Todos hemos tenido pesadillas. En algunas ocasiones las recordamos nada más despertarnos o unas pocas horas después. Incluso pueden llegar a sobresaltarnos y provocarnos que nos despertemos de forma repentina.
Pero en otras ocasiones es posible que no nos acordemos de nada; solo sentimos que hemos tenido un sueño extraño o horrible porque nos levantamos con una incómoda sensación, pero nada más.
Por ejemplo, nos encontramos en mitad de un sueño reparador, maravilloso. Paseamos por un camino de tierra, lleno de árboles alrededor. Escuchamos el sonido de los pájaros y nos sentimos tranquilos, relajados. Pero de repente vemos a un lobo, el cual comienza a perseguirnos y tendemos a seguir corriendo, huyendo. Nos movemos en la cama, tratando de huir y de salir corriendo. Gritamos, y finalmente nos despertamos sobresaltados.
¿Qué es una pesadilla?
Esta es, probablemente, una descripción ejemplificada de lo que podríamos definir como una pesadilla. En palabras de la Real Academia Española, una pesadilla es un ensueño angustioso y tenaz.
Mientras que el Diccionario de Términos Médicos de la Real Academia Nacional de Medicina la define como una parasomnia que ocurre durante la fase REM, por lo que, en condiciones fisiológicas, no hay vocalizaciones ni movimientos corporales debido a la hipotonía muscular de esa fase del sueño.
Es decir, una pesadilla consiste en un ensueño terrorífico que nos provoca miedo o ansiedad.
¿Cuándo ocurren las pesadillas?
Cuando dormimos, normalmente durante la noche, entramos en dos estados distintos de sueño. El primero de ellos es conocido como «sueño de ondas lentas» (NO-REM), una fase del sueño en la que existe una mayor relajación y se produce un descanso más profundo, el cual tiende a durar unos 90 minutos aproximadamente.
Después de esos 90 minutos entramos en el sueño en el que se producen movimientos rápidos de los ojos, conocido como REM. Es durante la fase de sueño REM en la que ocurren la mayoría de las pesadillas, estimándose que entre un 4 a un 6% ocurren durante la fase SWS.
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Sin embargo, cuando la pesadilla se produce durante el sueño NO-REM se conoce con el nombre de terror nocturno, y en esta ocasión suele ser muy habitual que las personas no recuerden el contenido de estas pesadillas, solo tendiendo a despertarse gritando o sudando.
¿Por qué ocurren?
En opinión de muchos expertos, la mayoría de las personas tienen pesadillas por alguno de los siguientes motivos:
- Estado emocional débil, con ansiedad, nerviosismo o inseguridad.
- El recuerdo de un acontecimiento que ha causado un trauma, ya sea de forma consciente o subconsciente.
- Algún factor externo del que la persona no es consciente pero su cerebro sí detecta.
Debemos tener en cuenta que las pesadillas tienden a ser muchísimo más comunes entre los más pequeños, de manera que suelen ser menos frecuentes cuando somos más mayores, en la etapa adulta. No obstante, eso no significa que no las tengamos: también podemos experimentar pesadillas ocasionales.
Entre las causas que más comúnmente ocasionan la aparición de pesadillas destacan tanto la ansiedad como el estrés, además de situaciones o vivencias que nos han originado un trauma; por ejemplo, el fallecimiento de un ser querido, haber sobrevivido a un accidente o a una catástrofe…
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También existen otras causas, como un consumo de alcohol excesivo o el propio síndrome de abstinencia al alcohol, la apnea del sueño (trastorno de la respiración durante el sueño), enfermedades que causan fiebre elevada, determinados trastornos del sueño o efectos secundarios de algún fármaco o medicamento.
Por otro lado, ¿sabías que comer justo antes de irnos a la cama es también otra causa relacionada con las pesadillas? El motivo lo encontramos en que aumenta tanto el metabolismo de nuestro cuerpo como la actividad cerebral, en un momento en realidad poco adecuado.
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