin grasas trans, obviamente la mejor elección sería esta última.
Pero si buscamos cuidar nuestra salud y escoger grasas saludables, lo más adecuado desde un punto de vista nutricional es eliminar de nuestra dieta tanto la mantequilla como la margarina, y utilizar sólo aceite de oliva virgen extra diariamente y en pequeñas cantidades.
Si quieres aprender más te recomiendo un artículo de Gominolas de Petróleo muy interesante, en el que se analiza sobre cuál es más saludable, si la mantequilla o la margarina.
Imagen | Paulo Henrique
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