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Es bastante probable que ya dispongas de este producto en el mueble del baño, o en la ducha. En caso contrario, lo más posible es que simplemente ya hayas oído hablar sobre él. Bajo el nombre de body milk nos encontramos ante un maravilloso producto, de textura suave y ligera, que proporciona hidratación y suavidad a la piel desde el mismo momento en el que es aplicado.
Aún cuando pienses que este tipo de productos son únicamente necesarios para quienes tienen la piel seca o reseca, la realidad es que siempre tienden a proporcionar beneficios interesantes con independiencia del tipo de piel que tengamos. Y es que quizá sea el momento de preguntarnos, ¿acaso las pieles grasas o normales no necesitan igualmente hidratarse y mantenerse saludables? Si bien es cierto que es posible que no precisen de tantos cuidados, o al menos no llevarlos a cabo de manera tan regular, también es imprescindible.
Es aquí donde nos encontramos con productos como el body milk, el cual casi sin ninguna duda puede pasar a formar parte esencial de tu rutina diaria de cuidado de la piel. ¿Sabes en qué consiste, qué beneficios ofrece y cuándo utilizarlo?
¿Qué es Body Milk o leche corporal?
En los últimos años los Body Milk se han vuelto enormemente populares, debido fundamentalmente no solo a su fácil y sencilla aplicación, sino a los diferentes beneficios que ofrece.
Es un producto que se absorbe de manera tremendamente rápida, lo que maximiza sus cualidades, a la par que se adapta irremediablemente bien a aquellas personas que siempre van con prisas, y que no tienen demasiado tiempo como para esperar a que el producto que se acaban de aplicar sobre la piel, se absorba y literalmente “desaparezca”.
Concretamente, el Body Milk es un producto también conocido bajo los nombres de leche corporal o crema corporal, principalmente por su color y apariencia, la cual precisamente recuerda a un lácteo ligeramente espeso, por su característico color blanco. A diferencia de las cremas hidratantes, la leche corporal posee un porcentaje muy elevado de agua, cantidad que se sitúa aproximadamente en torno a un 70-75 por ciento.
Esta cualidad es la que hace que el Body Milk tenga esa textura ligera y fluida tan característica, lo que favorece no solo su facilidad de aplicación, pudiendo ser utilizada en prácticamente todo el cuerpo (incluyendo zonas un poco más difíciles de tratar, como por ejemplo podría ser la zona de los codos o las rodillas, las cuales, dicho sea de paso, son las que se tienden a secar con mayor facilidad), sino también que desaparezca un poco más rápido.
De esta forma, la leche corporal tiende a ser más fluida y líquida, lo que proporciona una sensación muchísimo más ligera y refrescante, y sus cualidades se disfrutan de manera casi prácticamente más instantánea. Por este motivo son ideales para utilizar durante los meses de verano, cuando el clima, la sal del mar y algunas sustancias químicas que habitualmente encontramos en la composición del agua tratada de las piscinas, pueden hacer que la piel se reseque. Ni qué decir de las quemaduras solares que pueden surgir como consecuencia de tomar el sol durante largas horas, en días continuados, sin la debida protección.
En este aspecto, es cierto que la leche corporal o body milk ayuda a proporcionar no solo un excelente cuidado y protección hidratante, sino que también se convierte en un remedio ideal para refrescar la piel, de ahí que sea tremendamente útil durante los días de verano, como un producto más a añadir en la rutina de cuidado de la piel.
En lo que se refiere a su composición, en ocasiones algunos fabricantes le añaden proteína de la leche, para que contenga un mayor número de nutrientes, entre los que destacan principalmente vitaminas y minerales. No obstante, esto no ocurre siempre, y no es necesario que este tipo de productos contengan leche para que, efectivamente, sean conocidas como leches corporales.
En el caso de las cremas hidratantes, sin embargo, al contener una mayor cantidad de aceite y un menor porcentaje de agua, su textura suele ser un poco más espesa, útil por tanto para zonas no tan extensas del cuerpo.
También encontramos diferencias evidentes con los aceites corporales, los cuales también pueden ser utilizados de manera similar a la leche corporal o body milk, ya que pueden ser utilizados luego de la ducha o baño. No obstante, los aceites corporales no contienen agua, sino única y exclusivamente aceite, de ahí que hidraten y cuiden la piel tanto. Aunque, debido fundamentalmente a esa característica básica, para aplicarlo sobre la piel se necesita cierta paciencia. Además, la piel necesita de un tiempo mucho mayor para absorberlo. A pesar de ello, el esfuerzo merece la pena, puesto que sus propiedades y cualidades tienden a mantenerse durante un período de tiempo muchísimo mayor.
Por otro lado, aún cuando podamos pensar que la leche corporal y la loción corporal son productos idénticos, o similares, lo cierto es que la única similitud es que se pueden aplicar sobre la piel de todo el cuerpo. De hecho, casi podríamos decir que el Body Milk es, en realidad, un tipo de loción corporal, y comparten además su textura: al contar con una consistencia ligera, se hunden en la piel rápidamente, de ahí que se conviertan en una formulación útil para todas aquellas personas a las que no les guste la sensación de tener sobre la piel un producto graso o espeso.
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¿Cuándo usar body milk o leche corporal?
Cuando hablamos de rutina del cuidado de la piel, la realidad es que el momento en el que optas por hidratar la piel es fundamental, ya que en caso de que lo hagas antes de tiempo, sus beneficios podrían acabar no siendo los mismos.
Como opinan muchos especialistas, es de vital importancia seguir cada paso en el momento oportuno, manteniendo cierto orden a la hora de aplicar los diferentes tratamientos, y mantener, a su vez, la frecuencia necesaria para conseguir los resultados deseados. Y es que, como ocurre en la mayoría de las ocasiones, es importante seguir cierto orden, y tener bastante constancia.
En el caso del Body milk, por ejemplo, lo ideal es aplicarlo siempre inmediatamente después de la ducha o el baño. Lo ideal es no esperar más de 5 minutos después del baño. Y si deseas un aporte de hidratación extra, otra opción excelente es aplicarte primero la leche corporal con la piel ligeramente humedecida, esperar a que se absorba (cosa que ocurriría bastante rápido gracias a su textura líquida y fluida, dicho sea de paso), y posteriormente aplicarte tu crema hidratante habitual.
Pero lo ideal siempre, como ya te hemos comentado en algunas ocasiones, es utilizar un limpador profundo para preparar la piel para la hidratación después del baño.
En cualquier caso, no es necesario esperar al momento de la ducha o del baño para aplicarte la leche corporal. Por ejemplo, puedes aplicarte también el Body milk cada vez que sientas que la piel se encuentra seca, para proporcionarle la hidratación que precise justo en ese momento.
Eso sí, recuerda algo fundamental: aunque es cierto que una loción corporal, como la leche corporal, se puede aplicar y utilizar en todo el cuerpo (excepto la cara), si tienes algunas partes del cuerpo más secas, puedes optar por aplicarte crema corporal en esas zonas -como las plantas ásperas de los pies, las rodillas y los codos-, y finalmente usar la leche corporal en cualquier otro lugar.
Truco: Para asegurarte que el Body Milk o la leche corporal se absorbe y penetra mucho mejor en la piel, es aconsejable aplicarlo realizando pasadas firmes con el dedo corazón, pero sin frotar ni estirar la piel, haciéndolo siempre con suavidad. Una vez la loción corporal haya desaparecido (lo que significa que la piel la ha absorbido por completo), puedes seguir vistiéndote ya que no es necesario usar una crema hidratante (a no ser, claro está, que te falte aplicarte crema hidratante en el rostro).
Algunos errores comunes que debes evitar a la hora de aplicarte Body milk o leche corporal
Cuando nos aplicamos los productos que habitualmente utilizamos en la rutina de cuidado de la piel diariamente, sobre todo si es la primera vez que lo hacemos, es muy común cometer algunos errores. Y es que, como dice el refrán, no se nace aprendido. Y, al igual que podemos cometer errores a la hora de aplicar el exfoliante, la mascarilla facial, o la crema hidratante (por ejemplo, hacerlo en los momentos poco adecuados), la leche corporal tampoco está exenta.
A continuación analizamos, y descubrimos, cuáles son algunos de los principales errores en este sentido:
- Aplicarlo sin haber limpiado antes la piel. La limpieza profunda de la piel es fundamental, y no solo a la hora de utilizar la leche corporal, sino en definitiva cada vez que te vayas a aplicar cualquier producto relacionado directamente con el cuidado de la piel. Por tanto, es imprescindible limpiar debidamente, e higienizar la piel antes de aplicarte el Body Milk. De ahí que el mejor momento del día sea después de haber salido de la ducha o del baño. Aunque si piensas aplicarte la leche corporal para hidratar la piel seca en cualquier otro momento del día, recuerda que es fundamental limpiarte antes la piel.
- Aplicártelo sin la piel húmeda. Aunque no lo creas, aplicarse algunos productos con la piel húmeda ayudan a que los ingredientes, y sus diferentes principios activos, puedan penetran mejor en la piel cuando se disuelven. Por tanto, antes de que la piel tenga la posibilidad de secarse por completo, es el momento oportuno para aplicarte la leche corporal.
- La piel está fría. Cuando nos bañamos o duchamos con agua caliente, o ligeramente tibia, los poros están abiertos, por lo que los productos que nos apliquemos en la piel tenderán a absorberse muchísimo mejor. Sin embargo, si te has duchado con agua fría, ocurrirá todo lo contrario, dado que los poros no estarán abiertos ni dilatados, y los ingredientes no se absorberán tan fácilmente.
¿Aceite corporal o Body Milk? ¿Cuál escoger?
Recuerda también que el aceite corporal, por mencionar solo otro producto comúnmente utilizado en la mayoría de regímenes de cuidado de la piel, también se suele aplicar cuando la piel aún se encuentra húmeda, habitualmente después de la ducha, con el fin de retener la humedad, y proporcionar toneladas y toneladas de hidratación, gracias a que se absorbe en la piel y la deja no solo hidratada, sino también suave.
Pero, llegado el momento de utilizar una opción u otra, es normal que te preguntes: ¿cuándo aplicarse aceite corporal, y cuándo Body Milk o leche corporal?
Como opinan muchos expertos, los aceites literalmente se hunden en la piel, debido fundamentalmente a que muchos aceites de origen vegetal (como es el caso del aceite de almendras dulces, el aceite de jojoba o el aceite de aguacate) imitan los lípidos naturalmente presentes en nuestra piel, pudiendo ayudar a reparar y regular mejor la barrera de humedad de la piel, la cual es la principal responsable de la producción de aceite.
Además, la investigación ha mostrado que cuando estos aceites corporales son absorbidos por la piel, las capas superiores los tratan de la misma manera que si fueran propios, proporcionando un efecto no solo hidratante, sino también reparador.
En el caso de las leches corporales, sin embargo, nos encontramos con una mezcla de agua y aceite, que funcionan a la perfección para las pieles secas. A menudo, son mejores para penetrar en la piel al haber sido formulados, en parte, con agua, pudiendo proporcionar incluso diferentes ingredientes, como por ejemplo podría ser el caso de la leche, que mejoran la capacidad de la piel para mantener la humedad.
No obstante, llegados a este punto, la respuesta es clara: no hay un producto mejor ni peor, lo que significa que el aceite corporal no será mejor para hidratar la piel, si lo comparamos con el Body Milk o leche corporal. Por tanto, únicamente todo se reduce a la preferencia personal de cada cual, y sobre todo, al momento. De ahí que muchos especialistas aconsejen tener ambos productos siempre a mano.
Por ejemplo, el aceite tiende a funcionar mejor cuando la piel se encuentra húmeda, dado que ayuda a bloquear esa agua, convirtiéndose así en la opción más interesante cuando es aplicado directamente después de la ducha.
Pero debido a que la leche corporal ya contiene agua, puede funcionar como un buen humectante prácticamente en cualquier momento.
Lee también: Diferencias entre body milk o crema hidratante
Receta casera para hacer body milk o leche corporal en casa
Aunque puedes encontrar una amplísima diversidad de leches corporales o body milk no solo en tu tienda de belleza favorita, sino también en el supermercado, es común que te anime la idea de aprender a preparar tu propia leche corporal, de la misma manera que hemos hecho, por ejemplo, con las maravillosas mascarillas faciales hidratantes.
Lo cierto es que, en primer lugar, lo esencial es utilizar agua, la cual puede ser agua de hamamelis, de rosas o de lavanda. En caso de no poder conseguir ninguna de estas variedades, puedes optar por preparar una infusión de manzanilla o de lavanda, y utilizar el agua resultante de la cocción de las flores.
El segundo ingrediente esencial en esta ocasión es un emulsionante, de origen totalmente vegetal, que se convierte en un elemento importantísimo en la elaboración tanto de pomadas como de cremas, porque proporciona a la fórmula cierta consistencia: la Cera Lanette N. Su uso es sumamente destacado en este sentido, principalmente porque es apto para todo tipo de pieles, y porque, además, no suele dejar en la piel esa incómoda sensación grasa.
Ahora nos encontramos ante el tercer ingrediente: el aceite. Aunque, eso sí, teniendo en cuenta que vamos a preparar body milk o leche corporal, el cual se caracteriza por su mayor contenido en agua, es evidente que solo usaremos una pequeña cantidad de aceite. Pero, ¿qué tipo de aceite? Destacan principalmente el aceite de almendras dulces, ideal para cualquier tipo de piel (incluso para los niños), y especialmente rico en vitaminas A y E, o bien el aceite de argán, popularmente conocido como el “oro del desierto”, y que proporciona cualidades hidratantes y antioxidantes.
Y, finalmente, nos encontramos con otro ingrediente no menos importante: el aceite esencial, el cual ayudará a proporcionar a nuestra leche corporal, o body milk, ese aroma o fragancia aromática que hará que simplemente te encante cada vez que te lo apliques sobre la piel. ¿Cuáles son los más adecuados? Destacan principalmente el aceite de lavanda o de sándalo, por sus cualidades relajantes, o el aceite esencial de rosas, con sus propiedades antiinflamatorias y calmantes.
Cómo hacer body milk o leche corporal casero
Una vez tenemos los ingredientes, solo debemos seguir los pasos que te indicamos a continuación:
- Al baño maría coloca el aceite escogido y, cuando se haya calentado lo suficiente, disuelve en él la Cera Lanette N.
- Ahora echa poco a poco el agua elegida, batiendo constantemente hasta obtener la textura que más te guste.
- Justo este momento es excelente para añadir unas cuantas gotas de vitamina E, la cual actuará como un maravilloso conservante.
- Añade tu aceite esencial favorito, para brindar a tu leche corporal el aroma o la fragancia que desees.
- Para finalizar, vierte la leche corporal (con cuidado de no quemarte) en un frasco de cristal perfectamente limpio, y almacena en un lugar fresco y seco, alejado de la luz solar directa, utilizando cada vez que lo necesites.
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