En nuestro país destacan dos postres típicos sumamente tradicionales y característicos. Uno de ellos podemos disfrutarlo todo el año, mientras que el otro es exclusivo de las fiestas navideñas. Te hablamos, efectivamente, de los mantecados y los polvorones.
Tiende a ser habitual que ambos dulces se confundan, por su apariencia más o menos parecida. Sin embargo nos encontramos ante dulces con ingredientes diferentes, y que en definitiva se pueden disfrutar en determinados momentos del año.
El polvorón: un postre típico de Navidad
Seguramente que si te preguntamos sobre un dulce típico navideño, además de los turrones o los mazapanes uno de los que primeramente te vengan a la cabeza sean los polvorones.
Al igual que ocurrió hace siglos con las 12 uvas de Nochevieja, la aparición del polvorón en el siglo XVI se debió a un excedente en Andalucía tanto de trigo como de manteca de cerdo (se cree que en Antequera y Estepa, una de las localidades a día de hoy más importantes en la producción de mantecados y polvorones).
Es un dulce que se consume exclusivamente en Navidad. Es elaborado con harina, manteca de cerdo, azúcar y almendras. Se deshace en polvo al comerla, gracias a que su consistencia es algo menor. Se presenta tradicionalmente envuelto en papel, y para que no se deshaga al abrirlo es común aplastarlo previamente. Su forma suele ser redonda.
Si quieres disfrutar de los polvorones en Navidad con recetas para hacerlos en casa, puedes leer más en nuestra receta casera de polvorones o bien optar por los polvorones sin gluten ideales para celíacos.
Los mantecados: ideal todo el año
A diferencia de los polvorones, los mantecados son un dulce que se pueden consumir todo el año en muchas regiones españolas, sobretodo como postre después de una comida, o incluso en el desayuno.
Sus ingredientes son algo diferentes al polvorón, ya que en él no encontramos almendras y sí clara de huevo, que actúa como aglutinante, evitando así que se desmenuce como el polvorón. También cuenta con harina de trigo, grasa de cerdo y azúcar.
No solo en sus ingredientes y consistencia encontramos diferencias palpables con el polvorón. También en su forma: suelen ser habitualmente cuadrados.
Imágenes | kochtopf / jlastras
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