El rodaballo es un pez que en muchas ocasiones puede llegar a ser confundido con el lenguado, debido a su cuerpo y cabeza planas, y por tener los ojos ubicados en el lado izquierdo de su cuerpo.
Pertenece a la familia de los Scophthalmidae o peces planos, orden de los Pleuronectiformes, y también es conocido con el nombre Psetta máxima.
Existen diferentes especies de rodaballo, entre las que nos podemos encontrar con el rodaballo del mar Negro, rémol, solla, platija, el rodaballo de la ría y el denominado como Gran Sol.
Propiedades nutricionales del rodaballo
El rodaballo es un pescado semigraso, de forma que su contenido en grasas es realmente bajo (en comparación con los denominados como pescados azules). Es decir, el rodaballo es en realidad un pescado que se sitúa entre el pescado azul y el pescado blanco.
Es un alimento que destaca sobretodo por su altísimo contenido en proteínas de buena calidad, lo que significa que aporta todos los aminoácidos esenciales.
Precisamente por su bajo contenido en grasas (aunque algo mayor que –por ejemplo- los pescados magros) es una opción interesante en dietas de adelgazamiento, ya que 100 gramos de rodaballo aportan sólo 3,5 gramos de grasas y 102 calorías.
También aporta vitaminas, entre las que podemos destacar las vitaminas del complejo B (como la B2, B3, B9 o ácido fólico y la B12), minerales como el hierro, potasio, magnesio, fósforo y sodio y es especialmente rico en ácidos grasos esenciales.
Beneficios del rodaballo
El rodaballo es un pescado semigraso especialmente rico en proteínas de alto valor biológico y ácidos grasos esenciales, entre los que nos encontramos sobretodo con los ácidos grasos omega 3, los cuales aportan beneficios protectores cardiovasculares, ayudando a prevenir enfermedades cardiovasculares y degenerativas, además del cáncer (especialmente cáncer de colon, mama y próstata).
Ayuda a reducir el colesterol LDL (considerado como colesterol malo) y aumenta el colesterol HDL (o colesterol bueno), a la vez que reduce niveles altos de presión arterial en la sangre.
También ayuda a mejorar la salud de la visión en niños y adultos, y previene y reduce el riesgo de degeneración macular.
Imágenes | BocaDorada
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