Si habitualmente tiendes a utilizar auriculares para escuchar tu música, series o películas favoritas, es también bastante posible que, en algún que otro momento, los hayas compartido con otra persona. Aunque simplemente fuera un minuto, como ya conocimos en una ocasión anterior cuando nos preguntábamos ¿Es adecuado compartir los auriculares?, se trata de un hábito poco recomendable.
¿Por qué? Fundamentalmente porque, al compartir tus auriculares o audífonos, también estás compartiendo la flora microbiana existente en tus oídos, cerumen o cera y a su vez hongos y bacterias. Y probablemente te preguntes, ¿qué es, para qué sirve y cuáles son las causas por las que se forma esta cera?.
¿Qué es el cerumen o cera y cuáles son sus funciones?
La cera de los oídos, también conocida popular y médicamente con el nombre correcto de cerumen, consiste en un material pegajoso y reluciente formado por distintas glándulas especiales que encontramos en la piel del canal auditivo externo. Concretamente, se trata de una sustancia grasa de color amarillento, la cual es segregada por una serie de glándulas presentes en el conducto auditivo externo.
Aunque tiendas a pensar que se trata de una sustancia poco higiénica, lo cierto es que cumple unas funciones ciertamente importantes. ¿Y entonces para qué sirve? Por un lado, contiene una serie de sustancias químicas que ayudan a combatir las infecciones, las cuales, dicho sea de paso, podrían llegar a dañar la piel presente en el interior del canal auditivo.
Por otro lado, cuando la suciedad (además de bacterias y hongos), el polvo y otros elementos poco saludables se introducen en el oído, la cera es capaz de «atraparlos», de manera que no son capaces de avanzar más. Dicho de otra forma, la cera cumple a su vez una función de escudo, principalmente entre el mundo exterior y nuestro delicado tímpano, que es una membrana de tejido delgado, tensa, situada en el oído medio que, al recibir los sonidos, vibra y pasa a comunicarlos al oído interno.
Pero estas no son solo sus dos únicas funciones. ¿Sabías que también actúa como lubricante y limpiador? De esta manera, ayuda a evitar que la piel del interior de los oídos se agriete y se reseque, a la vez que arrastra la suciedad al exterior, limpiándolo internamente.
¿Cuáles son las causas por las que se forma?
Teniendo en cuenta las principales funciones de nuestra cera o cerumen, es evidente entender por qué nuestro propio oído la segrega, de forma completamente normal y perfectamente natural. Se trata, de hecho, de una sustancia fundamental para mantener una correcta y adecuada salud auditiva.
Gracias a su acción antibacteriana y antifúngica, la cera ayuda a prevenir -y evitar- de forma muy efectiva la aparición de infecciones auditivas. Mientras que, por su acción higiénica y lubricante, ayuda a arrastrar la suciedad al exterior, limpiando el oído, y evitando que su delicada piel se agriete y se reseque.
No obstante, debemos tener en cuenta que en la mayoría de las ocasiones no tenemos que hacer prácticamente nada para eliminar la cera de nuestros oídos, ya que habitualmente, tiende a desaparecer de manera natural cada vez que nos lavamos el pelo o cabello. la producción de cerumen por parte de los oídos dependen de una persona a otra.
Y si deseas retirar el exceso de cerumen, recuerda que los bastoncillos de oídos no son adecuados, especialmente si los vas a utilizar de forma interna, ya que puedes correr el riesgo de dañarlos y de introducir aún más el cerumen en su interior. Muchos expertos recomiendan utilizar peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), pero antes de hacerlo es mejor preguntar a tu médico.
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