La temporada más abundante en variedad de frutas es sin lugar a dudas el verano. Con la llegada de esta estación hacen su presencia las frutas ricas en abundancia de líquidos que además de hidratarnos nos refrescan y nos aportan sus vitaminas, toda una fuente de salud.
La fruta podemos consumirla por piezas o licuadas en zumos que hay que tomar en el momento de hacerlo para que la fruta no pierda sus vitaminas. También podemos consumirla en ensaladas.
Como fuente de salud y beneficio para nuestro organismo la fruta nos aporta vitaminas, minerales, nutrientes, fructosa que nos ayudará a realizar nuestras actividades, gracias a su contenido en fibra nos ayuda a mantener un sistema digestivo regulado y a quemar calorías.
Cuidado con la cantidad de fruta que compras
Suele ser muy común que, cuando vamos a comprar frutas y verduras, no sepamos medir cuánta vamos a utilizar para una determinada receta, o en definitiva, cuánta vamos a consumir en los días siguientes. Así, tendemos a comprar más de lo necesario, y tanto la fruta como las verduras que hayamos adquirido en el supermercado o en el mercado terminan por estropearse con el paso de los días.
Cuando vayas a comprar fruta hazlo en cantidades pequeñas así evitarás que se estropeen. Vale más acudir varias veces en una semana al supermercado (por ejemplo, porque se nos han acabado las manzanas o porque ya hemos terminado con la manilla de plátanos), que no tener que tirar los alimentos porque se han puesto malos rápidamente por no habérnoslo comido.
Escoge las frutas siempre en su punto óptimo de maduración
Al igual que tendemos a comprar fruta en exceso, también debemos tener presente que, si la vamos a consumir en los próximos días, ésta se encuentre en su estado óptimo de maduración. Pero esto depende directamente de la pieza de fruta que vayamos a adquirir.
Recuerda que no es adecuado ni agradable andar apretando la fruta en la frutería cada vez que vamos a comprar unos kiwis o unos caquis. Así, lo mejor es preguntar al frutero para que sea él quien nos ofrezca la fruta que hayamos escogido en su punto de maduración adecuado.
Es evidente, por ejemplo, que debemos evitar la fruta que ya aparezca estropeada o con insectos. Y a su vez, existen distintos trucos para saber si una fruta está o no madura. En el caso de los aguacates, por ejemplo, basta con intentar retirar la parte superior, que es lo que lo une de la rama del árbol. Si se desprende con facilidad, y su interior tiene color amarillo-verdoso, significará que está en su punto óptimo de consumo.
Con una salvedad: los plátanos podemos comprarlos algo verdes, ya que es común que en los próximos días maduren rápidamente, más aún si nos encontramos en verano y hace calor.
Además, elígelas siempre frescas, y que no tengan golpes ni demasiado maduras. A la hora de conservarlas en el frigorífico hazlo en bolsas de plástico individuales y hazle agujeros a la bolsa.
Utilizar una bolsa individual
Sería aconsejable no mezclar en la misma bolsa distintos tipos de frutas, pues todas no maduran al mismo tiempo, y la que se pase de madura o se estropee perjudicará a la pieza de fruta que esté sana.
Sí tienes niños y les cuesta comer fruta una idea que suele funcionar es hacer “pinchitos de fruta”. Utiliza los palitos con los que se suele hacer los pinchos de carne o brochetas y corta en pedacitos cuadrados distintos tipos de fruta y luego los vas pinchando en el palito. Puedes animar al niño a que te ayude a prepararlos a ellos les gusta participar, se sienten importantes cuando ven que te están ayudando.
Imágenes de Istockphoto.
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