Cuando se trata de luchar contra el envejecimiento de nuestra piel, hoy en día, es posible encontrarnos en el mercado con una amplísima variedad de productos efectivos.
Aún cuando existen cremas que prometen restarnos años desde el primer momento de uso, la realidad es bien diferente: para poder ver los resultados esperados, es esencial la constancia y, sobre todo, tratar de tener paciencia.
Y es que solo con el uso regular y extendido en el tiempo es posible disfrutar de una tez mucho más juvenil, iluminada, cuidada y nutrida.
Para ello, tal y como opinan muchos expertos, es conveniente comenzar a cuidarnos desde mucho antes a cuando en realidad empezaríamos a hacerlo.
Por ejemplo, lo más común es esperar hasta que empiezan a formarse las primeras arrugas para preocuparnos acerca de los tratamientos y terapias que podrían ser de utilidad.
Se trata de un completo error, puesto que para disfrutar de una piel joven y nutrida es fundamental mantenerla debidamente cuidada desde que somos jóvenes.
Por ejemplo, respecto al uso de los retinoides (que actualmente están tan de moda por sus cualidades -demostradas- a la hora de reducir las arrugas, las manchas solares e incluso los brotes de acné), muchos dermatólogos coinciden en señalar que, lo verdaderamente ideal, es comenzar a usarlos a partir de los 25 años de edad.
¿Por qué? Muy sencillo: a partir de esta edad la producción de colágeno natural se ralentiza, y la falta de colágeno es la que ocasiona que, luego, con el paso de los años, empiecen a formarse arrugas.
Por tanto, teniendo en cuenta que los retinoides ayudan a aumentar la cantidad de colágeno y disminuyen la actividad de la colagenasa (una enzima que descompone el colágeno), es conveniente pensar que, lo más recomendable, sea intentar usarlos justo desde el mismo momento en el que la producción de esta importante proteína disminuye.
Lo mismo ocurre con el ácido glicólico. Otro ingrediente que, junto con el ácido retinoico, también tendemos a ver de forma asidua en la composición de una buena cantidad de cremas y lociones para el cuidado de la piel.
Aún cuando se traten de dos ingredientes cuya acción tiende a ser completamente diferente.
Y es que mientras que, por un lado, el ácido glicólico actúa como un exfoliante natural, el ácido retinoico proporciona cualidades interesantes cuando deseamos contrarrestar la aparición de arrugas, manchas e incluso acné.
Lo que puede hacer que nos hagamos diferentes preguntas: ¿en qué consisten, cuáles son sus principales diferencias, y qué ventajas -y desventajas- suponen su uso regular? Toma nota.
¿Qué es el ácido glicólico?
Típicamente derivado de la caña de azúcar, el ácido glicólico pertenece a la familia de los alfa-hidroxiácidos (AHA), de la misma manera que también encontramos otros ácidos comúnmente utilizados en el sector de la belleza, como podría ser el caso del ácido láctico (procedente de los lácteos, concretamente de la leche agria), y del ácido málico (procedente, entre otras fuentes, de la manzana).
Posiblemente hayas descubierto ya que el ácido glicólico es un ingrediente habitual en muchos productos concebidos para el cuidado de la piel.
De hecho, como coinciden en señalar la mayoría de expertos, se trata del alfa-hidroxiácido más popular. Y, a su vez, el científicamente más estudiado.
Desde un punto de vista químico, el ácido glicólico consiste en una molécula de pequeño tamaño, de manera que cuando lo aplicamos directamente sobre la piel, puede penetrar en ella con muchísima facilidad.
Consiste en un ácido soluble en agua, capaz de unirse a otros ácidos que puede reconocer, como podría ser el ácido láctico, cítrico y tartárico.
Todo ello gracias a que, al ser no solo el más pequeño, sino también el más simple estructuralmente hablando, posee el peso molecular más bajo, lo que ayuda a que penetre más fácilmente en la piel, y además, sea bastante más efectivo.
Como veremos, en lo que a los agentes exfoliantes se refiere, la realidad es que podríamos decir que el ácido glicólico se convierte en uno de los ingredientes más milagrosos a la hora de conseguir una tez muchísimo más radiante y brillante.
La función principal por la que se usa el ácido glicólico es como exfoliante, al ser capaz de despegar las células muertas entre sí. De hecho, antes de que comenzara a utilizarse de manera más extendida en la elaboración de cremas, era considerado como uno de los tratamientos estrella de la mayoría de dermatólogos hace algunos años.
Es más, muchos de estos especialistas lo han venido usando en su práctica durante décadas. Podemos mencionar en esta ocasión las exfoliaciones químicas, habitualmente realizadas en la consulta del dermatólogo, y en la que es común el uso de una solución de ácido glicólico.
Beneficios de usar ácido glicólico en la piel
En primer lugar es necesario tener en cuenta que el ácido glicólico es una sustancia exfoliante. Lo que significa que ayuda a eliminar las células muertas, permitiendo que se muestren capas más nuevas y brillantes (que encontramos habitualmente debajo de las anteriores), gracias a que actúa sobre la capa más externa, denominada estrato córneo.
Ideal para el acné
Tanto las espinillas como el acné surgen a partir de la obstrucción de los poros. En la mayoría de las ocasiones, esta obstrucción es causada por una acumulación de células muertas y sebo (aceite), sobre todo cuando la tez presenta una tendencia a producir mucha grasa, y no es exfoliada con cierta regularidad.
El ácido glicólico actúa aflojando estas células muertas entre sí, por lo que puede convertirse en una opción muy interesante cuando se intenta reducir el acné.
¿Y cómo actúa este ácido en este sentido? De acuerdo a los especialistas, posee la capacidad de penetrar en los folículos pilosos, aflojando tanto el sebo como las proteínas que se han ido acumulando, y que, con el paso del tiempo -cuando no son eliminadas-, pueden provocar puntos negros y brotes de acné.
Estimula la producción de colágeno
Cuando deseamos disfrutar de una piel más joven, el colágeno es esencial. Consiste en una proteína que destaca principalmente por ser uno de los principales componentes de nuestra dermis (constituye el 75 por ciento de la estructura de soporte de ésta), proporcionando estructura y soporte.
Además, también la encontramos en los huesos, ligamentos y tendones. Por tanto, cuando los niveles de colágeno son los adecuados, nuestra piel se muestra perfectamente libre de arrugas ni líneas finas de expresión. Básicamente se muestra totalmente joven.
Sin embargo, el colágeno comienza a disminuir con el paso de los años. Habitualmente a partir de los 25 años de edad, la producción natural de colágeno tiende a ralentizarse, lo que significa que acabamos perdiendo colágeno año tras año.
Además, el colágeno que produce nuestro cuerpo comienza a ser de menor calidad. A lo que se le añade un incómodo participante: la genética puede afectar a la rapidez con que esta degradación ocurre.
Al igual que determinados factores ambientales, como el seguimiento de una dieta nutritivamente pobre y alta en azúcar, hábitos de estilo de vida negativos como el tabaco, la contaminación y la exposición continua a los rayos ultravioleta.
Todos estos factores ocasionan que aumente la formación de radicales libres, que aceleran la descomposición del colágeno.
El ácido glicólico estimula los fibroblastos, produciendo así mayores cantidades de colágeno. Por este motivo, lo más común es que la piel se muestre -y se sienta- más firme, minimizando por tanto la apariencia de las arrugas y de las líneas finas.
Y no solo eso: la tez se sentirá muchísimo más uniforme, radiante y suave.
Potencia la luminosidad
Cuando somos adolescentes, la renovación celular tiende a ocurrir con bastante rapidez. Pero, a medida que envejecemos, el proceso de renovación y de eliminación de las células muertas disminuye.
Dado que el ácido glicólico trabaja activamente ayudando a eliminar esas células muertas, la piel tiende a volverse más luminosa y vital. Sus cualidades no quedan aquí, puesto que también se pierde algo de textura rugosa, de forma que se vuelve a su vez más suave.
Actúa contra problemas de hiperpigmentación
Otro beneficio interesante es el de ayudar contra el exceso de pigmento. En términos simples, el pigmento adicional que surge como consecuencia de la formación de manchas de la edad, daño solar, melasma o las propias cicatrices de acné, suelen almacenarse durante bastante tiempo en nuestra capa de células muertas.
Sin embargo, el ácido glicólico actúa deshaciéndose de una buena cantidad de las reservas excesivas de pigmento, ayudando a igualar el tono.
Ayuda a que otros productos se absorban mejor
Gracias a las propiedades exfoliantes, ayuda a preparar la piel para que otros productos puedan ser mejor absorbidos.
Así, después de haberte exfoliado la piel con el glicólico, obtendrás una mejor absorción de productos con beneficios antioxidantes o antienvejecimiento como la vitamina C o factores de crecimiento tópicos.
Los mejores productos con ácido glicólico: TOP 5
Contraindicaciones del ácido glicólico
No es apto para todo tipo de pieles
Como ocurre con la mayoría de productos (sean exfoliantes o no), el ácido glicólico no es apto para cualquier tipo de piel. Por ejemplo, se recomienda principalmente su uso en pieles normales, con tendencia grasa y mixtas.
Sin embargo, no es adecuado para pieles altamente sensibles o secas, puesto que a menudo suelen reaccionar mostrando irritación.
Puede sensibilizar
Especialmente durante los meses de verano, muchos dermatólogos no aconsejan la aplicación de ácido glicólico, principalmente porque puede hacer que la piel acabe volviéndose más sensible a la luz solar.
Esto puede aumentar el riesgo no solo de quemaduras solares, sino de formación de manchas.
No obstante, sin importar la época del año en la que nos encontremos recuerda que es importantísimo aplicarte un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar de al menos 30, cada vez que vayas a salir a la calle, y sobre todo, después de haberte exfoliado la piel.
Puede aumentar la irritación
Durante los meses de invierno la función de barrera natural de la piel puede verse comprometida.
Por este motivo, es común que durante los meses más fríos del año la tez tienda a volverse más seca o agrietada. Debido a ello, el ácido glicólico puede penetrar de forma aún más profunda, aumentando la irritación.
¿Qué es el ácido retinoico?
En los últimos años los retinoides se han venido promocionando como uno de los últimos ingredientes para el cuidado de la piel, capaz de eliminar las arrugas.
La realidad es que su uso, al menos por parte de los dermatólogos, se remonta al año 1971, cuando las autoridades sanitarias aprobaron su uso en el tratamiento del acné.
Luego, pasados unos años, diferentes estudios científicos descubrieron que, además, proporcionaban otros beneficios, entre ellos la reducción de arrugas y manchas de la edad. Concretamente, empezó a descubrirse que promovía el recambio celular, a la vez que desvanecía las manchas.
Consisten en una clase de compuestos derivados de la Vitamina A. Muchos de los estudios científicos (que principalmente han investigado acerca de los efectos de la tretinoína, generalmente un tipo de retinoide que únicamente se puede utilizar mediante receta, por los efectos secundarios que puede llegar a producir), muestran que es capaz de ayudar a reducir arrugas, líneas finas de expresión y problemas relacionados con la pigmentación, especialmente después de 12 semanas de uso.
Pero antes de indagar acerca de cuáles son las principales ventajas del ácido retinoico sobre la piel, es esencial tener en cuenta que consiste en el agente activo de los retinoides.
Es decir, cuando el retinoide o retinol es aplicado sobre la piel, tiene la capacidad de convertirse en ácido retinoico activo. Pero existen ciertas diferencias entre los retinoides y los retinoles que debemos tener en cuenta.
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Por ejemplo, los retinoles suelen ser más débiles porque en su formulación tienden a experimentar muchos cambios para convertirse en ácido retinoico. No ocurre lo mismo con los retinoides, que suelen convertirse directamente, de ahí que presenten una acción mucho más rápida, y que, además, sean más potentes.
¿Y cómo funciona este ácido? Actúa al difundirse a través de la membrana celular, uniéndose a los receptores presentes en el núcleo de la célula, lugar donde finalmente desempeña un papel similar a un gen, promoviendo el crecimiento celular.
Beneficios del ácido retinoico en la piel
Aumenta la producción de colágeno
De forma similar a como lo hace el ácido glicólico, el ácido retinoico aumenta la producción de colágeno. Pero no solo eso, también bloquea la producción de colagenasa. ¿Y qué es la colagenasa? Se trata de una enzima que actúa descomponiendo el colágeno.
Si tenemos en cuenta que la producción normal de colágeno disminuye con la edad, es importantísimo conservarlo. Y es que a mayor cantidad de colágeno más gruesa, voluminosa y elástica será la piel. En definitiva, ésta se mostrará muchísimo más joven, y un aspecto bastante más juvenil y saludable.
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Contraindicaciones del ácido retinoico
Es necesario un uso continuado para ver resultados
En la belleza es imprescindible tener paciencia, y también la constancia, a la hora de conseguir los resultados esperados. Y en el caso del ácido retinoico no va a ser menos.
Como manifiestan muchos expertos, es necesario utilizar el ácido retinoico durante al menos 12 semanas de forma continuada -siguiendo las recomendaciones del envase o del dermatólogo, si se trata de un retinoide recetado- para poder disfrutar de estos resultados.
Puede causar irritación
Si es la primera vez que usas retinoides, lo más probable es que te cause irritación, habitualmente en forma de enrojecimiento, descamación y un molesto ardor.
Por este motivo, lo más habitual es que los retinoides de mayor concentración deban ser recetados por el médico, y sean únicamente utilizados bajo su supervisión (siguiendo, por tanto, sus recomendaciones de uso y administración).
Por suerte, la piel acabará desarrollando tolerancia, por lo que aunque es posible experimentar algo de irritación y enrojecimiento cuando comenzamos con el tratamiento (debido principalmente al aumento de la renovación), después de unas pocas semanas la piel puede manejar mejor este ingrediente.
O, lo que es lo mismo, se vuelve más resistente a la irritación, a la par que empieza a beneficiarse de sus efectos.
Por este motivo, para intentar disminuir estos efectos secundarios al máximo, los dermatólogos recomiendan usarlo cada tres noches (en una cantidad muy pequeña), y luego, después de una o dos semanas, hacerlo cada dos noches. Posteriormente, si no han surgido reacciones, es posible hacerlo todas las noches.
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No es adecuado para embarazadas
De acuerdo a un estudio publicado en el año, el uso de retinol debe ser inmediatamente suspendido desde el momento en el que la mujer sabe que está embarazada. Además, tampoco se recomienda su uso por parte de aquellas mujeres que están planteando quedarse embarazadas.
¿Por qué? Se ha encontrado que el uso del retinol se ha relacionado con defectos de nacimiento. De ahí que tampoco se aconseje su uso durante la lactancia.
Causa sensibilidad
De la misma manera que ocurre con el ácido glicólico, el ácido retinoico puede hacer que la piel se vuelva más sensible a la luz solar, debido principalmente a que la tez renovada que se forma no solo es más delicada, sino también mucho más delgada.
Esto no debería convertirse en un motivo para disuadirnos de usar este tipo de productos durante los meses de verano, pero sí es fundamental usar protección solar de amplio espectro durante el día.
Lo recomendable es mantenerse alejado del sol siempre que sea posible.
También se ha descubierto que la luz del sol puede acabar desactivando el ácido retinoico, por lo que siempre lo más aconsejable es aplicarlo únicamente por la noche.
Cómo usar los retinoides de forma correcta
Aunque si se trata de un retinoide recetado por tu dermatólogo, lo más probable es que sea él quien te indique la cantidad y frecuencia con que debas utilizar el producto en cuestión, siempre es buena idea seguir las instrucciones que te ofrecemos a continuación:
- Ten especial cuidado si estás ya utilizando otros tratamientos tópicos para el acné. Si es así, coméntaselo al dermatólogo y pregúntale concretamente si podría ser necesario que los suspendas temporalmente.
- Por lo general, una crema tiende a ser menos irritante que un gel. Empieza primero por un producto con una menor concentración (de al menos 0.1%).
- Al principio, utiliza el retinoide tópico cada tres o cuatro noches. En caso de que tengas la piel sensible, muchos especialistas recomiendan lavarla después de una hora de aplicación. En caso de que aún así surja irritación, es aconsejable aplicarlo con una menor frecuencia.
- Cuando esto no ocurra, y la piel haya comenzado a tolerarlo, intenta aplicártelo todas las noches.
¿Qué ocurre si tengo la piel sensible? ¿Puedo usarlos?
Una característica claramente distintiva para quienes tienen la piel sensible, en especial cuando además presentan otros problemas cutáneos relacionados como el eccema (dermatitis atópica) o la rosácea, es que al contar con una barrera de humedad natural comprometida, los retinoides o el alfa-hidroxiácido pueden acabar penetrando más de lo que en realidad debería, por lo que no solo aumentará la dosis, sino también la irritación.
Siempre que sea bajo la recomendación del profesional, ambos activos pueden ser utilizados por personas que tengan la piel sensible, pero manteniendo determinadas precauciones, y siguiendo siempre las indicaciones dadas por él.
Por ejemplo, algunos expertos recomiendan tomarse al menos dos semanas antes de utilizar el retinoide para fortalecer la barrera natural, evitando el uso de cualquier forma de exfoliación.
Luego, durante el día, es imprescindible el uso de un protector solar de amplio espectro a base de minerales.
Por la noche, además de seguir con la rutina nocturna especialmente diseñada para pieles secas o sensibles, es aconsejable optar por una crema reparadora. Finalmente, una vez que la tez se encuentre en perfectas condiciones, se deben seguir las recomendaciones del producto o del dermatólogo.
Escoger la fórmula adecuada es fundamental. Y es que salvo por el acné, o por la presencia de arrugas severas, la mayoría de los dermatólogos empezarán con una crema sin receta para impulsar así el rejuvenecimiento, en lugar de optar por una versión recetada.
Las dos fórmulas mas eficaces son el retinol -que, recordemos, es una forma más débil de los retinoides- y el retinaldehído, que tiene la capacidad de convertirse en ácido retinoico, pero no es tan potente.
De acuerdo a los diferentes estudios clínicos que se han llevado a cabo, y las tasas de conversión aceptadas, se estima que una cantidad de 0,05 por ciento de ácido retinoico (el equivalente a 0,5 por ciento de retinol) sería la concentración que se ha demostrado ayudaría a mejorar la piel dañada por el sol, por lo que no tendría por qué ser tan necesario optar por un producto con receta para obtener los mismos beneficios contra el envejecimiento.
De acuerdo a los especialistas, las células tienden a tardar alrededor de tres semanas en adaptarse al ácido retinoico y al ácido glicólico, a partir de entonces comenzarían a desarrollar cierta tolerancia.
Por tanto, no te olvides de lo fundamental: cierto grado de irritación es totalmente normal al principio. Pero cuando vaya más allá de un poco enrojecimiento, o una descamación leve, se recomienda volver a usar el producto una única vez a la semana, o bien cambiar a una formulación muchísimo más débil.
También durante los cambios estacionales es habitual que se produzca una caída de la humedad, lo que puede acabar resecando aún más, y causar a su vez más irritaciones inesperadas.
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