Hay un momento en nuestra vida en el que empezamos a madurar de manera paulatina. Es justamente ese momento en el que comenzamos a llegar los treinta años tras una pubertad llena momentos tristes, alegres, fracasos profesionales, amores no correspondidos y algún que otro exceso.
A partir de ahí, son muchas las personas que prefieren asentar la cabeza y disfrutar de los pequeños placeres que le da la vida.
A veces en este proceso se van aprendiendo una serie de lecciones que pueden surgir hasta en las situaciones más adversas. En este sentido, desde Natursan os vamos a relatar cuáles son con las que muchos de vosotros os sentiréis identificados:
Apreciaremos a los amigos de verdad
Desde que prácticamente podemos hablar, es muy fácil ir conociendo a gente y hacer amigos en el colegio, instituto y la universidad si tuvimos la oportunidad de cursas estudios superiores. Puede que en este proceso hayamos conocido a cientos de personas que por casualidades de la vida o gustos afines a los nuestros hayan permanecido de nuestro lado durante un determinado espacio de tiempo.
Sin embargo, con el paso de los años es muy posible que muchas de estas personas que se han cruzado con nosotros, tomen caminos y direcciones muy distintas. A veces por simple capricho del destino, cambio de ciudad o diferencias insalvables entre ambas partes.
De una forma u otra, seguro que con el paso de los años habréis conseguido retener a otras personas que sí quieren permanecer a vuestro lado. Puede que no sean muchos, pero como bien dice el refranero español: “Los buenos amigos se cuentan con los dedos de una mano”.
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Sabremos amar a la persona adecuada
También es muy normal que desde que cumplimos cierta edad, empecemos a explorar los ámbitos de la sexualidad. Es en esta época donde se empiezan a desarrollar tanto los genitales femeninos como masculinos y por ende aumente el deseo sexual hacia nuestros semejantes. En todo este proceso seguro que nos enamoraremos un par de veces y también sufriremos multitud de rupturas y desengaños amorosos que nos partirán el corazón.
Sin embargo, es también aquí donde nos daremos cuenta que nunca se muere por amor. Y por tanto, tan solo habrá que ser de lo más pacientes hasta que llegue a nuestra la vida la persona más indicada. Y a partir de ese momento, podremos apreciarla, respetarla y amarla de manera mucho más intensa pero a la vez sosegada.
Tan solo hay que darse el tiempo necesario hasta que esto ocurra. Pero una vez lo consigamos, seguro que será posible disfrutar de todos esos momentos durante los años más prósperos y felices de nuestra vida.
Fracasaremos para saborear el éxito
En anteriores artículos de Natursan os hemos explicado que muchas veces hay que fracasar para saborear las mieles del éxito. Gracias a él podremos volver a levantarnos y no volver a caer en la misma piedra de nuevo. A través de multitud de fracasos que se nos presenten a lo largo de nuestra vida podremos ahondar en nuestro ser para así conocer mejor nuestras virtudes y defectos como personas.
Esto se verá mucho sobre todo en el ámbito laboral y profesional. Puede que al principio no tengamos trabajos que estén muy bien renumerados o que no tengan mucha relación con nuestra formación. Pero gracias a ellos, aprenderemos valores tan importantes como la humildad, madurez, responsabilidad y liderazgo. Estos son ingredientes esenciales a la hora de convertirse en una persona de éxito a pesar de las adversidades.
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