No es la primera vez que hablamos sobre el sueño, más concretamente sobre la importancia de dormir bien y además hacerlo el tiempo suficiente para nuestra salud y nuestro organismo. Y es que ya en los últimos años hemos conocido numerosos estudios científicos que perseguían el objetivo de analizar el papel que el sueño ejerce sobre nuestra salud, y más concretamente sobre la restauración y el fortalecimiento de los distintos circuitos neuronales. En el caso de los niños, por ejemplo, la calidad y tiempo del sueño es aún muchísimo más importante, ya que ayuda al fortalecimiento de las conexiones entre el hemisferio derecho y el izquierdo del cerebro, mejorando el aprendizaje y consolidando o afianzando conceptos nuevos o recuerdos.
Pero como ya conocíamos anteriormente sobre los efectos de dormir pocas horas al día, descansar menos de 6 horas diarias influye de forma directa en nuestro organismo y en nuestra salud, aumentando el riesgo de sufrir enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer, hipertensión arterial o ictus, a la vez que se ve afectada la capacidad intelectual y el rendimiento, aumentamos de peso y el cerebro no es capaz de realizar sus funciones básicas necesarias, creando placas que luego pueden dar como resultado la aparición de la demencia y otras enfermedades relacionadas.
¿Qué es un trastorno del sueño?
Los trastornos del sueño, también conocidos como desórdenes del sueño o como enfermedades del sueño consisten en un amplio grupo de trastornos que afectan el desarrollo normal y habitual del ciclo sueño-vigilia, pudiendo llegar a ser tan graves que interfieren en el funcionamiento mental, emocional y físico de la persona.
Este tipo de trastornos pueden afectar el curso del sueño de forma directa, o bien hacerlo de forma secundaria. De hecho, afectan ya sea a la posibilidad de conciliar el sueño o de permanecer dormido, así como quedarse dormido en momentos poco apropiados, dormir durante demasiadas horas o al mantenimiento de conductas anormales durante el mismo.
¿Sabías que existen más de 100 trastornos diferentes del sueño y de la vigilia? Estos pueden ser agrupados en cuatro categorías principales, que se dividen en las siguientes:
- Insomnio: problemas para conciliar el sueño y permanecer dormido.
- Somnolencia diurna excesiva: problemas para permanecer despierto.
- Problema con los ritmos del sueño: sobre todo problemas para el mantenimiento de un horario regular del sueño.
- Conductas que interrumpen el sueño: mantenimiento de comportamientos inusuales durante el sueño.
Los trastornos del sueño más comunes
A pesar de que existen más de 100 trastornos del sueño sí hay algunas afecciones o padecimientos que tienden a ser las más comunes, sobre todo porque en definitiva son las que más padecen la mayoría de las personas. Son los siguientes:
1. El insomnio
Es el trastorno del sueño más frecuente. De hecho, afecta de forma transitoria (esto es, puntualmente) a un 40% de la población, y de manera crónica a un 10%, manteniéndose por lo general una prevalencia de entre un 20 a un 30%.
El insomnio incluye la dificultad de conciliar el sueño o para permanecer dormido. Estos episodios pueden aparecer y desaparecer, durar solo entre 2 a 3 semanas (insomnio transitorio o a corto plazo) o ser duraderos (insomnio crónico).
2. El síndrome de las piernas inquietas
Tiene una prevalencia de entre un 5 a un 10% de la población. Consiste en un trastorno de origen neurológico que causa sensaciones molestas en las piernas durante el reposo, ocasionando que la persona tenga la necesidad de levantarse, caminar y moverse, ya que con el movimiento estas sensaciones desagradables tienden a aliviarse o a desaparecer.
Afecta por igual tanto a hombres como a mujeres, y aunque puede aparecer a cualquier edad es mucho más frecuente a partir de los 40 años. Afecta a la calidad del sueño, ocasionando la aparición de somnolencia durante el día ya que la persona no es capaz de permanecer dormido durante la noche, o conciliar el sueño.
3. El síndrome de la apnea obstructiva del sueño
Consiste en el tercer trastorno del sueño más común, con una prevalencia de un 4% de la población. Se convierte en uno de los trastornos del sueño más peligrosos, dado que la persona que la sufre deja de respirar durante unos segundos porque las vías respiratorias se han bloqueado o estrechado parcialmente.
Es habitual que las personas con apneas se despierten cansadas por la mañana, sintiéndose soñolientos o adormecidos durante todo el día. Además, presentan un riesgo mayor de sufrir depresión o hipertensión arterial difícil de tratar.
Imágenes | ISTOCKPHOTO/THINKSTOCK
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