Todos debemos controlarlos nuestra presión arterial, ya que una presión sanguínea alta (mayor de 130-139/85-89) es considerada como un riesgo realmente serio para la salud, constituyendo un problema para nosotros mismos que debe ser tenido en cuenta, y que debe ser controlado.
Especialmente, porque una tensión arterial alta incrementa el riesgo de sufrir una apoplejía (derrame cerebral), ataques cardíacos, falla cardíaca y falla del riñón (falla renal). Asimismo, subidas moderadas de nuestra presión sanguínea pueden ser peligrosos, especialmente cuando éstas se combinan con fumar, el colesterol alto o la obesidad.
Según las estadísticas, aproximadamente una de cada cuatro personas sufren de tensión arterial alta y lo desconoce, por lo que es preciso llevar un control sobre nuestra presión sanguínea de manera regular.
En casos de tener tensión arterial alta, deberemos acudir a nuestro médico cuanto antes, siguiendo el tratamiento dado por el mismo.
¿Cuáles son las causas de una presión sanguínea alta?
Aunque muchas veces se desconoce, en la actualidad se cree que la herencia es -en parte- responsable del 40% de la presión sanguínea alta.
No obstante, algunas personas son más sensibles a la sal que otras, por lo que la presión sanguínea aumenta si comen sal en mucha cantidad. Sin embargo, otras personas ven incrementadas esta cifra cuando aumentan de peso.
A pesar de ello, algunas formas de presión sanguínea alta son causadas por un estrechamiento de las arterias o por diversas enfermedades renales.
Por todo ello, conocer sus causas principales y luego seguir un adecuado tratamiento médico es vital a la hora de cuidar nuestros riñones y protegerlos. En especial porque no debemos olvidarnos de algo: una tensión arterial alta mantenida en el tiempo es uno de los mayores enemigos para la correcta salud de nuestros riñones.
No obstante, las estadísticas indican que en el 95% de las personas con hipertensión arterial no existe una causa orgánica, de manera que la presión arterial elevada está causada en realidad bien sea por factores hereditarios, o por factores de riesgo asociados externos como es el caso del consumo excesivo de sal y bebidas alcohólicas, la obesidad y el estrés.
Es más, solo en un 5% de los casos los trastornos hormonales o las enfermedades orgánicas son las principales responsables de la hipertensión arterial.
Si quieres saber más sobre cómo cuidar tus riñones, puedes conocer cómo depurar los riñones.
¿Y cuáles son sus consecuencias para la salud?
Mantener una presión arterial alta durante mucho tiempo se convierte en un riesgo tremendamente peligroso para nuestra salud, especialmente porque produce ciertos daños en algunos órganos de nuestro cuerpo.
Daños al corazón
Nuestro corazón es uno de los órganos que más tienden a sufrir que tengamos una presión arterial elevada, de tal forma que cuanto más alta sea más tendrá que trabajar para bombear la sangre a la aorta (la arteria principal de nuestro cuerpo).
Por este motivo, el músculo cardíaco debe adaptarse a este aumento del estrés, y con el paso del tiempo se engrosan las fibras del músculo cardíaco, lo que produce una hipertrofia, y se desarrolla más tejido conjuntivo entre las fibras musculares.
Como consecuencia de ello, el músculo cardíaco se vuelve más rígido, de tal forma que la persona siente una mayor disnea debido al esfuerzo.
Por otro lado, la alta presión provoca que las arterias más pequeñas que recorren el músculo cardíaco se contraigan, poniendo en riesgo el aporte de nutrientes y oxígeno a las capas más profundas del miocardio.
¿El resultado? Puede causar arritmia, endurecimiento de las arterias y fallo cardíaco crónico.
Daños a los riñones
Además del corazón, los riñones son otros de los órganos que más sufren a consecuencia de tener una presión arterial elevada, especialmente cuando no es tratada y se extiende en el tiempo.
Provoca una alteración en la regulación del equilibrio de líquidos, ocasionando una acumulación de residuos metabólicos en nuestro organismo y causando una insuficiencia renal.
Debido al daño que se produce en el sistema de filtración, los riñones no son capaces de retener sustancias, incrementándose su eliminación a través de la orina.
Daños al cerebro
¿Sabías que la hipertensión es un factor de riesgo destacable de ictus? La causa principal la encontramos en que la presión arterial elevada provoca que las arterias del cuello cerebral se alteren como consecuencia de la arteriosclerosis, causando oclusión y estenosis grave.
Por otro lado, el funcionamiento normal del cerebro se ve alterado debido a un aporte crónico insuficiente de nutrientes y oxígeno.
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