El café es sin ninguna duda una de las bebidas más populares y consumidas del mundo. De hecho, hoy en día se estima que cada español consume una media de 2 cafés, mientras que Finlandia destaca por ser el país donde más café se consume, alrededor de 9.5 kg. por persona al año (lo que equivale a un consumo de en torno a 2.64 tazas por persona al día).
Pero para remontarlos al origen del consumo de café debemos viajar muy atrás, concretamente al siglo XIII, aunque se cree que los ancestros etíopes fueron los primeros en descubrir –y reconocer- el efecto tan energizante de los granos de la planta del café. De hecho, la historia del criador de cabras etíope que supuestamente descubrió el café allá por el siglo IX no apareció escrita hasta el año 1671, la cual se cree de hecho que es apócrifa.

Sea como fuere, o que sí es cierto es que desde Etiopía el café fue propagándose poco a poco hasta llegar a Egipto y Yemen, donde existe constancia de que a mediados del siglo XV en los monasterios sufi ya se conocía la bebida de café, o al menos existía conocimiento del árbol del café.
En cualquier caso, como de buen seguro sabrás, existen muchas formas de preparar café, lo que ha dado lugar a una amplia diversidad de cafés típicos y populares dependiendo del lugar del mundo en el que nos encontremos. Es el caso del cappuccino, una conocidísima bebida italiana preparada con café espresso y leche montada con vapor. O del típico café americano sobre el que de hecho te hablamos en esta ocasión.
¿En qué consiste el café americano?
El café americano es un tipo de café que consiste básicamente en añadir agua caliente a un espresso, de manera que se caracteriza por ser un café bastante más suave y ligero que cualquier otra variedad, de sabor más dulce y con menor cantidad de cafeína. Por eso también es conocido como un café largo.

Su origen parece remontarse a la Segunda Guerra Mundial, donde los soldados estadounidenses destinados en Italia tendían a diluir el espresso con agua caliente para así aproximar el café al que estaban acostumbrados a tomar. Es por ello por lo que recibió el nombre de “Caffè Americano”.
No obstante, otras fuentes sitúan su origen en la década de los 70, concretamente de manos de los italianos que por aquel entonces residían en América.
Cómo hacer café americano
Existen dos formas de preparar un café americano. En esta ocasión vamos a explicarte las 2, la manera tradicional y la forma mucho más sencilla, simple y rápida. Tardarás en prepararlo en torno a 5 minutos, y en cocinarlo unos 10 minutos aproximadamente.
Cómo preparar un café americano de forma tradicional
Para elaborarlo necesitarás 5 cucharadas soperas de café molido y el equivalente a 1 litro de agua.
Pon el agua y el café en una olla y deja que hierva. Cuando comience a hervir baja a fuego lento, y remueve durante algunos minutos. Cuela la bebida con cuidado y sírvela. Ya está lista para tomar.

Cómo preparar un café americano de manera sencilla
Para elaborar este café solo necesitas 4 cucharadas soperas de café molido y el equivalente a 2 tazas de agua.
Prepara tu cafetera como tradicionalmente la preparas: pon el agua en cantidad suficiente, añade el filtro con el café y pon al fuego hasta que el café suba. Luego, sirve en una taza y añade media taza de agua caliente para rebajar la bebida. ¡Listo!.
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