Aunque es sabido que el consumo recomendado de sal no debe superar los 1,5 g. (necesarios, por cierto, para el correcto funcionamiento de nuestro organismo), lo cierto es que pocas son las personas que cumplen con esta cantidad, y tienden a consumir cantidades evidentemente más altas.
No debemos olvidarnos que el consumo de sal está recomendado, dado que el sodio contenido en ella regula la cantidad de líquidos en nuestro organismo, por un lado, mientras que por otro participa en la transmisión de los impulsos nerviosos.
Sin embargo, no debemos confundirnos, dado que si optamos por consumir alimentos ricos en sodio en su estado natural, es evidente que no es necesario añadir sal a nuestros platos. En esta ocasión debemos prestar atención a las consecuencias del consumo excesivo de sal: provoca la aparición de enfermedades cardíacas, aumenta el riesgo de hipertensión arterial, satura los riñones y puede causar accidentes cerebro-vasculares.
Si por diferentes razones médicas tu doctor te ha aconsejado seguir una dieta sin sal (o una dieta baja en sal), seguramente te será de utilidad descubrir cuáles son los mejores alimentos sin sal.
Seguir una alimentación sin sal
Seguir una alimentación sin sal no significa que eliminamos por completo el sodio de nuestra dieta, dado que no debemos olvidarnos que se trata de un mineral indispensable para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, y para nuestra salud en general.
Seguir una alimentación sin sal significa que consumimos alimentos en su estado natural, con su cantidad evidente de sodio, pero no añadimos sal a nuestros platos.
Los mejores alimentos sin sal
Tanto si nuestro médico nos ha recomendado reducir nuestra ingesta de sal, como si deseamos descubrir cuáles son los alimentos con menos sal, siempre es útil tener en cuenta qué alimentos sin sal podemos consumir cada día, o al menos varias veces por semana. Toma buena nota:
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Frutas: destacan las ciruelas, manzanas, melocotones, naranjas o cerezas.
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Verduras y hortalizas: como el brécol, col, calabacín.
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Tubérculos: como las patatas.
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Legumbres: como las judías.
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Cereales: tanto los cereales integrales como el arroz blanco cocido.
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Lácteos: como la leche o los yogures desnatados.
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Frutos secos: siempre sin sal.
¿Cómo reducir el consumo de sal en los alimentos?
Una buenísima opción a la hora de reducir la sal en nuestra dieta es optar por alternativas naturales a la sal, como es el caso de potenciadores naturales del sabor como hierbas y especias (destacan la pimienta, pimentón, laurel, romero, albahaca, perejil o azafrán), o alimentos como la cebolla o el ajo.
Si no puedes evitar con sumir sal, una opción saludable es optar por la sal dietética, aunque lo más recomendable es consultar siempre a nuestro médico o nutricionista.
Imágenes | stlbites.com / visual07
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