Todos los años, con la llegada del cambio de estación y el comienzo tanto del otoño como particularmente del invierno, es muy habitual que comiencen a producirse picos respecto al aumento de casos de gripes y de resfriados, fundamentalmente por algo muy sencillo: los virus causantes de ambas enfermedades sobreviven mejor durante las épocas más frías. A ello debemos sumar que, por lo general, el cambio de estación suele debilitar nuestras defensas, de manera que al frío y a la humedad excesiva debemos unirle los cambios de temperatura que sufrimos habitualmente como consecuencia del calefactor o del radiador que tenemos en casa o en el trabajo, que mantenemos activo antes de salir a la calle.
A la hora de prevenir el contagio de la gripe, es adecuado y conveniente mantener unos hábitos tanto de salud como de higiene recomendados, como son: seguir una dieta variada y equilibrada rica en alimentos frescos y naturales (en especial frutas y verduras), lavarse las manos con regularidad sobre todo cuando estornudes o tosas sobre ellas o cuando vayas a comer, precisamente si vas a toser o estornudar hacerlo siempre cubriéndote la boca o la nariz, ventilar de forma adecuada las habitaciones y los espacios comunes, practicar ejercicio con regularidad y en caso de usar pañuelos desechables introducirlos en una bolsa de plástico para tirarlos de inmediato a la basura.
Además de aumentar las defensas de forma natural, para reforzar nuestro sistema inmunológico, existen determinados remedios que pueden ser de grandísima ayuda. En los últimos años se ha hecho muy popular el hábito de beber agua tibia con limón en ayunas, un remedio que resulta incluso ideal para las épocas de frío, por su acción tanto antiviral como antibacteriana. También es conocido el remedio de miel y limón, una opción aconsejada de manera ciertamente tradicional a la hora de aliviar tanto la infección de garganta como el picor. Hace un tiempo te hablamos sobre cómo hacer un jarabe de miel y limón. En esta ocasión queremos descubrir cómo elaborar el remedio más tradicional, sin forma de jarabe.
Cómo preparar el remedio de miel y limón
Se trata de un remedio verdaderamente simple y sencillo de elaborar dado que solo necesitas limón, miel de abeja y agua, en las siguientes cantidades:
- 1 limón
- Entre 3 a 4 cucharaditas de miel
- Medio vaso de agua
Para elaborar este remedio es tan sencillo como lavar bien el limón, partirlo por la mitad y exprimirlo para obtener su zumo con ayuda de un exprimidor. Pon en un cazo el equivalente a medio vaso de agua y calienta un poco, sin que hierva. Añade el zumo de limón y las cucharaditas de miel, mezcla bien y bebe a sorbos, poco a poco.
Si lo deseas puedes tomar esta bebida varias veces al día, hasta que las molestias que sientas en la garganta se vayan aliviando. Eso sí, recuerda que no es aconsejable que los niños menores de 1 año tomen miel, por riesgo de botulismo. Si quieres aprender y saber más sobre ello te recomendamos leer nuestro artículo Por qué los bebés no pueden comer miel.
Imágenes | Cinnamon Vogue / various brennemans
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