¿Por qué el aceite de oliva es tan bueno contra el colesterol?
El aceite de oliva es un aceite saludable cuyo consumo está especialmente recomendado en nuestra dieta y alimentación diaria. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS), por ejemplo, lo mantiene como un alimento aconsejado, y de vital importancia dentro de la dieta mediterránea, considerada de hecho por ésta como una de las más adecuadas a la hora de cuidar y proteger nuestra salud.
Su riqueza en ácidos grasos saludables (como el omega-3 y el omega-6), convierten al maravilloso aceite de oliva en una opción excelente para cuidar nuestro sistema cardiovascular. Concretamente, 100 gramos de aceite de oliva aportan 14 gramos de ácidos grasos saturados, 11 gramos de ácidos grasos poliinsaturados y 73 gramos de ácidos grasos monoinsaturados, de acuerdo a datos suministrados por la USDA.
Los maravillosos beneficios del aceite de oliva contra el colesterol y los triglicéridos
A día de hoy existen muchísimos estudios científicados que han investigado acerca de los beneficios y propiedades del aceite de oliva con respecto al colesterol, ya que, de forma muy resumida, el aceite de oliva ayuda a bajar el colesterol.
Según estos mismos estudios, parece que la clave la encontramos en sus ácidos grasos monoinsaturados. De hecho, como te comentábamos anteriormente, 100 gramos de aceite de oliva aportan alrededor de un 73% de ácidos grasos monoinsaturados.
No en vano, una investigación norteamericana aseguró hace ya algunos años que los adultos que, a nivel general, consumen unos 25 ml. (dos cucharadas) de aceite de oliva virgen de manera diaria durante una semana muestran unas concentraciones sanguíneas mucho más altas en sustancias antioxidantes (destacando en este caso los polifenoles), y una menor oxidación del colesterol LDL (también conocido como colesterol malo).
Además, se conoce desde hace tiempo que el consumo diario de aceite de oliva ayuda a aumentar el colesterol HDL (colesterol bueno), entre un 3 y un 6% aproximadamente.
De hecho, como se constató en un estudio publicado en la revista especializada «Circulation», el aceite de oliva virgen extra es capaz de mejorar las funciones del colesterol HDL, también conocido médicamente como lipoproteínas de alta densidad.
Esto significa que, además de reducir los niveles elevados de colesterol LDL, el aceite de oliva ayuda positivamente a la hora de prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, entre las que destacan especialmente el infarto o ataque cardíaco, la trombosis y el ictus.
Esto es producto no sólo de los anteriormente citados ácidos grasos monoinsaturados, sino su alto contenido de sustancias antioxidantes y vitamina E.
¿Cuál es el contenido en colesterol del aceite de oliva?
Es probable que pienses que el aceite de oliva, a pesar de ser un alimento de origen vegetal pero un aceite a fin de cuentas, posee cierta cantidad de colesterol. Sin embargo, posiblemente te sorprenda descubrir que, en realidad, el aceite de oliva no contiene ni aporta colesterol.
De hecho, 100 gramos de aceite de oliva aportan 0 mg. de colesterol. Es decir, su contenido en colesterol es nulo; no aporta colesterol.
¿Cómo comer el aceite de oliva para disfrutar de sus beneficios contra el colesterol?
A la hora de poder disfrutar de las distintas cualidades cardiosaludables que nos ofrece el aceite de oliva, existen opciones muy variadas y diversas. En primer lugar, debemos tener eso sí algo muy claro: lo más aconsejable es tratar siempre de consumir aceite de oliva virgen extra, dado que es uno de los tipos de aceite de oliva más saludables y recomendados.
¿Por qué? Fundamentalmente porque se trata del mejor aceite de oliva, el de mayor calidad, al obtenerse exclusivamente a través de procesos mecánicos de prensado en frío. Esto significa que, al no emplearse ningún método de aplicación de calor, sus cualidades nutritivas y propiedades permanecen intactas.
En lo que se refiere a su forma de consumo, lo más habitual es añadirlo a nuestros platos y recetas. Por ejemplo, resulta ideal añadir un chorrito de aceite de oliva virgen extra en nuestras ensaladas o verduras cocidas.
No obstante, si lo que deseamos es consumirlo tal cual, en forma individualizada y en crudo, podemos optar por tomar entre 1 a 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra al día.
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