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Berenjenas amargas: cómo eliminar el amargor fácilmente con 3 trucos

¿Quieres eliminar el amargor de las berenjenas y su sabor picante pero no sabes cómo? Te descubrimos 3 sencillos trucos que te ayudarán a conseguirlo fácil y rápidamente (en solo 15 o 30 minutos).

Es bastante probable que la primera vez que cocinaste la berenjena, ya fuera sola (frita y rebozada o a la plancha) o acompañada en una receta, posiblemente te sorprendiera su sabor amargo e insípido hasta el punto de que te hiciera arrugar el gesto. Incluso si su sabor fue más fuerte pudo darse el caso de que tuviste que echar en una servilleta el bocado que diste.

Lo cierto es que este toque amargo lo encontramos en la pulpa de las berenjenas, ya sean crudas o cocinadas. Es decir, no importa que las hagamos a la plancha, al horno o las friamos en abundante aceite; siempre tendrán ese sabor amargo.

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Eso sí, debemos tener presente que las berenjenas son un alimento de temporada, por lo que su sabor se volverá aún más amargo a final de temporada (la mejor época la encontramos entre los meses de mayo y junio, aunque su temporada tiende a alargarse un poco más hasta principios del otoño).

¿Por qué la berenjena se torna amarga?

El motivo por el que el sabor de las berenjenas sea amargo no es precisamente porque estas hortalizas sean amargas. El motivo lo encontramos en el jugo contenido en su pulpa, el cual es el que se torna amargo cuando la partimos o pelamos, y entra en contacto con el aire.

Es más, en su pulpa nos encontramos con componentes antioxidantes, principales responsables de sus cualidades y beneficios, pero también los «culpables» de su sabor ligeramente amargo, ya que al entrar en contacto con el aire tienden a oxidarse.

El resultado que nos encontramos al momento de consumirlas es evidente: un gusto amargo que en ocasiones también se vuelve ligeramente picante.

¿Cómo quitar el amargor de las berenjenas?

El hecho de que las berenjenas se tornen amargas y ligeramente picantes al momento de pelarlas o partirlas para prepararlas en la cocina, no significa que necesariamente tengamos que comérnosla con ese sabor.

De hecho, ¿sabías que existen 3 trucos sencillos con los que conseguirás reducir ese toque amargo? No tienes evidentemente que repetir los 3, solo escoger entre el que más te guste (o el que mejor resultado te brinde).

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Añadiendo un poco de sal fina

Es posiblemente uno de los remedios naturales más comúnmente utilizados a la hora de eliminar el molesto e incómodo amargor de las berenjenas: utilizar sal fina y dejarlas en reposo durante un tiempo. Se trata de un método sencillo y realmente eficaz.

Otro truco de cocina: Legumbres digestivas, cómo conseguirlo fácilmente

Para elaborarlo solo necesitas cortar las berenjenas en láminas. Pon un escurridor grande encima de un cuenco y coloca las berenjenas cortadas en láminas formando una capa. Añade una capa de sal fina abundante, coloca otra capa de berenjenas y vuelve a añadir sal fina encima. Así sucesivamente hasta que acabes con las berenjenas.

Deja que pasen entre 15 a 30 minutos para que las berenjenas escurran su jugo. Pasado este tiempo escúrrelas bien en agua fría para eliminar todo el excedente de sal. ¡Listas! Ya puedes cocinarlas con normalidad.

En remojo con leche

Otro truco igualmente efectivo y tradicional consiste en utilizar sal fina y un poco de leche. En esta ocasión lo que hacemos es cortar las berenjenas en láminas finas o en trozos alargados (según nuestro gusto).

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Las colocamos en un cuenco amplio y luego añadimos leche hasta cubrirlas y sal fina abundante. Tapamos y las dejamos en remojo durante 30 minutos. Luego, pasado el tiempo, las escurrimos y enjuagamos bien en agua fría.

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Agregando harina

Es el último de los trucos básicos de cocina que podemos utilizar a la hora de eliminar el amargor de las berenjenas. Pero en este caso debemos sustituir la leche por harina.

Es tan sencillo como poner agua en un cuenco grande y bastante sal fina. Luego añadir harina y dejar en remojo durante 30 minutos las berenjenas (ya sean cortadas en láminas o en trozos grandes, según gusto).

Pasado este tiempo escúrrelas y límpialas bien, enjuágalas en agua fría y ¡listas!. A cocinar.

Este artículo se publica solo con fines informativos. No puede ni debe sustituir la consulta a un Médico. Le aconsejamos consultar a su Médico de confianza.

C.Pérez

Escribo sobre ciencia, salud y nutrición desde hace 11 años. ¡Ah! Y también papá a tiempo completo con 4 años de experiencia.

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