Se acerca el buen tiempo, y con él el verano. De hecho apenas faltan días para que de forma oficial tenga lugar el comienzo del verano, cosa que tendrá lugar el día 21 de junio en el Hemisferio Norte (mientras que, en el Hemisferio Sur, no ocurrirá hasta el día 21 de diciembre).
El verano se caracteriza por ser una de las estaciones más esperadas del año, porque supone el momento en el que muchas personas disfrutan de esas tan ansiadas vacaciones, desconectando de la rutina diaria y disfrutando de un mayor tiempo libre.
Lo más habitual, como no podría ser menos, es que muchas personas se vayan de casa y disfruten de días de sol y playa (o piscina). Pero no hay duda que uno de los principales enemigos es el sol y el calor.
¿Cómo eliminar el calor?
Tanto el mes de julio como el mes de agosto (y el mes de diciembre y enero para quienes nos leen desde el Hemisferio Sur), se caracterizan por ser los periodos del verano en que más calor tiende a hacer, sobretodo y comúnmente con las denominadas como olas de calor.
A la hora de eliminar el calor es fundamental buscar la protección en aquellos lugares en que más fresco haga. Lo que esta cuestión podría variar si nos encontramos dentro o fuera de casa, en la playa o en la piscina, o dentro de un apartamento/hotel.
Si nos encontramos fuera de casa y no estamos ni en la playa ni en la piscina, podemos resguardarnos en aquellos lugares que sean más o menos frescos. Los centros comerciales o grandes almacenes podrían convertirse en una buena opción, al menos para pasar un rato agradable sin pasar mucho calor.
En caso de que nos encontremos en la playa o en la piscina evidentemente tendremos que tener cuidado, dado que si el calor es muy excesivo siempre debemos mantener la prevención de quedarnos en casa o en el apartamento, o bien tomar precauciones como por ejemplo hidratarnos cada poco tiempo aunque no tengas sed y tratar de utilizar ropa lo más ligera posible.
Consejos para la eliminación del calor
Aunque es cierto que el calor no se puede eliminar por sí sólo, sí existen consejos útiles para ayudarnos a su eliminación, al menos a la hora de combatirlo:
- Hidrátate aunque no tengas sed: la hidratación en verano es fundamental, dado que nuestro cuerpo tiende a sudar más. Por ello, lo mejor es tomar agua cada cierto tiempo incluso aunque no tengamos sed, evitando el agua o bebidas muy frías para evitar posibles daños en la garganta.
- Precauciones si estás fuera de casa: evidentemente mantén una buena hidratación, trata de llevar ropa lo más ligera posible y a ser posible resguárdate en lugares más frescos.
- Consejos si estás dentro de casa: además de hidratarte debidamente y ponerte ropa ligera, mantén las persianas bajadas o las cortinas echadas durante todo el día. Mantén las ventanas cerradas para evitar que se cuele por ellas el aire caliente. En caso de usar un ventilador, hazlo siempre con las ventanas cerradas. Asimismo, trata de darte baños o duchas de agua fría cada cierto tiempo, pero evitando sobretodo los cambios bruscos de temperatura (mucho cuidado con eso).
- Come sano y ligero: las frutas y verduras frescas son fundamentales en cualquier dieta sana equilibrada, y sobretodo en verano. Nos aportan agua, fibra, vitaminas y muchos minerales.
Otros consejos sencillos para combatir el calor
Aunque es posible que nos repitamos con alguno de los consejos que te daremos a continuación (porque son de vital importancia), el calor también puede combatirse de muchas otras formas. Y, sobre todo, es de vital importancia tratar de hidratarnos debidamente.
Por ejemplo, es fundamental beber agua cada cierto tiempo, y además hidratarnos con frutas y verduras frescas. No obstante, toma nota de las siguientes recomendaciones:
- Hidrátate en todo momento, aunque no tengas sed. Recuerda que es fundamental beber al menos dos litros de agua cada día. Una buena idea es poner algunas botellas de agua en la nevera y cuando las vayas a beber dejarla unos minutos a temperatura ambiente.
- Mantener las persianas bajadas o las cortinas echadas es útil para que el calor no se cuele en tu casa.
- Si tienes aire acondicionado mantenlo a 20º, pero utilízalo preferiblemente pocas horas al día. Recuerda que consume mucha energía.
- Utiliza el ventilador siempre con las ventanas cerradas, especialmente cuando el aire caliente se cuela por las ventanas.
- Date baños o duchas de agua fría pero evitando los cambios bruscos de temperatura.
- Consume frutas y verduras frescas. Es lo mejor para hidratarte, y además son ricas en vitaminas y minerales.
- Las infusiones y tés refrescantes te ayudarán también.
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