El cuerpo humano posee en realidad 17 hormonas cuya existencia es simplemente fundamental para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Dependiendo de la hormona ante la que nos encontramos sus funciones serán evidentemente diferentes, de manera que algunas se encargan de actuar directamente sobre el sistema circulatorio, y otras de acelerar el metabolismo o de retener el sodio y el agua.
En el caso de las conocidas como hormonas sexuales, los estrógenos destacan junto con la progesterona por ser una de las hormonas más populares, sobre todo por parte de muchas mujeres. ¿Por qué? Principalmente porque son consideradas como hormonas sexuales femeninas, pero la realidad es que los hombres también las poseen, aunque es cierto que en cantidades menores.
Precisamente, los estrógenos son las hormonas responsables de las características sexuales femeninas, que comienzan a aparecer luego del inicio del primer periodo menstrual a partir de la pubertad, hasta la llegada de la menopausia.
¿Sus funciones? Además de encargarse del desarrollo del crecimiento de las mamas o la aparición de la menstruación, también evitan que los huesos pierdan calcio, activan la producción del colesterol HDL (es decir, participan en el metabolismo de las grasas), poseen un papel importante en la producción de colágeno y contribuyen a mantener la frecuencia urinaria.
El cuerpo de la mujer, concretamente sus ovarios y las glándulas suprarrenales, producen estrógenos en mayor cantidad durante el periodo de la pubertad, cuando comienza la madurez sexual en las mujeres. Luego, el nivel de estas hormonas tiende a mantenerse más o menos estable hasta el comienzo de la menopausia, donde se produce una disminución drástica.
Pero también podemos encontrarnos con los conocidos como estrógenos naturales, nombrados exactamente con el nombre de fitoestrógenos. Como su propia denominación indica, nos encontramos ante estrógenos de origen natural.
¿Qué son los fitoestrógenos?
Con la llegada de la menopausia en las mujeres, y de la denominada como andropausia en los hombres, se hace preciso optar por el seguimiento de una dieta equilibrada y adecuada para los diferentes trastornos que tienden a aparecer durante esta época de la vida.
Seguramente que en muchos momentos habrás oído hablar o leído sobre ellos, pero ¿sabes realmente qué se esconde tras estos estrógenos vegetales?.
Los fitoestrógenos son compuestos químicos que encontramos en determinados alimentos de origen vegetal, constituyéndose como unos auténticos estrógenos vegetales (o, lo que es lo mismo, estrógenos de origen vegetal).
Aunque existen una gran diversidad de fitoestrógenos, destacan especialmente las isoflavonas (o flavonoides) y los lignanos.
Más concretamente, se tratan de compuestos químicos presentes en determinados alimentos de origen vegetal, que ejercen una acción en el organismo bastante parecidas a los estrógenos humanos, dado que su actividad química es similar a la de las hormonas animales.
En la naturaleza nos encontramos precisamente con distintos fitoestrógenos, que distinguimos sobre todo en pequeñas cantidades de alimentos tales como legumbres, cereales, hortalizas y granos de soja.
¿Dónde encontrar fitoestrógenos? ¿En qué alimentos?
Encontramos fitoestrógenos únicamente en determinados alimentos de origen natural, y sobre todo en cantidades pequeñas, de manera que dependiendo del alimento o grupo de alimentos donde lo encontramos recibirán a su vez distintos nombres. Son los siguientes:
- Lignanos: los encontramos sobre todo en cereales integrales, legumbres y semillas de lino.
- Cumestanos: los encontramos en las judías, las lentejas y la alfalfa.
- Indoles: se encuentran presentes en las verduras pertenecientes a la familia de la col.
- Isoflavonas: son probablemente los más populares y conocidos. Los encontramos principalmente en la soja, pero también en el té verde y en el té negro, en la uva y también en el trébol rojo.
En el caso particular de las isoflavonas son las más parecidas a los estrógenos producidos por nuestro organismo. Y el alimento más rico en isoflavonas es la soja (tanto la soja como sus productos derivados como el tofu o la salsa de soja), dado que 100 gramos de soja aportan 300 mg. de isoflavonas.
¿Cuáles son sus funciones principales? ¿Para qué sirven?
Numerosos estudios han investigado acerca de los efectos de los fitoestrógenos en la salud, poniendo sobre todo de relieve –y como ejemplo- a la población asiática, que de acuerdo a las estadísticas presenta una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares, osteoporosis y en la mujer particularmente trastornos menopáusicos.
Según muchos de estos estudio, se ha relacionado esta menor incidencia con su alimentación, la cual es muy rica en soja. De hecho, se estima que el consumo medio de isoflavonas en la población asiática es de alrededor de 55 mg. al día, cuando en la población occidental es de apenas 5 mg.
No obstante, no existe de momento una evidencia científica suficiente que permita recomendar cuánta cantidad de isoflavonas al día ayudarían en la prevención de estas enfermedades y afecciones.
En cualquier caso, sí se conocen muchos de sus beneficios. Te los resumimos a continuación:
- Ayudan a reducir los síntomas de la menopausia, disminuyendo especialmente la intensidad de los sofocos.
- Disminuye los niveles altos de colesterol LDL (colesterol malo).
- Previene enfermedades cardiovasculares.
- Al poseer acción antioxidante ayuda a reducir o retrasar el envejecimiento celular.
Por otro lado, no se puede decir categóricamente por el momento que los fitoestrógenos ayuden a prevenir la osteoporosis, dado que en el caso de las mujeres orientales su incidencia en este trastorno se debe sobre todo al seguimiento de una alimentación mucho más saludable, en comparación con la población occidental.
Comentar