La vitamina E, también denominada tocoferol, es una vitamina liposoluble (esto es, soluble en cuerpos grasos), y constituye en sí una mezcla de varios tocoferoles muy extendidos en productos de origen tanto vegetal como animal, de los cuales –el más importante- es el alfatocoferol.
Es importante destacar que esta vitamina tiene una gran cantidad de efectos, en especial por su poder antioxidante, por lo que actúa como protector de ciertos elementos necesarios para el correcto funcionamiento de las células de nuestro organismo, luchando contra su oxidación.
Es capaz de actuar al nivel de los glóbulos rojos evitando tanto su destrucción (que recibe el nombre de hemólisis) como su excesiva fragilidad, a nivel de diversas enzimas e incluso de las plaquetas sanguíneas impidiendo su agregasión excesiva, lo que podría producir riesgo de trombosis.
Según se ha podido constatar a través de diversos estudios científicos, a dosis elevadas, la vitamina E tiene una interesante acción sobre el colesterol, dado que aumenta el denominado como colesterol bueno y disminuye el colesterol malo.
¿Cuáles son las necesidades diarias de la vitamina E?
Las necesidades de vitamina E diarias están comprendidas entre 3 y 15 miligramos, aunque se debe tener en cuenta que una alimentación normal satisface ampliamente estas cantidades.
Estas necesidades aumentan a un total de 15 miligramos podría en mujeres encintas o madres lactantes.
Además, estas necesidades son también más elevadas cuando mantenemos una alimentación más rica en grasas poliinsaturadas (de origen vegetal), dado que la vitamina E posee un papel protector contra la oxidación de estas grasas determinadas.
¿En qué alimentos podemos encontrar la vitamina E?
Como te indicamos al comienzo de este artículo, la vitamina E generalmente es muy abundante en los alimentos, tanto los que son de origen vegetal como los que tienen origen animal.
Eso sí, los alimentos más ricos en vitamina E son los aceites vegetales, en los propios gérmenes de los cereales, y en cantidades algo más débiles en la leche, las carnes, mantequilla, hígado, huevos, y algunos vegetales como las espinacas, los puerros o los espárragos.
Si deseas conocer en qué alimento puedes encontrar una mayor cantidad de esta vitamina, te aconsejamos leer nuestra nota sobre los alimentos ricos en vitamina E.
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