No es casualidad que, desde hace ya algunos años, muchos nutricionistas y médicos especializados hayan comenzado a advertir acerca de los riesgos de consumir leche de vaca, ante la existencia de un mayor número de personas que presentan intolerancia a la lactosa y otro tipo de afecciones y problemas de salud relacionados. De hecho, observamos que cada vez suele ser mayor el número de expertos que
Ya en Estados Unidos en el año el Physicians Committee for Responsible Medicine (PCRM) envió una petición al gobierno americano para que retirara la leche de los comedores escolares, dado que consideran que es un error pensar que la leche fortalece los huesos de los niños en edad de crecimiento, principalmente porque tomar 3 vasos de leche al día no aportaría en realidad la cantidad mínima recomendada de calcio, llegándola a definir incluso como un placebo ineficaz. A lo que se unirían las proteínas y el propio calcio presente en este producto de origen animal, que serían difícilmente asimilables por los seres humanos al estar biológicamente concebida para amamantar a los animales de la misma especie.
Desde un punto de vista nutricional, a lo indicado anteriormente se une el alto contenido tanto en calorías como en grasas saturadas que presenta tanto la leche como sus derivados lácteos, lo que influiría en la aparición de diabetes de tipo 1 cuando existe un consumo excesivo.
En esta ocasión hemos conocido los resultados de un nuevo estudio científico, publicado en la revista especializada British Medical Journal, que concluye que beber más de 3 vasos de leche al día podría suponer un riesgo mayor de muerte prematura, así como de mayores riesgos de fracturas óseas, sobre todo en mujeres.
Lo cierto es que no nos encontramos ante un estudio nimio ni pequeño, ya que para llegar a estas conclusiones los investigadores de la Universidad de Uppsala (en Suecia), analizaron durante 20 años los efectos del consumo de leche en una muestra de 61.000 mujeres de entre 39 y 74 años de edad, y de más de 45.000 hombres de entre 45 y 79 años, a los que supervisaron durante 11 años. Es decir, en total se analizaron una muestra de 106.000 personas a lo largo de dos décadas.
Durante estos años, el equipo de investigadores observaron que el consumo de leche regular se traducía en mayores posibilidades de sufrir fracturas, mientras que aquellas mujeres que bebían más de tres vasos diarios (alrededor de 700 ml. de leche) tenían el doble de probabilidades de morir antes que las que ingerían menos de un vaso diario.
¿Y cuál sería el motivo del aumento del riesgo de muerte prematura? Según los estudiosos lo encontramos en la galactosa, un tipo de azúcar presente en la leche de vaca en grandes cantidades, que según otros estudios científicos podría acelerar el envejecimiento y acortar la vida.
Si eres mujer cuidado con el alto consumo de leche de vaca
En concreto, aquellas mujeres que consumían tres o más vasos al día presentaban:
- Un 90% más de riesgo de sufrir una muerte prematura.
- Un 60% de posibilidades de tener una fractura de cadera.
- Un 15% más de posibilidades de sufrir fracturas óseas en general.
En comparación con las mujeres que bebían menos de un vaso de leche de vaca al día.
Estas diferencias en las tasas de mortalidad no fueron, sin embargo, muy significativas en los hombres (en comparación con lo observado en las mujeres). De hecho, alrededor del 20% de los hombres que bebían tres vasos de leche de vaca murieron a lo largo de la década siguiente, frente al 18% de los que bebían sólo un vaso. Tampoco se observaron diferencias en las tasas relacionadas con fracturas óseas.
Al finalizar el periodo que duró el estudio, 25.000 de las mujeres analizadas habían fallecido, mientras que 22.000 sufrieron algún tipo de fractura ósea.
Por otro lado, a diferencia de lo que se ha venido pensando desde siempre, la investigación descubrió que el consumo regular de leche de vaca aumentaba el riesgo de fracturas óseas, lo que chocaría con la creencia popular de que la leche de vaca es buena para los huesos. El motivo es que a pesar de que la leche de vaca efectivamente contiene calcio (aunque en menos cantidades que otros alimentos de origen natural, dicho sea de paso), la grasa presente en ella anula los efectos positivos que aporta.
Los lácteos que sí serían más saludables
Según los responsables del estudio, la investigación ha ayudado por otra parte a conocer qué otros lácteos sí serían saludables, cuyo consumo estaría más recomendado que la propia leche de vaca en sí misma.
Y es que este estudio permitió asociar menores tasas tanto de mortalidad como de fracturas oseas con el consumo de derivados como el queso o el yogur. En estos casos, como comentábamos anteriormente, mientras que la grasa presente en la leche anula los efectos positivos del calcio presente en ella, los productos lácteos bajos en grasa sí aportarían beneficios tanto para la salud ósea como para disminuir el riesgo de ataques al corazón.
También destacan las leches vegetales, elaboradas a partir de semillas, cereales y frutos secos, igualmente ricas desde un punto de vista nutricional y, según conocemos a raíz de los resultados del estudio, evidentemente muchísimo más saludables que la leche de vaca. Si quieres descubrir más sobre ellas, te aconsejamos leer nuestras notas sobre la leche de soja, la leche de almendras, la leche de sésamo, la leche de avena y la leche de pistacho.
Más información | British Medical Journal / Artículo de la Universidad de Uppsala (en sueco)
Imágenes | TMAB2003 / Robert & Pat Rogers / marimbajlamesa
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