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La alimentación Zen: dieta y beneficios para la salud

¿Qué es la alimentación zen y cuáles son sus beneficios? La dieta Zen es una forma de alimentarnos con conciencia y disfrutar dando las gracias por la comida.

Desde muy antiguo, conocemos que tanto la salud psíquica y emocional como la física están directamente asociadas con la alimentación que mantenemos todos los días. Incluso existen determinados hábitos, estilos de vida, filosofías y enseñanzas que mantienen esta premisa como fundamental en sus fundamentos.

La filosofía Zen parte de la base principal de que nos encontramos viviendo en un mundo ciertamente contaminado, y diariamente lo hacemos estresados, en un estado permanente en el que necesitamos unas pautas alimentarias determinadas para poder mantener, o recobrar, el buen estado de salud y de bienestar.

Alimentación Zen

¿Cuál es el objetivo de la alimentación zen?

Tanto la alimentación como la dieta zen en sí, tiene un objetivo principal: proporcionar diferentes y diversas alternativas para despojarse así de las malas costumbres y hábitos adquiridos.

Puede ser considerada como una terapia espiritual y física, aunque lo más importante es que consiste en una terapia sana y saludable que nos ayuda a recobrar la salud.

Nos ayuda a su vez a mantener en equilibrio el cuerpo y la mente, y detrás de cada comida descubriremos que existe un “ritual” culinario que nos ayudará a mantener el citado equilibrio.

4 Claves principales para seguir una dieta Zen

Fundamentalmente son varios los consejos básicos a tener en cuenta a la hora de seguir una alimentación Zen. A continuación te destacamos cuáles son las claves principales.

1. Se puede comer de todo, pero se aconseja…

  • Sopa Guen maï o Guen-mai: Se trata de una exquisita sopa de arroz japonesa, que se cocina a fuego lento durante tres o cuatro horas como máximo, y que habitualmente se toma después del desayuno, tras la primera meditación del día.
  • Cereales integrales: Se defiende una adecuada ingesta de cereales, en especial de cereales integrales. Destacan sobre todo el arroz, el trigo, el maíz y la cebada. Además, se aconsejan comer guisados o hervidos.
  • Frutas y verduras frescas: Son fundamentales para la alimentación Zen. Eso sí, deben ser naturales, de temporada y frescas, y a ser posible provenientes de agricultura ecológica.
  • Lácteos: Se aconseja disminuir la ingesta de productos lácteos, no solo leche, sino también yogures, quesos y mantequillas. Se aconseja sustituirlos por vegetales de hoja verde, por su gran contenido en vitaminas (vitamina A, C y B9) y minerales (calcio, hierro y potasio).
  • Carnes: Se recomiendan las carnes magras de vacuno y el pollo, así como el pescado (siempre sin piel). Es la mejor forma para obtener proteínas de origen animal.

Guen-Mai

2. Cocina sencilla

Una de las principales ventajas que ofrece la cocina zen es que destaca especialmente por ser un tipo de cocina sencilla, que se adecúa a lo que se puede preparar y comer en el momento. A diferencia de otras cocinas o alimentaciones algo más estrictas, no existe restricción directa sobre determinados alimentos.

La clave está en tener conciencia sobre aquellos alimentos que se van a comer. Es decir, tener bien en cuenta no solo qué es lo que se come, sino quién los ha producido y cómo han sido producidos.

3. La importancia del trabajo del tenzo

En la cocina de un monasterio zen destaca la importancia del papel del tenzo, el miembro de la comunidad que se encarga de la cocina, de preparar las comidas que van a consumir las demás personas que forman parte del mismo.

Se trata, como hemos dicho, de un papel fundamental porque en cada elaboración el tenzo aporta energía positiva, en cada corte y en cada cocción. ¿Cómo lo consigue? Manteniendo lo que se conoce como «meditación activa», poniendo toda la atención en la comida que está elaborando.

4. Dar las gracias

Mientras que en la India cuando vamos a adquirir algún producto en un puesto ambulante o mercadillo, tirar el dinero sobre la mesa es considerado un acto desagradable e insultante, en un monasterio zen rechazar los alimentos que se sirven en el cuenco es visto como un acto de mala educación.

Por tanto, en la alimentación Zen también nos encontramos con uno de los pilares fundamentales de la filosofía budista: el agradecimiento. Es decir, dar las gracias por los alimentos que ha preparado y cocinado el tenzo, independientemente de que nos guste o no.

Dar las gracias

 ¿En qué consiste la alimentación zen?

En primer lugar la cantidad de alimentos consumidos varía dependiendo de la edad, sexo, estado psicológico y físico, clima e incluso la propia estación del año en la que nos encontramos.

Como puedes suponer, el alimento debe ser el más natural posible, y es más recomendable optar alimentos de cultivo ecológico en caso de los vegetales, y aquellos que no hayan sufrido tratamientos hormonales en los alimentos de origen animal.

La alimentación zen da preferencia a los alimentos de origen vegetal, en especial la mezcla de legumbres con cereales, puesto que de esta forma se obtienen unas proteínas con una mayor calidad.

Los alimentos manipulados industrialmente deben ser reducidos al máximo puesto que se consideran alimentos adulterados. Esto sucede igual como las grasas saturadas o el alcohol.

En la dieta zen se potencia además el consumo de , dado que de esta manera conseguimos depurar el organismo. En especial, destacan el conocido como té Mu (que consiste en una maravillosa combinación de 16 plantas distintas), y el té de Bancha (destaca por ser un té suave, que no contiene teína).

Se deben tostar los cereales antes de que sean cocidos, y la cocción en sí debe ser muy cuidada, ya que una cocción lenta es el factor yang, y este calor aumenta la fuerza yang de algunos alimentos o incluso para ayudar a reducir el exceso de yin.

En este caso el cereal más recomendado es el arroz integral, puesto que es un alimento equilibrado. Sin embargo a él le siguen el centeno, el trigo, el maíz, trigo sarraceno, avena, cebada y mijo.

Este artículo se publica solo con fines informativos. No puede ni debe sustituir la consulta a un Nutricionista. Le aconsejamos consultar a su Nutricionista de confianza.

C.Pérez

Escribo sobre ciencia, salud y nutrición desde hace 11 años. ¡Ah! Y también papá a tiempo completo con 4 años de experiencia.

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Escribo sobre ciencia, salud y nutrición desde hace 11 años. ¡Ah! Y también papá a tiempo completo con 4 años de experiencia.

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