Como de buen seguro sabrás, cada alimento posee y presenta un determinado valor energético, que en definitiva simple y llanamente se traduce en su contenido o aporte calórico. Por ejemplo, existen alimentos con un elevado aporte calórico (como es el caso de los alimentos ricos en azúcares simples como los dulces, o los alimentos grasos como la mantequilla o el aceite), y otros que poseen un menor valor energético (hortalizas y verduras, alguna fruta…).
No obstante, desde hace algunas décadas empezaron a aparecer en el mercado unos grupos de alimentos aparentemente ligeros, como reclamo para aquellas personas que no deseaban seguir añadiendo un exceso de calorías a su dieta, y sobre todo, para quienes se encontraban siguiendo una dieta para perder peso.
Son los conocidos como alimentos light (o alimentos ligeros). Básicamente podemos definirlos como aquellos que poseen un 30% menos de energía que su alimento homólogo convencional. Por ejemplo, en el caso de una bebida azucarada como un refresco, podríamos considerar como “light” a la versión de la misma marca que presente un 30% menos de energía.
Por tanto, son alimentos aligerados, a los cuales se les ha sustituido su contenido en azúcar o grasa por ingredientes menos energéticos. Por este motivo son también conocidos como alimentos ligeros, porque presentan menos calorías.
Esto significa que para que un alimento pueda ser considerado realmente como light, deben presentan como mínimo una reducción del 30% del valor energético respecto al alimento de referencia, el cual evidentemente no es light.
Para que este tipo de alimentos mantengan un sabor parecido al de los alimentos originales, es habitual que la grasa o el azúcar sean cambiados por unas sustancias conocidas como imitadores o sustitutos. En el caso de los alimentos light dulces, por ejemplo, es habitual el uso de polioles (como el sorbitol, xilitol o manitol) que en realidad aportan escasa energía, o los conocidos como edulcorantes no calóricos (como el aspartamo, sacarina, sucralosa o ciclamato, entre otros).
Estos elementos se utilizan habitualmente en los alimentos light con el objetivo de sustituir el azúcar, puesto que tienden a aportar menor cantidad de energía, son absorbidos de forma lenta e incompleta en nuestro intestino, no causan caries ni afectan a los niveles de glucosa en sangre. No obstante, sí poseen un efecto secundario mayoritariamente conocido por todos, y es que consumidos a grandes dosis pueden ser una causa directa de diarrea.
Es precisamente por estas cualidades por las que el consumo de alimentos light dulces son útiles para que personas con sobrepeso u obesidad, diabetes o hipertrigliceridemia puedan seguir consumiendo alimentos dulces sin que el azúcar pueda suponerles un problema de salud.
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Pero no debemos confundirnos. A no ser que nos encontremos ante un producto para diabéticos que efectivamente no posee azúcar, aquellos que indican que no contienen azúcares sí pueden contener fructosa, que en definitiva es otro tipo de azúcar, de forma que su aporte calórico no sigue siendo bajo. Para optar por un alimento realmente bajo en calorías lo ideal es que no contengan azúcares, ni sacarosa, ni maltodextrina, ni fructosa ni cualquier otro edulcorante.
¿Por qué los alimentos light no adelgazan?
Sin embargo, por su menor contenido calórico tiende a pensarse incluso que los alimentos light adelgazan. Incluso se tiende a utilizar habitualmente tal pretexto con el fin de comer este tipo de alimentos en mayor cantidad, supuestamente porque no engordan y porque en definitiva se cree que además ayudan a perder peso.
No obstante, nos encontramos ante una creencia errónea, ya que los alimentos light ayudan a que la dieta tenga menos energía, pero no adelgazan por sí mismos. En este punto debemos entender adelgazar por la disminución del tejido graso del cuerpo, lo cual solo se consigue en realidad manteniendo una dieta hipocalórica equilibrada y combinándola con la práctica de ejercicio físico regular.
Pongamos un ejemplo. ¿Te has parado a observar la etiqueta de una mayonesa o un chocolate en su versión light, y la has comparado con su versión normal? Seguro te sorprenderías al descubrir que continúan siendo igualmente ricos en calorías, aunque sin embargo su aporte en grasas sea menor.
Sí es cierto que, como tales, tienden a adelgazar menos que el mismo alimento en su versión no light, pero no adelgazan por sí solos. Nos encontramos, por tanto, ante una falta creencia, muy relacionada con los distintos y diferentes errores que se cometen habitualmente a la hora de seguir las conocidas como dietas para adelgazar.
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