Como puede ocurrir con el café o con el chocolate (conoce más sobre los mitos sobre el chocolate), cuando un alimento es sumamente consumido, y además aporta importantes beneficios y propiedades nutricionales, lo habitual es que le rodeen una serie de mitos y creencias que pueden ser o no acertadas.
En el caso de la leche seguramente que en alguna que otra ocasión habrás escuchado algunos mitos o ideas en definitiva poco o nada creíbles, pero que pueden llevar a error y crear dudas sobre su consumo.
Se trata de un alimento con importantes virtudes nutricionales, convirtiéndose de hecho en nuestro primer alimento desde que nacemos (en este caso, la leche materna).
Tanto si la consumes diaria y habitualmente como si lo haces poco, seguramente que te interesará descubrir un poco más sobre los diferentes mitos sobre la leche que existen actualmente y que se han mantenido casi “intactos” durante años en el arraigo popular.
Mitos sobre la leche
La leche engorda
Está claro que, aunque no es un mito en sí mismo, sí se trata de una creencia a grandes rasgos errónea, puesto que en primer lugar dependerá de la variedad de leche que se consuma (entera, semidesnatada o desnatada).
Aunque se trata de un alimento muy graso, su aporte en calcio la convierte en una bebida ideal en dietas, dado que dificulta la absorción de grasa por parte del organismo.
En este caso, la opción más recomendada es tomar leche desnatada.
La leche entera posee más calcio
A pesar de que es habitual pensar que la leche entera, por ser más grasa, posee un mayor volumen de calcio, lo cierto es que sí contiene más vitaminas A y D, pero no más calcio.
No obstante, en la actualidad este inconveniente ha sido solucionado por muchas empresas productoras de leche enriqueciendo las opciones semidesnatada y desnatada con estas vitaminas.
La leche no puede ser mezclada con fruta
Se trata de una creencia bastante común, pero que en realidad no tiene ninguna justificación científica.
Es habitual creer que tanto la fruta como el zumo de frutas en sí, tomado junto con un vaso de leche, puede provocar un corte de digestión. No obstante, es una creencia errónea en la mayoría de las frutas (salvo los cítricos).
Imagen | Tambako the Jaguar
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