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Remedios para piernas cansadas

Son varias las causas que, de forma directa o indirecta, pueden influir en la aparición de las piernas cansadas. Y es que, por ejemplo, sentir cansancio en las piernas después de un día agotador en el trabajo (en el que posiblemente has permanecido de pie durante largas horas), o después de un duro entrenamiento deportivo, es algo absolutamente normal -y esperable-.

Sin embargo, no es tanto cuando las piernas empiezan a sentirse de repente rígidas, pesadas y cansadas sin ningún tipo de razón aparente. Cuando esto ocurre, podría ser una señal de que podría haber una condición, o problema, que en realidad esté afectando a las venas…

Por tanto, encontrar la causa que pueda estar influyendo es sumamente útil a la hora de prescribir el tratamiento más adecuado. No obstante, cuando las piernas cansadas surgen como consecuencia de una actividad física intensa, o luego de un día laborable (en definitiva, cuando existe una causa que efectivamente así lo justifique), entonces es posible optar por algunos remedios naturales interesantes a la hora de disminuir las molestias relacionadas con las piernas cansadas. Pero vayamos por partes.

Remedios para piernas cansadas

¿Qué son las piernas cansadas?

Independientemente de la edad que tengamos (aunque es más probable a medida que vamos cumpliendo años y vamos llegando a una edad determinada), la realidad es que todos hemos sentido cansancio en las piernas en algún momento de nuestra vida. Y no es necesario ser un deportista de élite para ello. Al contrario, es muchísimo más común de lo que se piensa.

En cualquier caso, y como opinan muchos expertos, aunque sentir las piernas cansadas en algún momento dado puede ser un problema banal y sin la más mínima importancia, particularmente cuando existe una causa que así lo justifique, en ocasiones se trata de un síntoma común en una amplia variedad de afecciones subyacentes.

Se sabe que las mujeres, especialmente con sobrepeso o cuando son mayores, suelen tener un mayor riesgo de piernas cansadas. Mientras que también son bastante comunes en aquellas personas que permanecen sentadas durante demasiado tiempo, o que se paran regularmente durante largos períodos de tiempo.

De hecho, en muchas ocasiones algunas personas suelen ser más propensas a sufrir de piernas cansadas debido principalmente a la naturaleza de su trabajo, como aquellas actividades laborales en las que se requiere mantener una posición prolongada.

Principales causas de las piernas cansadas

Uso excesivo de las piernas

Después de una actividad física intensa, especialmente cuando ésta se practica por primera vez y por tanto no estamos acostumbrados a ello, o luego de permanecer durante largo tiempo de pie o caminando, es común sentir las piernas cansadas, sobre todo cuando las hemos usado más de lo normal.

Nula utilización de las piernas

Al igual que podemos sentir cansancio y molestias en las piernas por un uso excesivo de las mismas, no usarlas también puede acabar causando cansancio (aunque incluso pueda ser difícil de pensar en un primer momento). Esto es habitual, por ejemplo, cuando es necesario permanecer sentados durante períodos prolongados, cuando estamos enfermos o cuando trabajamos en una oficina.

Para evitarlo, existen dos consejos básicos a seguir dependiendo de cuál sea la causa que, en esta ocasión en concreto, esté influyendo en la aparición del cansancio. Por ejemplo, si es debido al trabajo (al permanecer durante un período de tiempo prolongado sentado), lo ideal es levantarse y mantenerse activo durante al menos cinco o diez minutos cada hora.

Sin embargo, si la causa tiene más que ver con la permanencia en la cama durante largas horas, por enfermedad o convalecencia, una opción útil es elevar las piernas con la ayuda de una almohada, y levantarlas y estirarlas al menos cada hora.

Varices

Suelen ser una de las causas más comunes o habituales, especialmente entre personas de mayor edad. Y, médicamente, se trata de una condición conocida bajo el nombre de venas varicosas, las cuales ocurren cuando las venas no funcionan de forma correcta, y la sangre empieza a acumularse. Esto provoca que, al final, las venas se hinchen y se agranden.

Mala circulación

Las piernas también pueden sentirse cansadas cuando la sangre no circula de forma adecuada por el organismo. Es muy común que una mala circulación afecte sobre todo a la parte inferior del cuerpo, dado que es algo más difícil o complicado que la sangre fluya con normalidad hacia el corazón. Además, esto puede causar la acumulación de la sangre en los pies, los tobillos y las piernas.

Calambres musculares

Los calambres en los músculos de las piernas tienden también a ser otra causa relacionada, además de muy habitual o común. Los calambres musculares ocurren cuando las piernas son utilizadas “excesivamente”, haciendo que éstas se sientan sobre todo cansadas o fatigadas.

Sobreentrenamiento

Para que existan calambres musculares no es necesario excederse en la práctica deportiva. Pero llevar a cabo un entrenamiento particularmente intenso no solo puede aumentar el riesgo de calambres y lesiones musculares. También es una causa directa de cansancio en las piernas, como consecuencia de tener unos músculos sobreentrenados.

Cuando, además, no se les da el tiempo necesario y suficiente para poder recuperarse con normalidad, y se vuelve a entrenar de nuevo, el resultado es que a menudo los músculos no solo se vuelven pesados, sino también débiles y lentos.

Hipocalemia

Bajo el nombre de hipocalemia nos encontramos ante una afección que ocurre cuando los niveles de potasio en la sangre se sitúan por debajo de lo considerado como normal. Aunque la hipocalemia leve no suele causar síntomas, en algunos casos sí pueden causar señales, como debilidad muscular severa, arritmia (o ritmos cardíacos anormales), o calambres en las piernas.

Por otro lado se ha demostrado que determinados medicamentos y afecciones pueden influir en la aparición de la hipocalemia.

Esclerosis múltiple

Las piernas cansadas pueden ser una señal o síntoma relacionado directamente con la esclerosis múltiple. De hecho, el cansancio o la fatiga es habitualmente uno de los síntomas más comunes, que puede empeorar ante la presencia de calor y humedad.

Esta enfermedad causa cansancio y fatiga al afectar a los nervios, interrumpiendo la comunicación entre su cerebro y sus músculos.

Embarazo

La hinchazón en las piernas, y la consiguiente aparición del cansancio y la fatiga en las mismas, suele ser igualmente común durante la gestación. Eso sí, en esta etapa, sus causas tienden a ser variadas, ya que puede estar motivado por una retención de líquidos, un aumento de la presión sobre las venas (presentes a su vez en las piernas), o como consecuencia de los cambios hormonales tan comunes en esta etapa.

Por todo ello, el cansancio no es el único síntoma relacionado. También se pueden experimentar calambres y venas varicosas.

Exceso de peso (Obesidad)

Tener un exceso de peso (sobrepeso u obesidad) puede influir enormemente en la aparición de una serie de trastornos que, a su vez, causan las piernas cansadas. Pero es que, además, las piernas pesadas puede acabar siendo un problema relacionado directamente con ese peso de más.

Sufrir de sobrepeso u obesidad ocasiona que tendamos que cargar una mayor cantidad de peso, lo que puede ejercer aún más presión sobre las articulaciones, los tendones y los músculos de las piernas, sobre todo si a ese peso extra se le sume la posibilidad de permanecer de pie durante largos períodos de tiempo a lo largo del día (por ejemplo, por motivos estrictamente laborales).

Si además le unimos un estilo de vida sedentario, muy común también en muchas personas con sobrepeso, pueden surgir otras afecciones relacionadas, como determinados problemas circulatorios que podrían empeorar aún más si cabe la sensación de tener cierta pesadez en las piernas.

Enfermedad arterial periférica

Se trata de una enfermedad cardiovascular que puede afectar tanto a las arterias como a las venas. Los síntomas (dolor, calambres y sensación de pesadez en los pies y en las piernas) suelen comenzar a aparecer cuando la grasa empieza a acumularse en las paredes de las arterias, al dificultar el paso normal de la sangre.

Esto puede ocasionar que la circulación sanguínea se vea particularmente disminuida, afectando sobre todo a la parte inferior del cuerpo.

Síndrome de piernas inquietas

El síndrome de piernas inquietas se estima que afecta a 1 de cada 10 personas en algún momento de su vida. Consiste en una condición en la que la persona experimenta espasmos o molestias continuas en las piernas, generalmente después de acostarse, lo que puede acabar afectando a su calidad de vida, dado que puede provocar insomnio.

Es considerada básicamente como una sensación incontrolable en las piernas, que se sienten adormecidas, nerviosas y temblorosas. En la mayoría de las ocasiones, el remedio temporal es tan simple como moverlas. Hasta que esto no ocurre, es común que las piernas tengan una sensación de pesadez.

Insuficiencia venosa crónica

Cuando las piernas se sienten cansadas o pesadas continuamente, sobre todo sin ningún motivo aparente, podría ser debido a la existencia de una insuficiencia venosa crónica, que ocurre cuando las venas y válvulas de la persona afectada se debilitan, lo que puede causar a su vez hinchazón y la formación de arañas vasculares.

Suele ser más habitual en aquellas personas que permanecen durante largos períodos de tiempo de pie, dado que permanecer en esta posición por mucho tiempo puede ejercer una presión bastante elevada en las venas situadas en la parte inferior de las piernas y los pies.

No te pierdas: Mejores cremas para piernas cansadas

¿Qué síntomas se relacionan con las piernas cansadas?

La sensación de cansancio, como es lógico suponer, suele convertirse en uno de los síntomas o señales más evidentes, pero no es el único. De hecho, a menudo las personas también pueden notar otros síntomas relacionados, como:

  • Sensación de entumecimiento o embotamiento en las piernas.
  • Sensación de hormigueo en las piernas.
  • Dolor punzante, que puede sentirse en una o en ambas piernas.
  • Dificultad para caminar o para detenerse a medida que va avanzando el día.
  • Decoloración en el área dolorida (por ejemplo, la pierna se tiende a volver azul o pálida).
  • Arañas vasculares.
  • Hinchazón o inflamación.

Se recomienda informar al médico acerca de los diferentes síntomas que se sienten, y sobre todo, cuándo se sienten, especialmente si las molestias surgen de forma improvisada (es decir, en realidad no existe una causa que lo explique), y además se mantienen con cierta regularidad a lo largo de los días, aún cuando disminuyan o incluso cuando no desaparezcan.

Cómo tratar y aliviar las piernas cansadas en casa con estos remedios caseros

1. Aplicar calor

El calor se convierte en una opción excelente a la hora de relajar los músculos. Y también puede ser enormemente útil para aliviar las piernas cansadas, cuando la causa sea el cansancio propio de un día de esfuerzo en el trabajo, o una actividad física excesiva.

Qué necesitas: 

  • Agua caliente
  • Una toalla

Qué tienes que hacer:

  1. Pon agua en una cacerola grande y deja que se caliente, pero sin llegar a hervir (para evitar quemaduras).
  2. Una vez caliente, pero no lo suficiente como para llegar a quemarte, remoja la toalla y exprime el exceso de agua con cuidado.
  3. Luego, colócate esta toalla sobre las piernas cansadas, dejándola actuar el tiempo suficiente hasta que la toalla alcance la temperatura ambiente.
  4. Repite una vez más, o tantas veces como desees.

Por otro lado, en caso de que dispongas en casa de una manta o almohadilla térmica, lo cierto es que también se convierte en otra opción excelente. En esta ocasión simplemente lo que tienes que hacer es sentarte o recostarte en un lugar cómodo, y colocarte la almohadilla por encima. También puedes optar por enrollarte una pierna primero, y luego, pasado un tiempo, quitártela y enrollarte la otra pierna. 

2. Vinagre de manzana

Mentiríamos si dijéramos que el vinagre de manzana sirve casi prácticamente para todo. Pero lo cierto es que, como ya te hemos comentado en algún que otro momento, sí se convierte en una opción excelente a la hora de elaborar diferentes remedios naturales en casa, como las mascarillas faciales.

En esta ocasión, ¿sabías que puede ser útil a la hora de tratar distintas enfermedades y afecciones relacionadas con las piernas? No solo ayuda a deshacerse de las bacterias que encontramos habitualmente en los pies como consecuencia del exceso de sudor (y que tan relacionadas están con el mal olor de los mismos); también ayuda a reducir el dolor.

Qué necesitas:

  • ½ taza de vinagre de manzana
  • 1 tina de agua caliente

Qué tienes que hacer:

  1. Pon agua en una cacerola y deja que se caliente, pero sin llegar a hervir.
  2. Luego añade el agua caliente a una tina donde puedas sumergir los pies cómodamente.
  3. Agrega ahora el vinagre de manzana, en la cantidad indicada.
  4. Sumerge los pies en el agua caliente con vinagre de manzana, y deja actuar durante 15 minutos. Mientras tanto, puedes optar por hacer alguna actividad que te relaje, como leer o escuchar tu música favorita.
  5. Pasado el tiempo, sécate los pies con la ayuda de una toalla suave.

Si lo deseas, puedes optar por hacer este remedio casero en días alternos, hasta que el cansancio -y el dolor- disminuya.

3. Aceites esenciales

Los aceites esenciales, que podemos encontrar fácilmente en nuestro herbolario favorito o en cualquier otra tienda similar, son ideales para una amplia diversidad de problemas. Por ejemplo, pueden ser de utilidad a la hora de relajarnos mientras el aroma se desprende. Y, en esta ocasión, son interesantes a la hora de aliviar las piernas cansadas.

Eso sí, para disfrutar de sus cualidades calmantes lo recomendable es optar por determinados aceites esenciales útiles en este sentido. Para ello, el aceite de eucalipto se convierte en la mejor opción, gracias a que contiene propiedades espasmolíticas y analgésicas, que ayudan a aliviar y calmar el dolor.

El aceite de menta, por otro lado, es útil para aliviar la fatiga y el cansancio, gracias a sus beneficios antiinflamatorios. Y el aceite de clavo, que proporciona maravillosos beneficios analgésicos. ¿Y qué ocurre si los combinamos en nuestro baño caliente? Pues que conseguiremos aliviar el cansancio después de un día agotador.

Qué necesitas:

  • 4 gotas de aceite esencial de eucalipto
  • 3 gotas de aceite esencial de menta
  • 2 gotas de aceite esencial de clavo
  • 1 balde de agua caliente

Qué tienes que hacer:

  1. Pon agua en una cacerola al fuego y deja que se caliente, sin llegar a hervir.
  2. Luego, coloca el agua caliente en un balde con la suficiente capacidad como para poder introducir los pies en él.
  3. Añade ahora los aceite esenciales al agua caliente, en las cantidades indicadas.
  4. Remoja los pies en el agua caliente durante un período de entre 10 a 15 minutos. Mientras tanto, puedes disfrutar de cualquier otra actividad que te relaje.
  5. Pasado el tiempo, enjuágate las piernas con agua corriente.

Si lo deseas, puedes repetir este remedio casero entre dos a tres veces por semana. O, en definitiva, las veces que necesites siempre que sientas cansancio y molestias en las piernas.

Además, en caso de que no dispongas de todos los aceites esenciales indicados puedes optar por utilizar alguno. Por ejemplo, el aceite esencial de eucalipto destaca por ser uno de los más útiles. Aunque es cierto que este remedio natural funcionará mejor, y al menos de la forma esperada, siempre que los combines entre sí.

Eso sí, como precaución adicional recuerda algo fundamental: asegúrate de que el agua, aún cuando esté caliente, se encuentre a una temperatura óptima para su uso seguro, y nunca hirviendo, para evitar quemaduras innecesarias que no harían sino aumentar el dolor y las molestias todavía más. Igualmente, esta recomendación es esencial para cualquier remedio, utilicemos -o no- aceites esenciales en el agua caliente.

4. Baño calmante con infusión de menta

Como precisamente te comentábamos en el apartado anterior, el eucalipto es una planta medicinal muy interesante, con cualidades antiinflamatorias, analgésicas y espasmolíticas, útil por tanto a la hora de aliviar cualquier dolor muscular. En este sentido, la menta actúa de forma similar, gracias a que también proporciona beneficios antiinflamatorios.

Aunque, como hemos visto, podemos disfrutar de sus propiedades calmantes en forma de aceite esencial (aplicado al baño caliente para dejar los pies en remojo durante el período de tiempo recomendado), también es posible hacerlo en forma de infusión. Además, también actúa como un excelente desestresante, por lo que se convierte en una opción muy útil cuando, por ejemplo, el cansancio de las piernas está motivado principalmente por el trabajo.  

Básicamente tenemos que preparar la bebida como habitualmente lo hacemos para tomarnos la infusión, pero en lugar de beberla deberemos añadirla a la tina de agua caliente.

Qué necesitas:

  • 2 bolsitas de menta (para preparar la infusión)
  • 1 taza de agua caliente
  • Una tina (con agua caliente)

Qué debes hacer:

  1. En primer lugar comenzaremos elaborando nuestra infusión de menta, como normalmente elaboramos cualquier infusión. Para ello, pon el equivalente a una taza de agua en una cacerola al fuego, y calienta.
  2. Cuando alcance el punto de ebullición retira del fuego, añade las dos bolsitas de menta, tapa y deja en reposo durante 4 a 5 minutos aproximadamente.
  3. Mientras tanto, llena una tina con agua caliente.
  4. Pasado el tiempo de reposo de la infusión, retira las bolsitas y añade la infusión a la tina.
  5. Remoja las piernas en ella, con cuidado siempre de no quemarte, y deja actuar durante 15 a 20 minutos.
  6. Finalmente enjuágate las piernas y sécatelas con la ayuda de una toalla suave.

Por otro lado, gracias a las cualidades relajantes de este remedio natural, lo más probable es que disfrutes de un alivio casi prácticamente instantáneo. No obstante, puedes repetirlo siempre que lo necesites, incluso cada día.

5. Baño caliente de bicarbonato de sodio y sal de Epsom

Si alguna vez te has preparado un baño relajante en casa, es muy probable que utilizaras jabón con algún aroma con cualidades relajantes, y también un poco de sal marina. Incluso es posible que ya hayas disfrutado de las cualidades que ofrece la sal de Epsom en este sentido.

Lo cierto es que se convierte en uno de los remedios naturales más efectivos y útiles, puesto que las sales de Epsom son un excelente tratamiento para relajar los músculos, por lo que son tremendamente adecuados en caso de dolor y molestias asociados a las piernas cansadas.

También nos encontramos con los beneficios del bicarbonato de sodio, un ingrediente muy común también en la cocina (y en la preparación de distintos remedios caseros), pero que es menos conocido por sus beneficios a la hora de aliviar el cansancio de las piernas. Y es que ¿sabías que proporciona propiedades antiinflamatorias útiles para reducir los síntomas habitualmente relacionados con las piernas cansadas?

Qué necesitas:

  • 2 cucharadas de sal de Epsom
  • 2 cucharadas de bicarbonato de sodio
  • Agua tibia

Qué debes hacer:

  1. Pon agua en una cacerola al fuego. O directamente llena una tina con agua caliente.
  2. Deja que se enfríe un poco, hasta que se vuelva tibia.
  3. Ahora, añade tanto la sal de Epsom como el bicarbonato sódico (en las cantidades indicadas).
  4. Remoja las piernas afectadas durante un período de 15 minutos, aproximadamente.

Este remedio es también muy eficaz, además de sumamente relajante. Por tanto, al no existir ningún tipo de efecto secundario, puede repetirse siempre que necesite, incluso cada día.

Baño de pies

6. Masaje calmante con aceite

Un masaje se convierte también en una opción útil para aliviar las piernas cansadas. Aunque es cierto que, lo mejor, es acudir a un profesional al menos una vez por semana, en ocasiones esto no puede ser del todo posible (especialmente por la inversión que supone acudir varias veces al mes a la consulta del especialista).

Por tanto, la única opción que nos queda es que alguien en casa nos lo realice. O bien, hacérnoslo nosotros mismos.

Para ello, puedes optar por este remedio casero sumamente interesante, dado que aprenderemos a elaborar el aceite necesario para poder realizarnos el masaje. Ayudará a estimular la circulación sanguínea, y proporcionará beneficios relajantes y calmantes, aliviando por tanto tanto el dolor como el estrés de los músculos.

Qué necesitas:

  • 3 cucharadas de aceite de oliva (o aceite de almendras dulces)
  • 2 gotas de aceite esencial de lavanda
  • 2 gotas de aceite esencial de manzanilla (opcional)

Qué debes hacer:

  1. Pon el aceite de oliva en una cacerola y calienta al fuego, pero solo un poco.
  2. Pasados unos minutos, cuando el aceite de oliva se encuentre ligeramente caliente, añade el resto de aceites esenciales.
  3. Con la ayuda de una cuchara mezcla bien, para que todos los aceites se integren entre sí.
  4. Finalmente, masajéate las piernas y los pies con cuidado, ejerciendo para ello tanta presión como la que seas capaz de soportar.

En este sentido, lo más aconsejable es dejar que este aceite actúe toda la noche, por lo que puedes cubrirte las piernas con una media suave, o en caso de que el dolor lo sientas en los pies, utilizar unos calcetines de algodón suaves.

Al día siguiente simplemente tendrás que enjuagarte la piel con un poco de agua tibia.

7. Pon los pies en alto

Una forma adecuada e inteligente a la hora de reducir la hinchazón o la inquietud que habitualmente se suelen sentir en las piernas cuando están cansadas, sobre todo en la parte inferior de éstas, es colocarlas en alto.

Este remedio natural, sumamente sencillo de aplicar, es particularmente útil cuando el cansancio en las piernas se debe principalmente a haber permanecido demasiado tiempo de pie, o en una misma posición durante demasiado tiempo, dado que tanto la circulación sanguínea como el flujo linfático pueden volverse algo lentos.

Aunque puedes optar por colocar algunas almohadas, y poner las piernas encima para elevarlas, también puedes optar por recostarte en un lugar cómodo (por ejemplo, en tu cama), y levantar las piernas hacia arriba, sobre la pared, de espaldas a la cama. Luego, aprieta un poco hacia adentro, de tal forma que tu trasero pueda tocar la pared. Quédate en esa posición durante al menos 10 minutos. Sentirás un alivio bastante rápido.

8. Bolsa de hielo

Aunque cuando tenemos las piernas cansadas un remedio natural recurrente, tal y como hemos estado viendo a lo largo de la presente nota, es la de la aplicación de calor (por sus cualidades antiinflamatorias, relajantes y calmantes), lo cierto es que el frío también puede actuar de manera similar.

En especial, el frío es excelente a la hora de calmar los músculos doloridos o cansados, ayudando a aliviar la hinchazón y, sobre todo, disminuir el dolor y las molestias tras calmar los nervios. Además, suele ser una opción maravillosa porque actúa muy rápidamente.

Qué necesitas:

  • Un poco de hielo picado
  • Una bolsa de plástico para congelar (o una toalla)

Qué debes hacer:

  1. En caso de que no tengas hielo picado, sino cubitos, puedes picarlos fácilmente con una picadora, o con un procesador de alimentos.
  2. Luego, una vez tengas el hielo picado, introdúcelo en la bolsa de plástico, o bien en la toalla.
  3. Con cuidado, colócatelo en la zona que desees tratar (habitualmente la que más te duela o moleste). Eso sí, recuerda algo esencial: para evitar posibles quemaduras como consecuencia de la acción del frío, es fundamental no dejarte la bolsa de hielo o la toalla durante muchos minutos en el mismo lugar, sino alternar con otras zonas igualmente molestas o doloridas.
  4. Luego, masajéate el área afectada, ayudándote para ello de movimientos circulares.

Este es otro remedio sencillo y muy fácil de aplicar. Además, no existe ningún tipo de contraindicación, por lo que puedes aplicártelo siempre que sientas las piernas cansadas o  cuando los pies te duelan.

9. Cepillado en seco

Con la ayuda de un cepillo corporal de cerdas suaves puedes disfrutar de un alivio rápido del cansancio y el dolor, gracias a que es capaz de aumentar la circulación sanguínea, vigorizar -y relajar o calmar- los músculos, y disminuir en definitiva tanto el dolor como el cansancio en sí mismo. 

Pero no solo eso, ¿sabías que también se convierte en una opción única a la hora de promover un mejor drenaje linfático? Incluso es ideal para ayudar a exfoliar la piel naturalmente.

En realidad, el cepillado en seco consiste en una práctica antiquísima, proveniente de la medicina ayurvédica, que ha existido durante siglos. Además de los beneficios indicados, se cree que ayudaría al cuerpo a deshacerse -mejor- de las toxinas, aumentar la energía y la circulación sanguínea, y podría convertirse en una opción útil para descomponer la celulitis.

Qué necesitas:

  • 1 cepillo corporal de cerdas suaves

Qué debes hacer:

  1. Únicamente debes comenzar a cepillarte las piernas, comenzando desde los pies.
  2. Luego dirígete con el cepillo hacia arriba, para volver nuevamente hacia los pies.

Si lo deseas, puedes repetir este remedio casero siempre que lo necesites, incluso cada día (o varias veces a lo largo de una misma jornada).

Aún cuando en la mayoría de las ocasiones no se produce ningún tipo de efecto secundario o contraindicación, algunas personas deben evitar este remedio casero, o al menos, aplicarlo con precaución. Es el caso de quienes tienen la piel muy sensible, inflamada o abierta, especialmente en caso de psoriasis o eccema.

Por otro lado, no es en absoluto aconsejable aplicar el cepillado en seco sobre una herida abierta, puesto que esto podría acabar provocando que en la herida entren bacterias dañinas que ocasionen una peligrosa infección.

10. Baño de pies con vinagre y sal de Epsom

Aunque ya te hemos hablado sobre estos remedios caseros de manera separada, lo cierto es que podemos aumentar las cualidades que nos ofrecen por separado, si los combinamos en un tratamiento natural aún más eficaz si cabe.

En esta ocasión únicamente utilizaremos sal de Epsom, sal marina, vinagre de sidra de manzana y agua caliente. Todos estos ingredientes, perfectamente combinados, se convierten en una opción maravillosa para revivir las piernas y los pies cansados, al ayudar a reducir la inflamación y el dolor.

Qué necesitas:

  • 1 taza de sal de Epsom
  • 1 taza de sal marina
  • Medio vaso de vinagre de manzana
  • Agua caliente

Qué debes hacer:

  1. Solo tienes que llenar una tina con agua caliente, y esperar a que se enfríe un poco (pero no mucho, ya que debe estar entre ligeramente caliente y algo tibia).
  2. Añade la sal de Epsom, la sal marina y el vinagre de manzana. Mezcla un poco con la ayuda de una cuchara grande.
  3. Finalmente remójate los pies en este maravilloso baño natural y casero, durante al menos 20 minutos.

11. Practica algún ejercicio sencillo

Aunque no lo creas, determinados ejercicios pueden ser de muchísima utilidad a la hora de aliviar y calmar las piernas cansadas. En su gran mayoría, son ejercicios sencillos y fáciles de seguir, que aplicados incluso durante varios minutos pueden ayudar a que mejore la circulación sanguínea. ¿Quieres descubrir algunos de los más recomendados? Toma nota:

  • Acuéstate boca arriba en tu cama, o en un lugar en el que estés cómodo/a. Levanta las piernas, y trata de girar, uno a la vez, los tobillos en el sentido de las agujas del reloj. Puedes imaginar que estás dibujando un círculo en el aire. Eso sí, este ejercicio también lo puedes practicar de pie, o sentado.
  • Con la ayuda de una pelota de tenis, intenta rodarla debajo de los pies mientras permaneces sentado. Te proporcionará, además, una agradable sensación de calma.
  • También puedes intentar levantar objetos pequeños con los dedos de los pies. Ayudará a desestresarte y a calmar tanto las piernas como los pies. 

12. Masajes con pimienta cayena

Quizá este remedio natural te sorprenda, pero lo cierto es que nos encontramos ante otro tratamiento natural poderoso, con excelentes beneficios y cualidades para calmar la sensación de piernas cansadas, así como las diferentes molestias relacionadas con esta condición.

La pimienta cayena contiene capsaicina, la cual, a menudo, tiende a ser utilizada para el tratamiento del dolor como consecuencia del cansancio y la fatiga, gracias a que tiene la capacidad, al entrar en contacto con la piel, de generar calor en el lugar donde se aplica.

Debido principalmente al efecto -y acción- de ese calor, ayuda a aliviar el dolor. No obstante, es necesario tener especial cuidado a la hora de utilizarlo. Debes evitar frotarte los ojos con las manos después de haberte aplicado el aceite, y lavarte bien las manos con abundante agua y jabón cada vez que se haya terminado con el masaje.

Qué necesitas:

  • 3 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 cucharadita de pimienta cayena seca

Qué debes hacer:

  1. Pon el aceite de oliva en un cuenco. Añade la pimienta cayena, tapa, y deja en reposo durante toda una noche.
  2. Al día siguiente, o en el momento en el que te vayas a realizar el masaje, utiliza una o dos cucharadas de este aceite para masajearte los pies o las piernas cansadas.
  3. Solo tienes que masajear y frotar durante algunos minutos. Dada la acción del aceite, no es aconsejable dejarlo mucho tiempo sobre la piel, para evitar aún más molestias innecesarias.
  4. Finalmente, retírate el aceite con abundante agua y jabón, y haz lo mismo también con las manos. 

Sobre los momentos de aplicación del aceite, lo puedes hacer siempre que lo necesites, preferiblemente antes de irte a la cama.

Otros consejos útiles para evitar las piernas cansadas

  • Practicar ejercicio físico de forma razonable. Si la práctica de ejercicio físico o cualquier otro deporte se convierte en la causa habitual de sentir las piernas cansadas, es muy probable que, quizá, nos estemos excediendo en ello. Quizá dura demasiado tiempo, más que el que nuestros músculos son del todo capaces de soportar. O, tal vez, simplemente es demasiado intenso. Si es así, aún cuando nunca debemos olvidar que el ejercicio físico debidamente practicado, y de manera regular, es fundamental para nuestra salud (no solo para nuestro cuerpo, sino también para nuestra mente), es imprescindible tener siempre presente que demasiado puede acabar haciéndonos daño. Así, para evitar el esfuerzo excesivo, es muy interesante estirar y descansar adecuadamente, y sobre todo, evitar aquellos ejercicios más extenuantes.
  • Mantente físicamente activo/a. Mantener una actividad física regular, alejada sobre todo de un estilo de vida sedentario, puede ayudar con una serie de factores de riesgo que, al final, podrían ocasionar pesadez y cansancio en las piernas. os ejercicios físicos de leves a moderados, como nadar, andar en bicicleta o simplemente caminar a paso ligero, son opciones excelentes para ayudar a que nuestra sangre bombee por nuestro organismo sin demasiado esfuerzo, lo que ayudará a su vez a mejorar otros factores de riesgo, como por ejemplo el exceso de peso y la hipertensión arterial (y finalmente la diabetes, que suele ser una patología también relacionada como problemas circulatorios).
  • Adelgazar y perder peso. Cuando el exceso de peso es la causa principal del cansancio y la pesadez en las piernas, es evidente que adelgazar es una tarea fundamental. Eso sí, no es aconsejable perder peso demasiado rápido (dado que nuestro hígado se puede resentir, y acabar apareciendo hígado graso), y sí hacerlo combinando una alimentación mas natural y saludable, alejada de productos mal sanos y especialmente ricos en grasas y azúcares, con el ejercicio físico regular, de leve a moderado.
  • Evita los baños calientes. Aunque los baños calientes, como hemos visto, pueden ayudar de forma muy positiva en algunos casos de piernas cansadas, cuando la pesadez se debe a un problema circulatorio, lo cierto es que el calor puede acabar ensanchando las piernas, lo que terminará dificultando el flujo normal de la sangre a través de las piernas.
  • Reducir el consumo de sal. Una reducción en la ingesta diaria de sal (tanto de la sal de mesa como de productos alimenticios con elevado contenido en sal) es interesante a la hora de reducir los diferentes signos, y molestias, causadas por la hinchazón, lo que puede a su vez ocasionar que las piernas se sientan hinchadas, cansadas y pesadas. ¿Lo mejor? Optar por la sal yodada, en lugar de la sal de mesa común. Igualmente, no es recomendable consumirla en exceso, aún cuando se trate de una opción nutricionalmente más adecuada, por su aporte en yodo.
  • Cambia de posición. Permanecer en la misma posición durante demasiado tiempo podría acabar empeorando la sensación -y las molestias- del cansancio en las piernas. Por tanto, es fundamental evitar sentarse o estar parado en el mismo lugar durante mucho tiempo, cambiando de posición para ayudar así a promover la circulación sanguínea.
  • Prueba las medias de compresión. Las medias, o calcetines de compresión, pueden ayudar a promover y mejorar el flujo sanguineo en las piernas, lo que puede ser enormemente útil en aquellas personas que se deben sentar, o permanecer quietas, en un mismo sitio de trabajo durante largos períodos de tiempo.

Consejos recomendados que te ayudarán a la hora de prevenir las piernas cansadas

Como hemos visto, aún cuando trabajemos cada día durante muchas horas de pie, o permanezcamos sentados durante bastante rato, siempre es posible prevenir, o al menos, reducir al máximo posible el riesgo de tener las piernas cansadas. Lo mismo ocurre cuando, por ejemplo, realizamos algún tipo de actividad física, como por ejemplo podría ser el caso de correr.

A continuación te explicamos algunos consejos útiles que te podrían ser de mucha ayuda en este sentido:

Medias de compresión

Si las venas varicosas son la causa de las piernas cansadas, las conocidas como medias de compresión, sobre las que ya te hemos hablado en el apartado anterior, podrían ser de cierta utilidad. 

Son medias especiales que habitualmente se utilizan con el fin de mejorar la circulación, y están diseñadas precisamente para brindar una presión constante en las piernas, lo que ayuda a la hora de que la sangre pueda fluir mejor hacia el corazón. Además, al generar presión cerca de los tobillos y en los pies, originan una presión adicional capaz de promover un mejor flujo sanguíneo.

En este sentido, algunos estudios sugieren que este tipo de medias pueden ayudar a mejorar algunos de los síntomas asociados a las venas varicosas, como podría ser el caso de la sensación de las piernas cansadas.

Por otro lado, son opciones útiles para quienes suelen permanecer sentados durante demasiado tiempo a lo largo del día, algo que tiende a ser muy común por motivos laborales (por ejemplo, cuando se trabaja en una oficina).

Medias de compresión

Practica ejercicio físico con regularidad

El ejercicio físico, practicado de manera regular y nunca de forma intensa, es vital para disfrutar de una buena salud. Y siempre que se lleve a cabo adecuadamente, y se estire de manera correcta después, se convierte en una de las opciones únicas para mantener los huesos, las articulaciones y en definitiva los músculos en perfecto estado.

No se requiere, como puedes imaginar, ser un deportista profesional de élite. Al contrario, basta simplemente com caminar a paso ligero diariamente durante al menos 30 minutos (aunque lo idea, al menos, es llegar a la hora).

Esto te ayudará también a mejorar y cuidar tu peso, algo fundamental incluso si sufres de exceso de peso. Eso sí, es ideal combinar el ejercicio físico regular con una alimentación saludable.

Obtén la suficiente cantidad de vitamina D

La vitamina D es un nutriente esencial para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Y, particularmente, es clave para ayudar a mantener unos huesos y músculos sanos. De hecho, ¿sabías que su deficiencia puede causar dolor y fatiga en los músculos?

Podemos obtener la suficiente cantidad de vitamina D a través de la exposición al sol. Bastará con exponernos al sol durante al menos 15 minutos. Y también a través de la dieta.

No obstante, en caso de que los niveles de vitamina D de tu cuerpo sean bajos, puedes optar por un suplemento nutricional. Sea como fuere, se aconseja siempre preguntar al médico.

Levántate y estira

Si sueles permanecer durante mucho tiempo sentado, sobre todo porque tienes un trabajo de escritorio (por ejemplo, porque eres administrativo/a y trabajas en una oficina sentado), es fundamental tomarse ciertos descansos regulares.

Esto te ofrecerá la posibilidad de estirar los músculos de las piernas, y evitar que la inactividad pueda afectar a la correcta circulación sanguínea de las mismas.

¿Cómo? Muy simple: realiza sencillas caminatas alrededor del edificio donde se encuentre tu oficina. En caso de no ser del todo posible, simplemente levántate cada hora, caminando durante algunos minutos.

¿Cuándo ver al médico?

Eso sí, como recomiendan y aconsejan la mayoría de profesionales médicos, cuando el dolor se vuelve irresponsable, o cuando no responde a ningún tipo de remedio casero o tratamiento farmacológico recomendado (como por ejemplo podría ser el caso de los analgésicos), es aconsejable consultar al médico de inmediato.

Y es que, independientemente de cualquiera que fuera la causa, las piernas necesitan también cierto cuidado y una atención adecuada. Por tanto, aún cuando lo remedios naturales pueden ser de muchísima ayuda a la hora de mantener los pies perfectamente libres de dolor, en ocasiones puede no ser suficiente.

En estos casos, si la sensación de cansancio o pesadez no desaparece, o surge conjuntamente con otros síntomas como hinchazón y dolor, lo más recomendable es acudir al médico para un posible diagnóstico.

C.Pérez

Escribo sobre ciencia, salud y nutrición desde hace 11 años. ¡Ah! Y también papá a tiempo completo con 4 años de experiencia.

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