Se entiende por edulcorante a aquel aditivo o sustancia química capaz de aportar o proporcionar un gusto dulce al alimento que lo contiene, un aditivo que, dicho sea de paso, ha ganado en importancia en la última década por el aumento en el consumo de los productos alimenticios llamados “light”.
Existen diferentes tipos de azúcar cuyo consumo dependerá directamente de las necesidades nutricionales que cada cual. Por ejemplo, debido a que las personas diabéticas no deben consumir azúcar en exceso, la mejor opción es optar por los diferentes endulzantes naturales que no contengan un índice glucémico alto.
Tampoco debemos olvidarnos de las cantidades diarias de edulcorante que se pueden comer cada día como máximo, de forma que siempre lo más aconsejable es no superar los 10 comprimidos diarios.
¿Qué son los edulcorantes naturales?
Por el hecho de ser denominados como endulzantes naturales es muy común identificarlos también como más saludables, pero aunque contienen más vitaminas y minerales, su aporte energético sigue siendo muy elevado, por lo que su efecto en nuestro organismo es igualmente poco saludable.
Como veremos, básicamente son endulzantes que provienen de la naturaleza y que no han sufrido ningún tipo de transformación ni de refinado. Por tanto, mantienen sus nutrientes esenciales y su poder endulzante tiende a ser mayor, en comparación con el azúcar blanco.
Tipos de edulcorantes naturales
Fructosa
Es el azúcar que encontramos en las frutas y en la miel, constituyéndose como una opción natural algo más dulce que la sacarosa aunque con el mismo aporte calórico (4 calorías por gramo).
No es aconsejable su consumo en grandes dosis porque se trata de un edulcorante capaz de elevar los niveles de colesterol total y de colesterol LDL.
Miel
La miel se convierte en uno de los edulcorantes más consumidos, aunque su consumo no está recomendado en personas con diabetes debido a su alto valor energético (300 calorías por cada 100 gramos).
Se trata de un endulzante cien por cien natural elaborado por las abejas a partir del néctar de las flores, de manera que dependiendo del tipo de flor a partir del cual se elabora, es común encontrarnos distintos tipos de miel: milflores, de romero, de abeto, de lavanda…
Contiene una mezcla de otros azúcares, además de aminoácidos esenciales y enzimas, motivo por el cual no es adecuado calentarla para evitar destruir sus beneficiosas enzimas.
Se le atribuyen numerosos beneficios y cualidades. Sin embargo, como opina Julio Basulto, la miel “tiene muy pocos nutrientes y que sus supuestas propiedades medicinales no han sido demostradas” (La Vanguardia), por lo que lo aconsejable es moderar su consumo.
Stevia
Es un tipo de edulcorante natural que se obtiene de un arbusto, y se constituye como un edulcorante con un poder endulzante más potente que el azúcar blanco (de 10 a 300 veces más dulce).
Pero sin embargo no aporta apenas calorías, de ahí su gran ventaja nutricional.
Sirope de ágave
Nos encontramos ante un tipo de endulzante natural que se ha popularizado en los últimos años, especialmente por su aumento en el consumo por parte de vegetarianos y veganos. Por tanto, es muy fácil encontrarlo en herbolarios y tiendas bio especializadas.
Se trata de un néctar que se extrae del ágave, una planta de origen mexicano de aspecto similar al cactus o a la yuca. Es también conocido como miel de ágave, y destaca desde un punto de vista nutritivo por ser bajo en calorías y muy rico en fructosa, de manera que su poder endulzante es mayor que el azúcar blanco.
No obstante, eso no significa que sea saludable, simplemente que posee un índice glucémico más bajo y un aporte energético menor, pero su contenido en azúcares es similar.
Sirope de arce
Conocido también como jarabe de arce o miel de maple, nos encontramos ante un endulzante que se obtiene a partir de la savia del arce, ya sea del arce azucarero, el arce negro o el arce rojo.
Es muy común su uso para endulzar crepes o gropes, y hace años apareció la conocida como dieta del sirope de arce, un tipo de dieta muy popular pero considerada como peligrosa por muchos nutricionistas al causar desequilibrios y déficits de vitaminas.
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