Aunque el gallo es un ave del género Gallus el cual es criado por su carne (y en el caso de las gallinas, por sus huevos), también existe un pescado igualmente conocido con este nombre.
Concretamente, también se lo conoce con los nombres de gallo del Norte o Iliseria, el cual pertenece a la denominada como familia de los peces planos, que se caracterizan por tener los ojos en el lado izquierdo del cuerpo.
Se espera en el mar del Norte, en el Mediterráneo occidental y en las aguas del Atlántico, y aunque su mejor temporada va entre los meses de marzo y abril, es posible encontrarlo en el mercado todo el año.
Es posible confundir al gallo con otras especies similares como por ejemplo es el caso del género Arnoglosus, pero la realidad es que no pertenecen al mismo género, y por tanto no son ni parecidos.
Es un pescado ideal para la dieta de los más pequeños, por su textura y sabor suaves (en este caso, la mamá o el papá debe quitar sus espinas con cuidado).
Propiedades nutricionales del gallo
El gallo es un pescado blanco (este grupo de alimentos también son conocidos con el nombre de pescados magros), de forma que su contenido graso es realmente bajo: 100 gramos de gallo aportan 1,9 grasas y sólo 80 calorías, algo más que otros pescados blancos como el lenguado o la merluza.
Aporta una mayor cantidad de proteínas de alto valor biológico en comparación con otros pescados magros, aunque en relación a su aporte en vitaminas lo cierto es que sólo aporta ácido fólico y vitamina B6.
Respecto a la presencia de minerales, podemos nombrar el yodo, fósforo, sodio, potasio, magnesio y hierro.
Calorías |
80 kcal |
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Proteínas |
15,8 g |
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Hidratos de carbono |
0,3 g |
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Grasas totales |
1,9 g |
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Vitaminas |
Minerales |
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Vitamina B6 |
0,38 mg |
Hierro |
0,9 mg |
Vitamina B9 |
11,3 mcg |
Fósforo |
260 mg |
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Potasio |
250 mg |
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Magnesio |
43 mg |
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Yodo |
16 mg |
Beneficios del gallo
Desde un punto de vista nutricional, no hay duda que el gallo es un pescado ideal en la alimentación infantil, no solo por su aporte equilibrado en diferentes nutrientes esenciales, sino por su sabor suave y textura.
Además, es un pescado muy bajo en grasas y calorías, de ahí que sea uno de los alimentos recomendados por dietistas en dietas hipocalóricas que persiguen el objetivo de reducir el nivel de grasas en sangre (colesterol y triglicéridos), adelgazar y perder peso.
Como ocurre con la mayoría de los pescados blancos, el gallo es muy fácil de digerir, de forma que su consumo se aconseja en personas que presenten problemas digestivos.
Entre sus vitaminas destacamos el ácido fólico, fundamental para la mamá que quiere quedarse embarazada, pero no sólo durante la gestación sino también antes del embarazo (ya que previene defectos en la placenta, y reduce el riesgo de defectos en el cerebro y en la columna vertebral en el feto).
Aporta unas cantidades interesantes de potasio, fósforo y magnesio (fundamentales en definitiva para el buen funcionamiento de nuestro organismo y para nuestra salud). Además, el yodo ayuda en el funcionamiento correcto de la glándula tiroides, mientras que el hierro ayuda a prevenir la anemia ferropénica.
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