Aunque la leche puede ser considerada como una bebida saludable desde un punto de vista nutricional, la realidad es que sus diferentes nutrientes causan intolerancias alimentarias a buena parte de la población, a pesar de que –en su gran mayoría- originalmente desconocen que padecen alguna intolerancia a este alimento natural.
En la leche podemos encontrarnos con diferentes compuestos o nutrientes que son los principales “culpables” de este tipo de intolerancias.
Es el caso, por ejemplo, de la lactosa, la azúcar de la leche la cual se descompone en sí en otros dos azúcares más simples (glucosa y galactosa), gracias a la acción de la enzima lactasa. Cuando existe un déficit de lactasa la lactosa pasa al intestino grueso sin descomponerse y empieza a fermentar, lo que da lugar a los molestos síntomas de la intolerancia a la lactosa.
Sin embargo la caseína es otro de esos nutrientes culpables de otra intolerancia, en esta ocasión por la intolerancia a la proteína de la leche.
¿Qué es la caseína?
Se trata del componente proteico de la leche (junto a la a-Lactoalbúmina y b-Lactoglobulina), caracterizándose por ser una sustancia áspera y muy espesa.
La leche de vaca contiene más caseína que la leche humana (en torno a un 300% más), de ahí que los síntomas de la intolerancia a la caseína sean mucho mayores cuando se consume este tipo de leche.
Pero si bien es cierto que la intolerancia a la caseína causa unos síntomas bastante parecidos a la lactosa (de ahí que tiendan a ser confundidas comúnmente), existen otros problemas derivados del consumo de caseína.
Esto es debido a que la leche de vaca produce muchísima más mucosidad, una sustancia densa y pegajosa que dificulta las facultades eliminatorias del organismo, por lo que termina por obturar todo el sistema respiratorio y le impide funcionar correctamente.
Síntomas de la intolerancia a la caseína
Los síntomas de la intolerancia a la caseína son bastante parecidos a los que produce la intolerancia a la lactosa:
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Dolor y malestar abdominal.
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Reflujo.
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Acidez estomacal.
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Diarrea.
¿Existe tratamiento para la intolerancia a la caseína?
Al igual que ocurre con la intolerancia a la lactosa, no existe tratamiento para la intolerancia a la caseína, dado que la clave del tratamiento consiste en seguir una dieta libre de caseína.
¿La clave? Sustituir todos los lácteos y alimentos con caseinato de calcio o sodio.
Imagen | julianrod
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