No hay duda que, para los meses de otoño e invierno, si existe un alimento muy beneficioso para la salud durante esta época del año por sus diferentes propiedades protectoras frente a la gripe, los catarros y los resfriados, ese es el ajo. Consiste en una especie de planta perteneciente a la familia de las liliáceas, conocida científicamente con el nombre de Allium sativum. Presenta un bulbo de piel blanca, la cual se encuentra formada por una cabeza dividida en gajos, los cuales comúnmente son conocidos con el nombre de dientes (dientes de ajo, para ser más precisos).
Aunque se utiliza en la cocina como condimento, sobre todo en sofritos, caldos y frituras, lo cierto es que desde hace ya muchísimo tiempo también se ha venido utilizando –de forma tradicional y muy popular- en diferentes remedios caseros y naturales, gracias a sus cualidades curativas y propiedades medicinales. Entre esos beneficios más importantes podemos mencionar sus cualidades a la hora de bajar el colesterol alto y los triglicéridos altos, gracias a que es capaz de disminuir la agregación plaquetaria a la vez que aumenta la actividad fibrinolítica. Por ello resulta tan interesante a la hora de tratar naturalmente tanto la arteriosclerosis como los accidentes cerebrovasculares.
En los últimos años se ha hecho muy popular beber zumo de ajo en ayunas, completamente crudo, como forma de disfrutar de sus distintas cualidades curativas. Eso sí, aunque se trate de una opción tan natural como saludable, no está recomendada para quienes sufran de malestar digestivo y estomacal cada vez que comen ajos, o bien para quienes sufran de alergia o intolerancia al ajo.
Propiedades del zumo de ajo
Maravilloso desintoxicante natural
El zumo de ajo bebido en ayunas, al igual que ocurre con el agua tibia con limón, es un excelente desintoxicante natural, especialmente recomendado para desintoxicar nuestro organismo y depurarlo desde que comenzamos el día.
En este sentido, diferentes estudios científicos han podido constatar que un consumo regular de zumo de ajo ayuda a prevenir y reducir el riesgo de cáncer y otras enfermedades crónicas, como por ejemplo es el caso de la diabetes. También podemos mencionar su riqueza en antioxidantes, que ayudan a prevenir el daño celular.
Ayuda a reducir el colesterol y los triglicéridos
Tanto si tienes altos los niveles de colesterol o de triglicéridos (o ambos), el zumo de ajo ayuda a reducir los niveles elevados de grasas en la sangre, gracias a la presencia de alicina, un compuesto azufrado que encontramos en los ajos y que únicamente aparece cuando lo machacamos o lo cortamos. Este es el compuesto responsable de que el ajo sea tan eficaz a la hora de reducir el colesterol y los triglicéridos.
También resulta muy interesante en caso de hipertensión arterial, ya que gracias a que es capaz de disminuir la agregación plaquetaria y aumentar la actividad fibrinolítica, mejora la circulación sanguínea.
Excelente antibiótico natural
El zumo de ajo actúa como antibiótico natural, gracias a que un consumo regular y diario de esta bebida natural ayuda a eliminar las bacterias de nuestro organismo. Asimismo, ayuda a reforzar el sistema inmunológico, de ahí que el consumo de zumo de ajo regular ayude a la hora de evitar o prevenir los resfriados y las gripes.
Buen desinfectante intestinal
El zumo de ajo actúa como antifúngico, convirtiéndose a su vez en un excelente desinfectante intestinal.
Cómo preparar el zumo de ajo para tomarlo en ayunas
Para elaborar el zumo de ajo tan solo necesitas 1 cabeza de ajo. En primer lugar saca los dientes de la cabeza de ajo. Coloca uno a uno cada diente de ajo en un mortero y machácalos bien hasta que extraigas todo su jugo. Si lo deseas, puedes ponerlos en el vaso de una licuadora y licuarlos bien.
Una vez hecho esto cuela los ajos picados pasándolos por un colador. Finalmente bebe el líquido resultante.
Puedes beber el zumo de ajo todas las mañanas en ayunas. Eso sí, si empiezas a sentir molestias digestivas o estomacales deberás evitarlo y sustituir por algún otro remedio para beber en ayunas, como por ejemplo es el caso del aceite de oliva con zumo de limón.
Imágenes | Richard North / Rebecca Siegel
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