¿Tiendes habitualmente a comer muchos alimentos ricos en sodio, o a incluir demasiada sal en tus recetas y platos? Aunque en estos momentos no padezcas de hipertensión arterial, es probable que debas saber que las consecuencias del exceso de sodio en la salud va muchísimo más allá de tener sólo niveles altos de presión arterial.
Lo cierto es que, a diferencia de lo que habitualmente se piensa, el sodio es un mineral fundamental para nuestro organismo. Ayuda a mantener el equilibrio entre los líquidos de nuestro organismo, es fundamental en el mantenimiento del equilibrio ácido-básico, en la excitabilidad normal de los músculos, y la hidratación de todas nuestras células.
En este sentido, el consumo recomendado de sodio como máximo al día no debería superar 1 o 2 gramos, aunque la realidad es bien diferente: el aporte normal suele oscilar entre los 5 a 7 gramos diarios.
¿Cuáles son los efectos negativos del exceso de sodio en la salud?
Hipertensión arterial
Aunque es cierto que es uno de los efectos más populares y conocidos, la realidad es que como veremos a continuación no es el único.
Se considera la existencia de hipertensión cuando las cifras de presión arterial se encuentran elevadas, por encima de 140/90 mmHg, en comparación con los valores normales de presión arterial.
Una presión arterial alta puede causar sobretodo problemas de corazón y daños en los riñones, entre otras consecuencias.
Problemas gástricos
El consumo excesivo de sodio incide en la aparición de gastritis, úlceras de estómago y puede ser un riesgo en la aparición de cáncer de estómago.
Problemas en los riñones
Al generar un esfuerzo extra a los riñones, para que éstos puedan eliminar el exceso de sodio a través de la orina, con el paso del tiempo puede afectar gravemente a su funcionamiento.
Problemas en los huesos
Su consumo se ha relacionado con una mayor incidencia de osteoporosis, ya que incrementa la excreción urinaria de calcio.
Problemas en la piel
Además de retener líquidos, al dificultar la circulación sanguínea es habitual que se asocie a una mayor incidencia de ojeras, celulitis, edemas y varices.
Por todo lo indicado, dado que es habitual que la propia alimentación que consumimos diariamente nos aporte la cantidad de sodio que necesita nuestro organismo, lo más útil es optar por algunas alternativas a la sal naturales, como por ejemplo optar por hierbas o especias para condimentar las comidas.
Con información de | Vitónica
Imágenes | Leonid Mamchenkov / h0lydevil
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